domingo, 25 de diciembre de 2022

Lucía Lorenzo, recrea un texto referido a la NAVIDAD, autor AtilanoAlaiz. Siempre vive entre nosotros.-

 REVELACIÓN DEL MISTERIO DEL HOMBRE.-

                                                                     Atilano Alaiz.-

El niño que nace en Belén, entre pajas y animales revela por entero el misterio de todo ser humano. La humanización del Hijo de Dios revela el misterio y la grandeza del hombre. Dios se humanizó para divinizar al hombre. El Hijo de Dios se hizo hijo de hombre, para que los hijos de hombre seamos hijos de Dios.

Probablemente habéis oído la anécdota. Es elocuente. Una aya de Luis XV tiene un descuido con respecto a una princesa. La princesa airada le reprende con acritud: "¿Te olvidas que soy hija del Rey?" El aya, una mujer de mucha fe y mucho coraje, le responde: "¿Se olvida, Alteza, que soy hija de Dios?". Ese es el gran título que nos revela el niño de Belén, hermano nuestro.

Misterio incomprensible de amor es que el Hijo de Dios se haya hecho uno de nosotros; pero misterio no menos asombroso es que se haya identificado con cada persona humana. Esto sólo por la fe es aceptable.

Ese niño de Belén se identifica con el pobre, el analfabeto, la persona más desfigurada, incluso con el delincuente y el cruel

Y por eso, todo lo que hiciéremos a cada persona, se lo estamos haciendo a él. "A mí me lo hicísteis" (Mt 25,40).

Esto tiene una gran proyección para nuestra vida.

Recordáis aquella obra teatral, un poco simple, pero expresiva. Un profeta anuncia a un pueblo que les va a visitar Jesucristo en aquella semana. El pueblo se moviliza y empieza a prepararle minuciosamente el recibimiento: arcos, banderolas, banderas... Mientras están afanados viene al pueblo un mendigo pidiendo ayuda y cobijo, viene un emigrante, viene un anciano desmemoriado que se ha perdido, viene una mujer de la vida. A todos les responden de la misma manera: "No estamos para perder tiempo; estamos preparando el recibimiento de alguien muy importante".

El pueblo está engalanado, pero el Señor no llega. Malhumorado le envían un mensaje al profeta: "¿Qué pasa? ¿Nos has engañado? Ha pasado más de una semana, y el Señor no ha venido".

El profeta envía un mensaje de vuelta: "Sí que ha estado. ¿No le habéis reconocido? ¿No ha estado por ahí un mendigo, un emigrante, un anciano perdido, una mujer de la vida?" Pues, ese era Jesucristo que iba disfrazado.

Los paquetes que hemos entregado, los donativos que hemos hecho, los servicios que hemos hecho y estamos haciendo, se lo estamos haciendo a él. "A mí me lo hicisteis" (Mt 25,40).

Si de nuevo se hiciera históricamente presente, nos desviviríamos, le ofreceríamos lo mejor, nos desviviríamos, nos pelearíamos por atender, por tener ese honor. No lo dudemos, cuando tendemos una mano al que nos necesita, se la estamos tendiendo a él. Y esto nos lo agradece más, tiene más mérito porque se lo hacemos a él oculto bajo los defectos y deficiencias de las personas.          Atilano

1 comentario:

  1. Feliz Navidad a toda la comunidad de san Felipe y Santiago. No conocí a Atilano, pero me encanta lo que leo de él. Coincido con lo que dice. Mi reflexión es que Dios saca un bien de todo mal para aquellos que lo aman. sí. ya es sabido que en Uruguay estamos viviendo tiempos muy difíciles en lo económico, los jubilados tenemos que elegir comer o comprar los remedios que se nos recetan, que tenemos un índice altísimo de los niveles de pobreza infantil, etc. Pues bien, nos tocó como familia, el haber perdido toda capacidad de consumo, apenas sobrevivir el mes y con alguna ayuda externa, y la Navidad vino así, con pobreza, pero pudimos descubrir riquezas que nos mostró el Niño Jesús. La humildad de aceptar una canasta de la parroquia para mejorar la cena de Nochebuena. El no comprar ningún regalo material entre nosotros, y sí valorar que estamos juntos, con salud, bajo un techo, con comida en la mesa y las ganas de agradecer la venida del Niño Dios al mundo y a nuestras vidas, muy profunda oración, sintiendo la cercanía de Dios, como ya se dijo el Jesús pobre, que nació en un pesebre, sin nada vulnerable, el Hijo de Dios. Así que me quedé con lo bueno de la Navidad, con lo que vale la pena sentir el gozo, la alegría y la esperanza que nos trae el Niño Jesús.
    Hasta fin del año 2022.

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