lunes, 27 de abril de 2020

Comentario sobre la interesante reflexión de Atilano; “confinamiento, una oportunidad”.-


Recibimos de  Atilano Alaíz.    Como siempre una oportuna reflexión para interpretar   “el signo de los tiempos”.     Se la pasamos  con letra más grande para una mejor lectura.-         

     Personalmente un pequeño detalle le ha faltado; claro,   entiendo no es su intención.            También  este “confinamiento, una oportunidad”  para la iglesia   digamos oficial, la celebrante.      Vemos celebrar al obispo de Roma desde su casa,  siempre de blanco, sin nadie  a su lado dándole vuelta las páginas.       Lo menciono  porque  vimos una celebración  transmitida por la TV española de Castilla y León.  (y muchas más, de otras partes)  Un obispo lleno de capas coloridas,  un pesado báculo metálico  dorado,  un anillo de oro más grande que la mano,    tres curas detrás,   se sacaba un gorro,   corría uno con una bandeja a depositarlo, se sacaba el otro,  otra bandeja,   toda la celebración totalmente “servil”.   (Comentamos lo de España, pero por  CASA  es igual...)

En la homilía  habló  de la “atención a los pobres en esta pandemia”….. ¡!   Cabe aquí lo que dice Atilano;   “incluso los que realizan tareas a domicilio, dispongamos de más tiempo; lo importante es que sepamos          invertirlo fecundamente”;      agregando  lo leído hace unos días de José Arregi:     “La pandemia ha puesto aún más de manifiesto que la institución eclesial sigue anclada en lenguajes, ideas e imágenes del pasado”…….sí querido hermano Atilano nosotros te agradecemos esta luz amarilla,  debemos plantearnos y replantearnos todo lo que mencionas para esta porción mayoritaria del Pueblo de Dios;  en el entendido que la más pequeña,  pero dominante,   “el confinamiento, una oportunidad” para dar un timonaso a tiempo.  Nos va la permanencia…

 


DETODASPARTESVIENEN. EL AUMENTO DE POBRES crecerá a 54 MILLONES; de 162 millones a 216 !!!


Frei BetoLa faz social de América Latina y de Brasil
“Actualmente en América Latina sobreviven en la extrema pobreza 67,5 millones. Número que podrá llegar a 90,8 millones tras la pandemia”
“La población pobre, que depende más de la renta informal, será la más perjudicada”
Hoy, de los 7,7 billones de habitantes del planeta, 569 millones viven en América Latina. Según Oxfam, la pandemia debe aumentar el número de pobres en nuestro continente, pasando de 162 millones para 216 millones, o sea, otros 54 millones más de personas con una renta diaria inferior a USD 5.5. Actualmente sobreviven en la extrema pobreza 67,5 millones. Número que podrá llegar a 90,8 millones.
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AtilanoALAIZ.- EL CONFINAMIENTO, UNA OPORTUNIDAD


