Los Caminos del 2013.
Red de Comunidades Cristianas por La Paz y
La Justicia.
Cuando
observamos con preocupación la crisis política, social y sobre todo ética por
la que atravesamos en Honduras nos sentimos movidos por nuestra Fe a
expresarnos como Red de Comunidades Cristianas por La Paz y La Justicia, ante
esta coyuntura caracterizada por muchos signos del pecado estructural que va en
contra de la vida digna del pueblo Hondureño.
Una coyuntura
cuya crisis se manifiesta entre otros por los siguientes cuatro puntos:
1.- El
desmoronamiento de la validez del sistema electoral partidista, el evidente
fraude y falsedad del sistema electoral Hondureño plagado de vicios y
manipulaciones en favor de los grupos de poder. Si bien el sistema electoral es
fundamental en toda democracia es también conocido que es manipulado en sus
procesos técnicos y más que todo por los grandes medios de comunicación que
influyen negativamente en la conciencia del ciudadano es por ello que no es
nada nuevo que en la historia de los procesos electorales, este ha sido, en más
de una ocasión favorecedor a los dictadores.
2.- Tenemos una
sociedad sumida por el miedo, mismo que ha sido inducido en nuestra vida
social, laboral e inclusive al interior de nuestros propios hogares, miedos
diversos como ser el de perder nuestros empleos o las fuentes de trabajo por lo
que tenemos que aceptar resignados las condiciones más inhumanas de empleo.
Miedo que se
manifiesta al creer que el estado de cosas no puede ser cambiado y que por lo
tanto no nos queda más que un conformismo , apatía y resignación ante la
soberbia de un sistema violento y explotador.
Miedo a la vida
porque tememos salir de nuestras casas acosados por la violencia de estado
dirigida a los pobres a través de la delincuencia y crimen organizado pero
sobre todo como una política velada de estado que se da en los mismo vínculos
que este tiene con la delincuencia común como también a través de la
persecución y criminalización de las luchas sociales.
3.- Condiciones
de vida y derechos humanos en franco deterioro, sabemos bien que en toda
sociedad la democracia y los derechos humanos son fundamentales para combatir
la violencia y cultivar una conciencia
pacífica, pero sin embargo vemos la manera alarmante en que la salud, la
educación y en general los más elementales derechos para una vida digna son
objeto de negocio y privatización para unos cuantos empresarios.
4.- El deterioro
del estado como institución si bien la
ley y el orden son necesarios para todo pacto de convivencia, en nuestra querida
Honduras sentimos que esto se ve cada día más lejano, las instituciones y las
propias leyes de tuercen y pactan en favor de unos pocos en detrimento de las
mayorías y la barbarie nos acosa, que esperanza podemos tener en una sociedad
con tantos asesinatos y torceduras de la ley pareciera que Honduras pasa por
una noche obscura.
Ante esto nos
vemos en la necesidad de sumarnos a todo un sentimiento que se ha generado en
nuestro pueblo consiente y es nuestro esfuerzo por luchar contra esos miedos que nos atan a no
organizarnos que nuestra perspectiva sea que el verdadero poder viene desde
abajo con el pueblo organizado, para ello debemos entender la necesidad de
unirnos en la diversidad de criterios bajo el principio de poner primero los
intereses del pueblo empobrecido.
El pueblo con la
organización debe partir a la movilización para reivindicar y declarar que no
estamos conformes y desaprobamos todas las injusticias que se cometen contra
nosotros , expresarnos que no deseamos seguir siendo los grandes perdedores y
todo lo contrario somos dignos y merecedores de una Honduras fraterna.
La actual
bancarrota de la clase gobernante con su pírrica victoria electoral nos ofrece
una oportunidad para romper con este sistema inhumano siempre y cuando
entendamos que la democracia no es el voto, la democracia se construye día a
día desde nuestros hogares hasta la lucha en las calles y la participación
ciudadana.
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