EL EVANGELIO NO “SACRALIZA” NINGÚN MODELO DE
FAMILIA
Escrito
por Fray Marcos
Lc 2,41-52
Solo si
conocemos lo que era la familia en tiempo de Jesús, estaremos en condiciones de
comprender lo que nos dice el evangelio. En aquel tiempo no existía la familia
nuclear, formada por el padre, la madre y los hijos. En su lugar encontramos el
clan o familia patriarcal. El control absoluto pertenecía al varón más anciano.
Todos los demás miembros: hijos, hermanos, tíos, primos, esclavos formaban una
unidad sociológica. Este modelo ha persistido en toda el área mediterránea
durante milenios. Cuando un varón se casaba, la esposa entraba a formar parte
de su familia, olvidándose de la suya propia. La ceremonia principal de la boda
consistía en conducir a la novia de casa de su padre a la casa del novio.
Todos los
miembros de la familia, formaban una unidad de producción y de consumo. Pero la
riqueza básica del clan era el honor. Sus miembros estaban obligados a
mantenerlo por encima de todo. Por eso el deber primero de todos y de cada uno,
era mantener el estatus social limpio de sospecha. No era solo una cuestión
social sino también económica. Las relaciones económicas eran inconcebibles al
margen de la honorabilidad y el prestigio. Era vital para el clan que ningún
miembro se desmandara y malograra el bienestar de toda la familia. Esto no
quiere decir que no tuvieran los esposos relaciones especiales entre ellos y
con los hijos. Incluso podían tener su casa propia, pero nunca gozaban de
independencia.
Esta
perspectiva nos permite comprender mejor algunos episodios de los evangelios.
El que acabamos de leer es un ejemplo. Desde la idea de una familia formada por
José, María y Jesús, es incomprensible que se volvieran de Jerusalén sin darse
cuenta de que faltaba Jesús. Si todo el clan (treinta – cincuenta personas)
sube a Jerusalén, como familia, los varones estarían juntos, las mujeres
también y los jóvenes andarían por su lado, sin preocuparse demasiado los unos
de los otros, porque la seguridad la daba el grupo.
Otros
pasajes también se explican mejor desde esta perspectiva: (Mc 3, 20-21) “Al
enterarse ‘los suyos’ se pusieron en camino para echarle mano, pues decían que
había perdido el juicio”. Lo que pretendía su familia era impedir que siguiera
por el camino que había emprendido. Trataban de evitar una catástrofe para él y
para todo el clan. El tiempo les dio la razón. Un poco más adelante (Mc 3,
31-34): “Una mujer dice a Jesús: tu madre y tus hermanos están fuera. Él
contestó: Y ¿quiénes son mi madre y mis hermanos? Se nos está diciendo que para
llevar a cabo su obra, Jesús tuvo que romper con su clan, lo cual no supone
para nada que rompiera con sus padres. Este episodio lo recoge también Mt y Lc.
Hay otro
aspecto que también se explica mejor desde este contexto. La costumbre de
casarse muy jóvenes (las mujeres a los 12-13 años y los hombres a los 13-14). Era
vital adelantar la boda, porque la media de edad era unos treinta y tantos años
y a los cuarenta eran ya ancianos. En el ambiente que tenían que vivir, no era
tan grave la inexperiencia de los recién casados, porque seguían bajo la tutela
y seguridad que daba el clan. También la responsabilidad de criar y educar a
los hijos era tarea colectiva, sobre todo de las mujeres.
Jesús no se
sometió a ese control porque le hubiera impedido desarrollar su misión. Fijaros
el ridículo que hacemos cuando en nombre de Jesús, predicamos una obediencia
ciega, es decir, irracional, a personas o instituciones. Cuando creemos que el
signo de una gran espiritualidad es someter la voluntad a otra persona, dejamos
de ser nosotros mismos. La explicación que acabo de dar, pretende armonizar la
responsabilidad de Jesús con su misión y el cariño entrañable que tuvo que
sentir, sobre todo por su madre.
El relato
evangélico que acabamos de leer, está escrito ochenta años después de los
hechos; por lo tanto no tiene garantías de historicidad. Sin embargo, es muy
rico en enseñanzas teológicas. No hay nada de sobrenatural ni de
extraordinario, en lo narrado. Se trata de un episodio que revela un Jesús que
empieza a tomar contacto con la realidad desde su propia perspectiva. Justo a los
doce años empezaban a ser personas, a tomar sus propias decisiones y a ser
responsables de sus propios actos.