                 EL CONFINAMIENTO, UNA OPORTUNIDAD
     1.El confinamiento, un stop liberador. “Yo estoy encadenado –escribe Pablo a su querido discípulo Timoteo-, pero la Palabra de Dios no está encadenada” (2 Tm 2,9). Por eso le escribe. En nuestra situación actual, los evangelizadores estamos confinados, pero la Palabra de Dios no puede estar confinada, por eso escribo. La imposibilidad de muchos movimientos hace que todos, incluso los que realizan tareas laborales a domicilio, dispongamos de más tiempo; lo importante es que sepamos invertirlo fecundamente. Lo primero que hay que decir al respecto es que un stop en la vida de las personas estaba siendo una especie de necesidad social. Estamos viviendo en la era del vértigo, incluso muchos jubilados. “Hemo convertido la vida en una autopista entre la cuna y el sepulcro” –ha dicho un psicólogo significativo de nuestros días-. Ha nacido con mucha pujanza en Estados Unidos un movimiento denominado “Despacio”, cuya finalidad es enseñar a sus miembros a tomar las cosas con calma. Un amigo mío humanista nos repite con cierta frecuencia: “Hacemos tanto bien, que no tenemos tiempo de ser buenos”. Y, claro, lo que importa, por encima de todo, es ser buenos para hacer bien el bien. Nos comunican en estos días varios amigos al grupo de amigos: “Este confinamiento me está viniendo muy bien; me está dando la oportunidad de comunicarme más pausadamente y sin prisas con familiares y amigos por los medios modernos de comunicación”. Hay grupos enteros que animo que mantienen una comunicación más intensa entre sí los miembros que lo integran que en tiempos de reunión. Son también bastantes las personas que agradecen el parón porque les está permitiendo entregarse más intensamente a la lectura, a la reflexión y a la oración, cuando en tiempos normales se les escurrían las horas como el agua entre los dedos. Es elogiable que muchos que, en los días laborables, no podían o no se les ocurría participar en la Eucaristía, lo hagan ahora con ocasión del confinamiento, siguiendo la celebración parroquial o la de otros canales. Esta es una forma de sacar bien del mal.
     2.Entrar dentro de sí. La vida vertiginosa que nos arrastra saca a muchos fuera de sí, les exilia de su intimidad. Incluso, estando en casa, los medios de comunicación incomunican a muchos con los que conviven codo con codo.

DETODASPARTESVIENEN.- Fragmento de texto de José Arregi.- Fue crucificado por su vida, y en su vida y en la Cruz resucitó. Lo primero es un hecho histórico, lo segundo es mi confesión cristiana desnuda, sin tumbas vacías ni apariciones “milagrosas”.

...................En su corta, intensa vida, conoció muchas pandemias: la miseria de los campesinos asfixiados por las deudas, enajenados de sus tierras por ricos latifundistas, la opresión romana, los impuestos abusivos de Herodes y del templo, el hambre y las enfermedades y la desesperación violenta del pueblo empobrecido. Y de esas pandemias hizo Jesús que brotara la vida, como brotan las yemas en las cepas dormidas. Se volverán sarmientos cargados de racimos y, cuando den su fruto, se dejarán podar. Pasó la vida haciendo el bien, denunciando el mal, curando heridas, comiendo con gente impura, arriesgando la vida ante el Pretorio y el Templo, dando su vida hasta exhalar su último aliento, uno con el Aliento primero, inmortal de la Vida.

Fue crucificado por su vida, y en su vida y en la Cruz resucitó. Lo primero es un hecho histórico, lo segundo es mi confesión cristiana desnuda, sin tumbas vacías ni apariciones “milagrosas”. Resucitó en su libertad profética, en su palabra provocadora, en su esperanza subversiva, en su praxis sanadora, en su comensalía transgresora, en su bondad feliz, en su bienaventuranza solidaria con todos los crucificados. Y así, el Hermano Herido se hizo, en lenguaje cristiano, primicia o anticipo, icono y sacramento, profecía y revelación de la Pascua universal. Dilo tú en tu propio lenguaje. Dilo.
Y déjame que insista: la resurrección que confieso no es una prerrogativa única y exclusiva de Jesús, sino mi manera de expresar –más allá de la ciencia y de toda filosofía y religión–, entre dudas y preguntas, como Santo Tomás o como el mismo Jesús, mi confianza última en esta pobre humanidad contradictoria, en la vida que era y será, en la Tierra que nos engendró, en el Cosmos infinito, en el Fondo del Ser, en el Aliento que todo lo anima eternamente: que todo se transforma en todo, como el grano de trigo que muere, que la llama de la vida es inextinguible, que solo el amor la mantiene encendida, que solo la bondad es invencible, que solo en la comunión universal de los vivientes hallaremos la dicha, y que podemos y merece la pena intentarlo cada día, aunque parezca que fracasamos, porque quien da la vida se hace uno con la Vida, y cada día es el primer día de la creación en que todo es bueno.
Cada día es el primer día de la Pascua, en el que Jesús se une a los incontables mártires o testigos de la vida, en medio de tanto panorama desolador, desde el fondo luminoso de sus llagas, se te acerca y te dice: “No temas. Seas quien fueres, estés como estés, creas o dejes de creer, acoge la Paz que te recrea, que todo lo crea. La Paz que hace que las criaturas se desahoguen y fluyan en el amor y se vuelvan cada una un sostén para la otra: compasión, proximidad, compañía. Entra más adentro y ensancha tu presencia. Más adentro, hasta abrazar el secreto de la Vida en su centro universal.
Joxe Arregi

