Nazismo económico José Ignacio Gónzalez Faus
Comparemos:
por un lado la propuesta andaluza de expropiar a los Bancos las casas
inutilizadas, para dar vivienda a desahuciados y las críticas destempladas de
cierta prensa: “robo, atraco, ataque a la propiedad”… Por otro lado el Banco de
España propone crear trabajo con un salario inferior al mínimo legal (que en
España es el más bajo de la zona euro y no es ya salario mínimo sino salario
mierda). ¿Dónde está la moral, al menos
desde una óptica cristiana?.
Veamos.
“Todo hombre tiene derecho a encontrar en la tierra cuanto necesita. Los demás
derechos, sean los que sean, incluido el de propiedad y comercio libre, están
subordinados a ello: no deben estorbar sino facilitar su realización. Y es un
grave y urgente deber social reconducirlos a su finalidad primera” (Pablo VI,
Pop. Prog. 22).
“El
hombre, en cuanto a su persona, y por consiguiente en cuanto a sus bienes, más
es de la república que de sí mismo… Mediando una justa causa, puede disponer la
república de los bienes de cualquier particular, porque los bienes de éste más
son de la república que suyos… (Por eso) el que se exime fraudulentamente de
pagar los tributos no puede estar tranquilo en conciencia y está obligado a
restituir… Es una iniquidad que se grave más a los que deberían estar menos
gravados… Y así se hace ahora: que exentos los ricos, pagan tributos los
pobres” (Francisco de Vitoria,
Sentencias morales I, 93-94 y103-104).
Corrijo
la primera frase, matizando que el hombre es tanto (no más) de la república
como de sí mismo. Pero me pregunto por qué nuestras derechas exaltan al P.
Vitoria como gloria española, “prez de nuestro siglo de oro y padre del derecho
de gentes”, cuando tan poco caso le hacen. ¿No deberían decir (con su jerga)
que Vitoria era un perfecto cabrón y un comunista camuflado?.
Dicho lo
cual, saquemos algunas consecuencias de
los textos citados.
1.- El 25
de marzo del año pasado este periódico publicó un artículo titulado: ¿Crear empleo o crear esclavitud? Los
hechos van respondiendo a aquella pregunta.
2.- Vivienda y empleo dignos son derechos primarios
irrenunciables que están muy por encima del (supuesto) derecho a poseer una
gran fortuna. Por tanto, si la iniciativa privada no puede o no
sabe crear empleo, recae sobre los gobernantes la obligación grave de
satisfacer esos derechos. Si no ¿para qué gobiernan? Pero ya nos avisan los
sabios que “salir de la crisis” significará sólo que ya no estamos en recesión,
mientras que el empleo seguirá siendo precario y los salarios más bajos.
(Añadamos que el PP sí ha creado empleo; pero sólo para cargos y dirigentes del
partido, que tienen sueldos dobles).
3.- “Los Bancos se hicieron para el hombre, no el hombre
para los banqueros” parafraseando una conocida frase
evangélica. El dinero que tienen los Bancos no es suyo: lo tienen para ayudar a
invertir a quienes crean riqueza, no para hacer negocios ellos. Si quieren
negociar con ese dinero ajeno y les sale mal es problema suyo; pero eso no les
autoriza a dejar de dar créditos. Clama al cielo que un banquero, condenado por
la justicia e indultado por el gobierno socialista, se jubilara con una pensión
de 88 millones (más otros 11 de un seguro acumulado). Ya el editorial de este
diario consideraba esa cifra como “astronómica”. Démosle un millón (que ya lo
quisieran muchos) y digamos que aquel señor es moralmente un ladrón que robó 87
millones. Si fuera católico habría que negarle la comunión como pecador
público.
4.- Todo
esto no afecta sólo al PP. Rubalcaba y
otras prominentes figuras del PSOE tienen fortunas de más del millón de euros.
Ese solo dato ya explica la crisis actual del partido, porque es profundamente
antisocialista. Sueño que esos millonarios del PSOE se reunirán
un día y, además de las propuestas que están haciendo, sensatas quizá pero
inútiles (pues Rajoy ya declaró que, para él, eso de dialogar significa: “haga
Ud todo lo que yo digo y comparta las responsabilidades”), nos comuniquen que
han decidido reducir sus fortunas a unos dos o trescientos mil euros y, con todo
lo que pase de ahí, buscar modos de invertir, sin más objetivo que crear empleo
y sin buscar beneficios. Eso sería socialismo. Y así no necesitarían adornarse
con lo que antaño llamé ”izquierdas de plástico”.
5.- Un sistema montado para satisfacer los caprichos de
unos pocos y no las necesidades de todos, es puro nazismo económico tan
intolerable como fue antaño el nazismo racial. Europa puede
imponernos una reducción sensata y justa de nuestra deuda. Pero no puede exigir
que esa reducción se haga precisamente recortando gastos sociales y derechos
primarios, sobre todo cuando nosotros no hemos elegido a esos poderes. Menos
aún debe alabar tales atrocidades como si pensara que los destinatarios de esos
recortes no son personas sino una raza infrahumana (son PIGS, cerdos, como ya
se dijo; y es sabido que del cerdo “se aprovecha todo”).
6.- Sin una revisión muy seria de nuestra moral de la
propiedad, no habrá salida para este mundo. Por supuesto, lo
dicho vale también, y primariamente, para la Iglesia, las órdenes religiosas y
para mí.
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