ESCUCHAR Y
SEGUIR A JESÚS
Era invierno. Jesús andaba paseando por
el pórtico de Salomón, una de las galerías al aire libre, que rodeaban la gran
explanada del Templo. Este pórtico, en concreto, era un lugar muy frecuentado
por la gente pues, al parecer, estaba protegido contra el viento por una
muralla.
Pronto, un grupo de judíos hacen corro
alrededor de Jesús. El diálogo es tenso. Los judíos lo acosan con sus
preguntas. Jesús les critica porque no aceptan su mensaje ni su actuación. En
concreto, les dice: "Vosotros no creéis porque no sois de mis
ovejas". ¿Qué significa esta metáfora?
Jesús es muy claro: "Mis ovejas
escuchan mi voz, y yo las conozco; ellas me siguen, y yo les doy la vida
eterna". Jesús no fuerza a nadie. Él solamente llama. La decisión de
seguirle depende de cada uno de nosotros. Solo si le escuchamos y le seguimos,
establecemos con Jesús esa relación que lleva a la vida eterna.
Nada hay tan decisivo para ser cristiano
como tomar la decisión de vivir como seguidores de Jesús. El gran riesgo de los
cristianos ha sido siempre pretender serlo, sin seguir a Jesús. De hecho,
muchos de los que se han ido alejando de nuestras comunidades son personas a
las que nadie ha ayudado a tomar la decisión de vivir siguiendo sus pasos.
Sin embargo, ésa es la primera decisión
de un cristiano. La decisión que lo cambia todo, porque es comenzar a vivir de
manera nueva la adhesión a Cristo y la pertenencia a la Iglesia: encontrar, por
fin, el camino, la verdad, el sentido y la razón de la religión cristiana.
Y lo primero para tomar esa decisión es
escuchar su llamada. Nadie se pone en camino tras los pasos de Jesús siguiendo
su propia intuición o sus deseos de vivir un ideal. Comenzamos a seguirle
cuando nos sentimos atraídos y llamados por Cristo. Por eso, la fe no consiste
primordialmente en creer algo sobre Jesús sino en creerle a él.
Cuando falta el seguimiento a Jesús,
cuidado y reafirmado una y otra vez en el propio corazón y en la comunidad
creyente, nuestra fe corre el riesgo de quedar reducida a una aceptación de
creencias, una práctica de obligaciones religiosas y una obediencia a la
disciplina de la Iglesia.
Es fácil entonces instalarnos en la
práctica religiosa, sin dejarnos cuestionar por las llamadas que Jesús nos hace
desde el evangelio que escuchamos cada domingo. Jesús está dentro de esa
religión, pero no nos arrastra tras sus pasos. Sin darnos cuenta, nos
acostumbramos a vivir de manera rutinaria y repetitiva. Nos falta la
creatividad, la renovación y la alegría de quienes viven esforzándose por
seguir a Jesús.
José Antonio
Pagola
Red
evangelizadora BUENAS NOTICIAS
Llama a seguir a Jesús. Pásalo.
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21 de abril de 2013
4 Pascua (C)
Juan 10, 27-30
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