CUALQUIER SEMEJANZA ES PURA CASUALIDAD.-

QUERIDOS CIUDADANOS  HAY  QUE TRABAJAR,  EL PAIS NO PUEDE  PARAR           Juan CEJUDO, desde CÁDIZ. España.-

SEMANA DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS.



ENDEPA.ORG.AR
Compartimos el afiche de la Semana de los Pueblos Indígenas junto con el material que reúne las expresiones indígenas en relación al lema: “Somos Tierra, Somos Agua, Somos Viento, Somos vida en el Territorio.”

Dn. Juan José Chaparro.- Obispo de SanCarlosdBariloche 23 h ·


La imagen puede contener: texto que dice "24 de abril DIA DE LA ACCIÓN POR LA TOLERANCIA Y EL RESPETO ENTRE LOS PUEBLOS NTERCULTURALES SOMOS VIDA TERRITORIO Indigenas ENDEPA"
Estamos finalizando la Semana dedicada a los Pueblos Indígenas, tiempo de valorización y visibilización de la riqueza cultural y sus luchas que compartimos en este gran territorio que es nuestro País.
Urge denunciar los graves atropellos que las Comunidades sufren en sus territorios, que están muy lejos de ser ¨aptos y suficientes¨ como lo dice la Constitución Nacional, Art. 75, inc.17.
En este marco presentamos este nuevo Informe Especial:
Reiterada Advertencia sobre la Ine...
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domingo, 26 de abril de 2020

Alicia De Sa. Desde Buenos Aires nos envía este libro; OTRO CRISTIANISMO ES POSIBLE, FE en la modernidad. de Roger LENAERS. Se les envía por mail.-

Otro cristianismo es posible Fe en lenguaje de modernidad                       Roger LENAERS

                    El sueño del rey Nabuconodosor
Voy a explicarle a Su Majestad el sueño y las visiones que ha tenido mientras dormía: Su Majestad se hallaba en su cama; se puso a pensar en lo que va a pasar en el futuro, y el que revela los misterios se lo ha dado a conocer. También a mí me ha sido revelado este misterio, pero no porque yo sea más sabio que todos los hombres, sino para que yo explique a Su Majestad lo que el sueño significa, y que así Su Majestad pueda comprender los pensamientos que han venido a su mente.
En el sueño, Su Majestad veía que en su presencia se levantaba una estatua muy grande y brillante, y de aspecto terrible. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y una parte de los pies era de hierro, y la otra de barro. Mientras Su Majestad la estaba mirando, de un monte se desprendió una piedra, sin que nadie la empujara, y vino a dar contra los pies de la estatua y los destrozó. En un momento, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro quedaron todos convertidos en polvo, como el que se ve en verano cuando se trilla el trigo, y el viento se lo llevó sin dejar el menor rastro. Pero la piedra que dio contra la estatua se convirtió en una gran montaña que ocupó toda la tierra. 

