El Papa Francisco cumplió lo prometido a los periodistas en el viaje de ida a Tierra Santa y en el vuelo de regreso a Roma ofreció una rueda de prensa en la que habló durante unos 45 minutos de diversos temas de actualidad. (Algunas preguntas y respuestas)
-Usted habló con palabras muy
duras contra el abuso sexual de menores de parte
de los sacerdotes, usted creó una comisión para enfrentar mejor este problema a
nivel de la Iglesia
universal. Sabemos que en todas las iglesias locales hay normas que exigen una
fuerte obligación moral
y a menudo legal a colaborar con las autoridades civiles locales. ¿Qué hará
usted si hay un obispo que no ha observado estas normas, se lo excluye, se le
pide que dimita u otras sanciones? ¿Cómo se puede enfrentar en sentido
práctico?
-En la Argentina a los privilegiados les decimos "este es un
hijo de papá"...
y en este problema no habrá "hijos de papá". En
este momento hay tres obispos que están bajo investigación: uno ya está
condenado y se está estudiando la pena que hay que hacer. No existen
privilegios. Sobre este tema de los menores es un delito tan feo, tan, lo
sabemos que es un problema grave en muchos lados, pero a mí me interesa la
Iglesia.
¿Qué nos aporta quién hace esto? Traiciona el cuerpo del Señor
porque estos sacerdotes que deben llevar este niño, esta niña, este muchacho,
esta muchacha a la santidad, y este niño, esta niña, confían. Y estos
sacerdotes en cambio de llevarlos a la santidad, abusan. Y esto es gravísimo.
Es como... Les haré una comparación: es como una misa negra, por ejemplo:
tú tienes que llevarlo a la santidad y lo llevas a un problema que va a durar
toda la vida.
Y la
próxima semana, no, creo que será el 6 o el 7 junio, los primeros días del mes,
va a haber una misa con 6 u ocho personas abusadas en Santa Marta y después,
una reunión con ellos. Son personas que son de Alemania, dos de Inglaterra o
Irlanda... Serán unos ocho, con el Cardenal O'Malley, de la comisión. Pero
sobre esto tenemos que seguir adelante, adelante. ¡Tolerancia cero!
Quiero saber
si se ha hablado de casos concretos de acercamiento
con otras Iglesias. Por ejemplo, si
cree que la Iglesia Católica puede aprender algo de la Iglesia ortodoxa como
por ejemplo en el caso de los curas casados, un asunto que se ha puesto de
actualidad tras la carta que usted ha recibido de 26 mujeres enamoradas de
sacerdotes.
-La
Iglesia Católica tiene curas casados. Católicos griegos, católicos coptos, hay
en el rito oriental. Porque no se debate sobre un dogma, sino sobre una regla
de vida que yo aprecio mucho y que es un don para la Iglesia. Al no ser un
dogma de fe, siempre está la puerta abierta. Pero en este momento no hemos
hablado de esto con el patriarca Bartolomé porque es secundario, de verdad.
Hemos hablado de que la unidad se hace en la calle, haciendo camino. Nosotros
jamás podremos llegar a la unidad en un congreso de teología. Hay que caminar
juntos, rezar juntos, trabajar juntos.
-Es usted un
líder político y espiritual, que abre muchas expectativas con iniciativas como
el encuentro con los líderes de Israel y Palestina. También en la Iglesia hay
muchas esperanzas de cambio, como ocurre con la situación de los divorciados. ¿No le parece que está poniendo demasiada carne en el
asador? ¿No teme que haya abierto demasiados frentes y demasiadas expectativas?
-Este
encuentro en el Vaticano será un encuentro de oración. No será para hacer una
mediación o buscar una solución. Será oración y después vuelven a casa. Pero yo
creo que la oración es importante. Rezar juntos, sin entrar en discusiones...
Será un encuentro de oración. Habrá un rabino, un musulmán, y yo. He pedido al
Custodio de Tierra Santa organizar las cosas prácticas.
Le
agradezco la pregunta sobre los divorciados. El Sínodo será sobre la familia, sus problemas,
sobre la riqueza de la familia, la situación actual de la familia. La
presentación preliminar que hizo el Cardenal Kasper tenía cinco capítulos.
Cuatro sobre las cosas bonitas de la familia desde el aspecto teológico, las
problemáticas familiares, el problema pastoral de las separaciones, la nulidad
matrimonial, los divorciados y el problema de la comunión... A mí no me ha
gustado que tantas personas, incluso en la Iglesia, sacerdotes, etc. hablasen
de la comunión a los divorciados como si todo se redujese a una casuística.
Sabemos
que hay una crisis de la familia. Los jóvenes no quieren casarse o no se casan,
conviven...Yo no querría que entrásemos en la casuística: lo que se puede hacer
o no se puede hacer... Por eso agradezco tanto esta pregunta, pues me da la
oportunidad de clarificar. El problema pastoral de la familia es muy, muy
amplio y no se debe deshojar caso a caso. Lo que el Papa Benedicto dijo tres
veces – una vez en Alto Adige, otra en Milán y otra en un consistorio
– es que hay que estudiar los procedimientos de nulidad matrimonial.
Estudiar
la fe con la que una persona va al matrimonio, y clarificar
que los divorciados no son extraños. Muchas veces se les trata como si lo
fuesen. Estoy seguro de que ha sido el Espíritu del Señor el que nos ha guiado
a escoger este tema para el Sínodo. La familia necesita mucha ayuda pastoral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario