Así como nos re-unimos cada quince días, para compartir La Palabra, reflexionar sobre la misma e intentar caminos para llevarla a la práctica, también tenemos momentos lúdicos, nuestros hijos han sido testigos de que “nuestra amistad es una fiesta” y muchas veces colaboran para hacernos llegar por ejemplo un juego de cartas traído del extranjero, el UNO, (Jorge Cascardo), pasamos tardes y noches del invierno entretenidos compartiendo un chocolate y deliciosas tortas elaboradas por nuestras esposas. Ya que mencionamos a los hijos, nosotros colaboramos con ellos, durante la semana, pero al mismo tiempo saben que nuestro VIERNES es sagrado, por lo tanto no cuentan con nosotros ese día.
También concertamos algunas jornadas de compartir un día, donde podemos compartir un asado, otro día, lluvia de canelones, una cazuela de mondongo y todo lo que la imaginación culinaria nos depare.
Como casi todos somos asiduos concurrentes al teatro y cine, nos hemos hecho socios espectaculares, concretamos días en el que podamos ir y el que esté dispuesto concurre a boletería.
Así como tenemos momentos de estudio, de esparcimiento, también se han tenido que sortear dificultades de toda índole, tan dolorosos como la partida hacia la Casa del Padre de hermanos de comunidad. Hemos tratado todos en la medida de las posibilidades de cada uno brindar la ayuda necesaria, (acompañamiento personal, en sucesos muy seguidos de enfermedad, dada la edad que tenemos es bastante frecuente, sugerencias sobre problemas específicos, colaboración económica cuando es necesaria)
No tenemos ninguna actividad corporativa hacia fuera de la comunidad, dado que habiendo salido de la misma matriz, Parr. del Inmaculado Corazón de María, en la Comercial, con el correr de los años (46) se han producido las naturales mudanzas, quedando todos en distintos barrios, algunos bastante distantes entres sí, pero por encima de esta dificultad no hemos dejado apagar la llama de la amistad y la profundización de nuestra fe compartida. Algunos estamos comprometidos en distintas tareas sociales, eclesiales, barriales, colaborando estrechamente con nuestros hijos, compartiendo y poniendo a consideración de la comunidad, logros y fracasos, no pocas veces pidiendo sugerencias para las tareas que queremos desarrollar.