Daniel 2, 28b-35

martes, 21 de abril de 2020

Corr. JuanCEJUDO. La pandemia muestra una institución eclesial anclada en, lenguajes, ideas e imágenes del pasado.-






José Arregui1
“Con contadísimas excepciones, la Iglesia católica ha acatado con civismo y responsabilidad las directrices administrativas sobre el confinamiento –no podía ser de otra forma–, pero creo que, en general, se revela incapaz de hacerse próxima y samaritana en esta situación”
“Mientras siga imaginando a Dios como Ente Supremo personal a imagen humana, la Iglesia seguirá confinada”
“Es muy posible que mucha gente redescubra la profunda necesidad de mirarse más a fondo a sí misma, a la naturaleza que somos, le necesidad de ‘espiritualidad’… Pero no creo que la vuelvan a encontrar en las instituciones religiosas tradicionales con sus dogmas, ritos y códigos”
“No se trata de que los ‘laicos’ asuman ‘ministerios ordenados’, sino de superar la distinción entre laicos y clérigos (distinción creada por los clérigos) y, por lo tanto, entre ‘ministerios ordenados’ y ‘ministerios no ordenados’, como si los primeros emanasen de ‘Cristo’ a través de su representante sagrado (el obispo) y los segundos fuesen ‘mera delegación de la comunidad'”
“Que ponga la defensa efectiva de los pobres de toda la Tierra, como lo hace el papa Francisco, por encima de todo dogma, rito y norma moral, asuma un paradigma cultural, político y teológico integralmente ecológico y feminista, y acepte radicalmente el principio de la laicidad tanto en el orden socio-político como espiritual”. En palabras del teólogo José Arregi, la Iglesia tiene por delante, después del coronavirus, esta ardua tarea si aspira a dejar de ser una institución cuya “desubicación social y cultural” es “evidente”.
Crítico frente al mismo discurso “medieval, de siempre”, Arregi reflexiona en esta entrevista sobre la urgencia de reformar los códigos eclesiásticos y la teología de fondo, provocando la aparición de una Iglesia que demuestre ser de veras samaritana.
¿Cómo está percibiendo la sociedad española la implicación de la Iglesia y el papel que está jugando en la pandemia? ¿Está cumpliendo su función social?
Carezco de datos sociológicos, pero mi impresión personal, desde este rincón de Gipuzkoa, es que a la Iglesia institucional se la siente más lejana o ausente que nunca. Se comprende, pues ninguna institución social estaba preparada para esta situación, local y planetaria, inédita, pero en el caso de la Iglesia católica, su desubicación social y cultural se vuelve mucho más evidente. Con contadísimas excepciones, la Iglesia católica ha acatado con civismo y responsabilidad las directrices administrativas sobre el confinamiento –no podía ser de otra forma–, pero creo que, en general, se revela incapaz de hacerse próxima y samaritana en esta situación, de mostrarse accesible, cercana, presente de otra manera, de ponerse guantes y mascarillas y ofrecer sus casas y sus medios materiales o personales al servicio de los más vulnerables, o de pronunciar al menos una palabra humana, comprensible, de consuelo y de aliento tan necesarios.
¿Por qué no ha conseguido como institución visibilizar bien su lucha contra la pandemia y no ha podido ni ha intentado romper el techo de cristal de los grandes medios, especialmente las televisiones?
La pandemia ha puesto aún más de manifiesto que la institución eclesial sigue anclada en lenguajes, ideas, imágenes del pasado. Las eucaristías televisadas en iglesias desangeladas me parecen rituales de otro mundo. Cuando los Estados están recurriendo a la geolocalización para el control de los contagios –con el riesgo de que el control acabe siendo tan peligroso como el contagio del virus–, cuando los científicos recurren a la inteligencia artificial para buscar la vacuna del Covid-19 –sometiéndose casi a la fuerza a los intereses de grandes farmacéuticas en una loca carrera por ganar, origen de todos los males–, cuando el mundo entero está en vilo ante un futuro que puede ser mucho mejor o mucho peor que el que nos ha traído hasta aquí…, los obispos siguen animando a rezar a Dios por el fin de esta pandemia (que alguna vez acabará) y muchos teólogos siguen dando vueltas al dilema de Epicuro (s. IV a.C): si Dios puede y no quiere o quiere y no puede evitarnos estos sufrimientos… Mientras siga imaginando a Dios como Ente Supremo personal a imagen humana, la Iglesia seguirá confinada, cada vez más lejos de esta sociedad, de sus angustias y alegrías.
