domingo, 5 de mayo de 2013

Desde Lambaré, Asunción, nos envía Juanjo.-

JUANJO,    REFLEXIONA DESDE LAMBARÉ, ASUNCIÓN.
Dios está… (Lecturas del 5 domingo de Pascua Ciclo C)

Hemos aprendido los mayores que Dios está en todas partes, en todo lugar, en el cielo y la tierra, y “todo lo ve”, pero no hemos aprendido quizás suficientemente lo que nos dice Jesús en el Evangelio hoy: “Si alguno me ama, si hace suya mi palabra, si la tiene en su corazón y en su vida, será un lugar de Dios, una morada de Dios, será presencia de Dios en el mundo. El Padre y yo habitaremos en él.” Es decir: Dios se hace presente en el mundo cuando vivimos en el amor (en este mundo tan desalmado a veces, tan demoníaco en sus formas de violencia, odios, injusticias…Allí, Dios está: en los pequeños y grandes compromisos por el amor verdadero).

Y esto es hermoso, porque cuando Dios está en el mundo y nos bendice su amor todo es distinto, como dice el Apocalipsis todo es luz: “No necesita la luz del sol o de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera” (Apoc. 21).

La comunidad cristiana es un espacio privilegiado donde se comparte la Palabra de Jesús, en familia, para hacerla presente en nosotros, aprender a discernirla, darle concreción en cada tiempo, celebrarla como Palabra de vida… no es para llenar la cabeza de conocimientos solamente ( aunque sea preciso usar la inteligencia y el conocimiento para entender bien lo que Jesús quiso decir-nos), no es para perder tiempo sino para ganarlo para la vida, una inversión a largo plazo…(entre tantas cosas urgentes: comida, vestido, etc. etc. vemos lo importante), no es tampoco solo un lugar de culto (eso puede aplicarse al templo) sino una manera de aprender a vivir y relacionarnos, según los criterios de Jesús, no sólo entre quienes estamos (que a veces ni nos relacionamos…), sino también con las otras personas, grupos, la sociedad, etc.. Entonces sí es Palabra de Jesús, es Palabra de Dios, y no sonidos vacíos…Y la Palabra tiene fuerza para crear esto.

Entonces, cuando experimentamos que Dios ilumina la vida y le da sentido, cuando su Palabra nos da paz, cuando su amor  nos llena el corazón, sentimos la necesidad de ofrecerlo y compartirlo con los demás como buena noticia. Eso es la Evangelización, que es el anuncio gozoso de alguien: Jesús, su persona, su vida, sus palabras…contagiar entusiasmo porque nos sentimos plenos en Dios.

Los Hechos de los Apóstoles, comentan que  estos van de un lado al otro, evangelizando, llevan la palabra de Jesús, porque lo sentían vivo, resucitado, y esto les llenó de alegría el corazón, y de sentido sus  vidas, de tal manera que lo ponen como prioridad de sus vidas. Pero se encuentran con nuevos problemas: ¿qué hacer? Se reúnen, comparten, buscan: y cuando hacen esto, encuentran caminos de evangelización. (Qué se debe pedir a los paganos, y qué no). Jesús no dejó una receta para todos los tiempos; nos dejó su Espíritu que nos ayudará a ser fieles a El.  Y la Iglesia, la comunidad cristiana, sigue buscando fidelidad a Jesús y su palabra para cada tiempo y necesidad.

Cada cristiano/a, cada comunidad, la comunidad Iglesia está llamada a ser ese lugar de presencia viva de Dios, que aliente otras presencias, porque Dios es más que la Iglesia…pero la alegría de los cristianos es ser un signo de ella, darle un nombre, y celebrar que Dios no se va. Siempre está.

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