¿Cree usted que la Iglesia institucional va a formar parte del nuevo contrato social que parece estarse tejiendo?
Serán indispensables para ello dos condiciones. En primer lugar: que ponga la defensa efectiva de los pobres de toda la Tierra, como lo hace el papa Francisco, por encima de todo dogma, rito y norma moral, asuma un paradigma cultural, político y teológico integralmente ecológico y feminista, y acepte radicalmente el principio de la laicidad tanto en el orden socio-político como espiritual. Y en segundo lugar: que esté dispuesta a llevar a cabo una relectura de la Biblia y de toda la tradición teológica, más allá de toda letra y de todo significado, una reinterpretación a fondo de todos sus dogmas y categorías, y una reforma absoluta del modelo clerical de Iglesia. De otro modo, la Iglesia institucional no será levadura, testigo, compañera de camino simplemente, y comensal en Emaús… Sin eso, la Iglesia seguirá haciéndose cada vez más extraña y ajena a esta sociedad, hasta disolverse del todo.
¿La crisis del coronavirus está haciendo aflorar el lado religioso de mucha gente, hasta ahora escondido o tapado? ¿Los indiferentes religiosos volverán al catolicismo o se irán definitivamente en busca de nuevas espiritualidades?
Parece claro que el coronavirus hace que sintamos en carne viva nuestra fragilidad y vulnerabilidad, nuestra finitud, nuestra muerte. De pronto, la humanidad, empezando por las mayores potencias, se encuentra confinada, confrontada con sus miedos, su soledad, su muerte y la muerte de las personas queridas, en estado de duelo planetario como nunca se había conocido.
Pero creo que sería un gran error pensar que ello vaya a significar el reforzamiento de las religiones tradicionales y, en concreto, de la Iglesia católica. Es muy posible que mucha gente redescubra la profunda necesidad de mirarse más a fondo a sí misma, a la naturaleza que somos, al cielo estrellado, de sumergirse en el Misterio de lo que es, de reconciliarse con sus heridas profundas, de reconocer la necesidad de cuidado y de ternura, de reinventar la economía y la política, de recuperar la paz, el respiro, el aliento a nivel personal y estructural, a nivel económico, político, planetario, de volver a sentir que todos somos uno y que solo juntos podremos salvarnos.
Es muy posible que esta pandemia lleve a mucha gente a redescubrir la necesidad de la “espiritualidad” como hondura de la vida y de todo lo real, pero no creo que, al menos la inmensa mayoría, la vuelvan a encontrar en las instituciones religiosas tradicionales con sus dogmas, ritos y códigos.
¿El miedo a la muerte que ha recorrido el cuerpo social ha encontrado en la Iglesia sentido, consuelo y esperanza? Sin posibilidad de realizar funerales, ¿ha perdido la Iglesia el último rito de paso que le quedaba?
Espero que la situación actual sea un paréntesis y que podamos volver a despedir a nuestros muertos de manera presencial y colectiva, sea en una forma religiosa o laica. Espero que vuelvan los funerales religiosos, pero me gustaría que, después del coronavirus, cambie su lenguaje y su marco arcaico, y en ellas se dé cabida a las demandas y propuestas (textos, gestos, palabra) de las familias “no creyentes”, de modo que las alejadas y alejados de la iglesia puedan sentirse cómodos en ellas, reciban real consuelo, y la frontera misma entre “liturgia” (“acción del pueblo”) religiosa y laica vaya diluyéndose.
Verónica en el coronavirus
¿Se ha consagrado Internet (otrora demonizado por muchos clérigos) como un gran medio de humanización y de evangelización?
¡Gracias a Internet! Sin él, la pandemia sin Internet hubiese sido una catástrofe familiar, social, económica… mucho mayor para todos. Sin él, también las instituciones religiosas se hubiesen resentido mucho más. Pero, a la vez, el coronavirus debería ser una ocasión para pararnos a pensar pausadamente sobre cómo utilizar Internet mucho más sabiamente, una ocasión para medir los riesgos de pasarnos el día pegados a una pantalla o la amenaza de un control dictatorial de nuestras vidas por parte de los Estados y de los grandes poderes inhumanos.
Lo mismo vale para las instituciones religiosas: muchos obispos utilizan masivamente las nuevas tecnologías para difundir el mismo mensaje “de siempre”, medieval, incomprensible. Cuanto más se difunde, más negativo es su efecto, más crece la distancia entre el Evangelio y la cultura, más descuida la Iglesia su misión profética en el mundo de hoy. Es la hora de un gran discernimiento por parte de la Iglesia institucional.
¿Cómo será la Iglesia del postcoronavirus? ¿Qué características tendrá? ¿Hacia qué líneas de fondo apuntará? ¿Afectará a las reformas del Papa Francisco?
El coronavirus nos ha demostrado, una vez más, que el futuro es imprevisible, y constituye una clara invitación a la cautela también en lo que respecta al futuro concreto de la Iglesia. En cualquier caso, esta pandemia podría constituir un signo de los tiempos que llama a la Iglesia a dar un salto adelante histórico en una doble línea estrechamente relacionada: una llamada, en primer lugar, a convertirse personal e institucionalmente en Iglesia de los pobres y para los pobres, dando prioridad absoluta a la bienaventuranza y la liberación de los pobres respecto de la doctrina; una llamada, en segundo lugar, a reinventar radicalmente otro modelo no clerical-jerárquico-masculino de Iglesia y, al mismo tiempo, a renovar a fondo (no solo en lenguajes y formas superficiales) toda la teología (creencias, ritos, normas…).
“Muchos obispos utilizan masivamente las nuevas tecnologías para difundir el mismo mensaje ‘de siempre’, medieval, incomprensible. Cuanto más se difunde, más negativo es su efecto, más crece la distancia entre el Evangelio y la cultura de hoy”
Lo más probable, me parece, es que la Iglesia sea incapaz de responder a este doble y único desafío, y que, en consecuencia, la distancia entre la Iglesia y el mundo de hoy se acreciente y la crisis de la Iglesia se acentúe. El Papa Francisco está siendo un profeta mundial de una Iglesia pobre y para los pobres, pero su teología sigue siendo muy tradicional. Mientras persista ese desajuste, la reforma necesaria de la Iglesia me parece imposible.
¿Podrá seguir manteniendo su actual estructura económica, territorial y funcional?
La drástica reducción numérica de los “fieles” (que creo que acabará extendiéndose a nivel planetario) por un lado, y, por otro, la globalización de Internet exigen, efectivamente, que se repiense todo el funcionamiento y la organización de la Iglesia católica (parroquias, diócesis, Vaticano, distinción entre clérigos-laicos, exclusión de la mujer, sacramentos…). La pesadísima maquinaria clerical, vertical y centralizada es insostenible. Pero no se trata tanto de “formas de organización”, sino de modelo de religión y de Iglesia.
¿La pandemia ha despertado en el laicado la conciencia de su ser ‘pueblo sacerdotal’ y, por tanto, la exigencia de asumir ministerios ordenados?
Esa conciencia viene de mucho antes, pero es verdad que la pandemia y el confinamiento la agudizan. Y no se trata de que los “laicos” asuman “ministerios ordenados”, sino de superar la distinción entre laicos y clérigos (distinción creada por los clérigos) y, por lo tanto, entre “ministerios ordenados” y “ministerios no ordenados”, como si los primeros emanasen de “Cristo” a través de su representante sagrado (el obispo) y los segundos fuesen “mera delegación de la comunidad”. Ese esquema ya no tiene sentido. ¿Lo aprenderemos en el confinamiento? ¿Nos tendrá que enseñar esta nueva teología un coronavirus?
¿Habrá que revisar la actual praxis sacramental, especialmente de la eucaristía y de la penitencia?
¿Cómo entender que no podamos celebrar la memoria sacramental de Jesús porque no podamos ir a una iglesia o porque un “sacerdote ordenado” no pueda venir a casa? ¿Cómo seguir manteniendo que no hay “sacramento eucarístico” (que significa dar gracias por la vida) si no hay “transustanciación” del pan y del vino o de lo que sea en “cuerpo de Cristo”? ¿Pues qué son el pan y el vino y todo lo que es sino cuerpo de Cristo, si es que sabemos mirarlos con ojos de evangelio? ¿Y cómo entender que no somos perdonados si un sacerdote canónicamente ordenado no nos absuelve? ¿Qué es el pecado sino el daño que nos hacemos, y cómo curarlo sino derramando un poco de ungüento los unos sobre los otros, confinados en casa o en la calle o en las instituciones políticas y en las leyes del mercado que habrá que revisar cuando pase esta pandemia, si no queremos que otra pandemia mucho peor acabe con todos? ¿Qué es el perdón sino seguir cuidando la vida y confiando en el otro? ¿No deben ser nuestra palabra, nuestra mirada y nuestros gestos cotidianos verdadero sacramento del perdón mutuo “setenta veces siete” cada día?
https://www.religiondigital.org/opinion/Jose-Arregi-manifiesto-institucion-lenguajes-iglesia-tecnologia-teologia-ritos-arcaicos-sacramentos-desubicacion-coronavirus-francisco_0_2222477736.html

domingo, 19 de abril de 2020

PRESENTACION DEL TEXTO de Miguel Angel MESA.- CUANDO SE ABRA LA PUERTA.-

LES EXPLICO COMO ABRIR  EL  SITIO DE ABAJO;   APRETAR EL MAUSE LADO DERECHO,   APARECE UN  RECUADRO CON VARIOS ITEMS,   PÍNCHAR DONDE DICE;

               ABRIR  ENLACE EN UNA VENTANA NUEVA

Envío este texto que he escrito sobre lo que estamos viviendo y que espero que os guste y sirva. Lo podéis compartir si os parece conveniente.
Adjunto también el vídeo y la presentación que me ha hecho Asun Gutiérrez del mismo.         Un gran abrazo.
Miguel Ángel Mesa


SOLIDARIDAD SENCILLA, HUMANA, CRISTIANA, HAGÁMOSLA.-

jueves, 16 de abril de 2020

IHU,, Adital.- Fragmento del libro de MáximoFAGGIOLI.- "EL PAPADO LIMINAL DEL PAPA FRANCISCO.-

Mientras Benedicto buscaba una Iglesia fortificada,   Francisco espera  ver derrumbarse muros y fortificaciones de todo tipo, físicos, doctrinales y espirituales Al tratar con la crisis migratoria , o con el estado de las personas homosexuales y los católicos divorciados en la Iglesia , se ha puesto énfasis en los derechos y la dignidad de las personas consideradas fuera de los límites de la legitimidad o la respetabilidad. La compasión y la misericordia, virtudes preliminares cruciales, reemplazaron el juicio y la ortodoxia en una nueva jerarquía de valores.

HERMANOS, EL ORDENADOR TAMBIÉN SE VIO AFECTADO POR LA PANDEMIA, UNAS HORAS DE CUARENTENA GRACIAS A DIOS Y AL TÉCNICO ESTAMOS DE VUELTA EN EL SURCO. HOY MÁS QUE NUNCA QUEREMOS ESTAR MÁS CERCA. Ceb SanFelipeySantiago

martes, 14 de abril de 2020

SEMANA SANTA, experiencia diferente, más sentida más real........Ceb. SanFeliipeySantiago

Pasó SEMANA SANTAésta  por su contenido siempre conmovedor,  de un ser  humano  primero victoriado  por no comprender su verdadero  destino.  Lo creyeron un líder que los salvaría del imperio;  éste  si comprendió su  misión e hizo lo que todo imperio hace cuando  descubre un  VERDADERO PELIGRO,  lo denigra, hace que las masas  que le admiraron se den vuelta y lo entreguen  por  SEDICIOSO, LO TORTUREN, LO ASESINEN.    Luego  el relato   que hoy también nos toca a quienes decimos creer en Jesús;   dice (A.AlvarezValdes) : " nos toca caminar en un mundo muchas veces semejante a una tumba. Donde vemos despojos, mortajas y signos de muerte por todas partes.  Donde el vacío y la soledad hielan el entendimiento. Nos corresponde descubrir, en estos signos de muerte, los signos de la vida.  Corresponde creer que en este ambiente sepulcral del mundo , una fuerza  misteriosa y siempre nueva, aletea invitándonos a la esperanza.  Que allí  se levanta victorioso JESÚS  RESUCITADO,  vencedor del mal y la muerte.  Y lo mismo que el discípulo amado, debemos salir corriendo a gritos".    En el  momento que estamos viviendo donde todo es incertidumbre, nosotros contamos con certezas,  pongámoslas a  andar.- 
                                                   JoséEduardoBernadá

viernes, 10 de abril de 2020

Alicia De Sa.- Reflexiona sobre el artículo del periodista, sociólogo, profesor español Angel Luis Lara.


Me pareció un excelente artículo que expresa nuestra espiritualidad, a la vez que analiza el fenómeno desde lo sociopolítico y desde una mirada ecológica.
Al mismo tiempo deja abierto el interrogante sobre nuestro futuro como especie mostrando la gravedad de la crisis que atravesamos, pero apuesta, sin embargo, a la esperanza de un mundo mejor.    Alicia

 A este artículo se refiere  Alicia
 Ángel Luis Lara , español, sociólogo, cineasta y profesor de Estudios Culturales en la Universidad del Estado de Nueva York. , en un artículo publicado por El Diario , 29-03-2020. 


“No volveremos a la normalidad. La normalidad era el problema ”.




Recibimos del hermano PASTOR METODISTA ADEMAR OLIVERA


Muchas gracias Eduardo por el envío de este material.  Está muy bueno para reflexionar sobre el alcance más profundo y existencial de la pandemia que nos ha invadido.  Porque nos lleva a descubrir la conexión entre el virus que ataca el cuerpo con la locura de la deshumanización de la vida y el desprecio hacia la naturaleza a que hemos llegado. 
      Y aquí está en juego lo ideológico, lo político y los valores que que nos guían.     ¡Cuánto tiene que ver en esto el Evangelio que predicamos y la fe que nos sostiene!       Y que recordamos y celebramos especialmente en estos días de Semana Santa.  Vida, muerte y resurrección.  
    Te deseo para ti y para toda la Comunidad Cristiana SanFelipeySantiago    una Pascua muy bendecida. 
   Un abrazo fraterno,
                                      Ademar


 A este artículo se refiere el hermano Ademar;

 Ángel Luis Lara , español, sociólogo, cineasta y profesor de Estudios Culturales en la Universidad del Estado de Nueva York. , en un artículo publicado por El Diario , 29-03-2020. 


“No volveremos a la normalidad. La normalidad era el problema ”.

Agradecemos a Jorge ALONSO cmf. este magnífico aporte de Dm. Pedro CASALDÁLIGA cmf.

                     MALDITA SEA  LA  CRUZ
Maldita sea la cruz
que cargamos sin amor
como una fatal herencia.

 Maldita sea la cruz
que echamos sobre los hombros
de los hermanos pequeños.

Maldita sea la cruz
que no quebramos a golpes
de libertad solidaria,
desnudos para la entrega,
rebeldes contra la muerte.

 Maldita sea la cruz
que exhiben los opresores
en las paredes del banco,
detrás del trono impasible,
en el blasón de las armas,
sobre el escote del lujo,
ante los ojos del miedo.

                                                   Maldita sea la cruz
que el poder hinca en el Pueblo,
en nombre de Dios quizás.
                                Maldita sea la cruz
que la Iglesia justifica
- quizás en nombre de Cristo-
cuando debiera abrasarla
en llamas de profecía.
         ¡Maldita sea la cruz
                          que no pueda ser La Cruz!
                                                     Pedro Casaldáliga

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Bielli - Bernada