Sentado en
medio de los doctores. Los doctores no tienen ningún inconveniente en admitirle
en el “foro de debate”. Tiene ya su propio criterio y lo manifiesta. Sus padres
no entienden nada. Lc está preparando lo que va a significar toda la vida
pública, adelantando una postura que no es de niño sino de persona responsable
y autónoma. No es difícil imaginar que sus padres no lo comprendieran. La verdad
es que fue, para casi todos los que le conocieron, incomprensible la calidad
humana del que se llamaría a sí mismo hijo del hombre. Sigue el texto diciendo:
siguió bajo su autoridad, pero ya ha dejado claro que su misión va más allá de
los intereses de su clan. La última referencia es también un aldabonazo a
nuestro empeño en hacerle Dios antes de tiempo. Dice el texto que Jesús crecía
en estatura en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres
Debemos
buscar la ejemplaridad de la familia de Nazaret donde realmente está, huyendo
de toda idealización que lo único que consigue es meternos en un ambiente
irreal que no conduce a ninguna parte. Sus relaciones, aunque se hayan
desarrollado en un marco familiar distinto del nuestro, pueden servirnos como
ejemplo a nosotros, en nuestro propio modelo de familia. Lo importante no es la
clase de institución familiar en que vivimos, sino los valores humanos que
desarrollamos. Jesús predicó lo que vivió. Si predicó la entrega, el servicio,
la solicitud por el otro, quiere decir que primero lo vivió. El marco familiar
es el primer campo de entrenamiento para todo ser humano. El ser humano nace
como proyecto, que tiene que ir desarrollándose a lo largo de toda la vida con
la ayuda de los demás.
Debemos
tener mucho cuidado de no sacralizar ninguna institución. Las instituciones son
instrumentos que tienen que estar siempre al servicio de la persona humana.
Ella es el valor supremo. Las instituciones ni son santas ni sagradas. Con
demasiada frecuencia se abusa de las instituciones para conseguir fines ajenos
al bien del hombre. Entonces tenemos la obligación de defendernos de ellas. No
son las instituciones las culpables sino algunos seres humanos que se
aprovechan de ellas para conseguir sus propios intereses a costa de los demás.
No se trata de echar por la borda una institución por el hecho de que me exija
esfuerzo. Todo lo que me ayude a crecer en mi verdadero ser, me exigirá
esfuerzo. Pero nunca puedo permitir que la institución me exija nada que me
deteriore como ser humano.
La familia
sigue siendo hoy el marco privilegiado para el desarrollo de la persona humana,
pero no solo durante los años de la niñez o juventud, sino durante todas las
etapas de nuestra vida. El ser humano solo puede crecer en humanidad a través
de sus relaciones con los demás. La familia es el marco insustituible para esas
relaciones profundamente humanas. Sea como hijo, como hermano, como pareja,
como padre o madre, como abuelo. En cada una de esas situaciones, la calidad de
la relación nos irá acercando a la plenitud humana. Los lazos de sangre o de
amor natural debían ser puntos de apoyo para aprender a salir de nosotros
mismos e ir a los demás con nuestra capacidad de entrega y servicio.
En ninguna
parte del NT se propone un modelo de familia, sencillamente porque no se
cuestiona el existente en aquel tiempo. Proponer un único modelo de familia
como cristiano, es pura ideología. Si dos hermanos viven con uno de los padres
forman una familia, cuando muere el padre, ¿dejan de ser una familia? y si son
dos personas que se quieren y deciden vivir juntos, ¿no son una familia? Jesús
no defendió instituciones, sino a las personas que la forman. En cualquier
modelo de familia lo importante es el amor, que Jesús predicó y que debemos
desarrollar en cualquier circunstancia que la vida nos plantee.
Resumen: Los valores cristianos los vivió Jesús en
el modelo judío y se pueden vivir en modelos muy diferentes.
Meditación-contemplación
No sería mala idea hacer hoy la meditación todos
juntos en familia.
Piensa: ¿Qué sería yo sin los demás?
Nada, absolutamente nada.
Ni siquiera mi existencia sería posible.
Si los que te rodean han hecho posibles que tú seas,
¿Es mucho pedir, que tú ayudes a los demás a ser?
......................................
¿Cómo podría la araña tejer su tela si no tuviera puntos de apoyo para fijar su trama?
Tu vida depende de esos puntos de apoyo.
Deja que otros se apoyen en ti para tejer su propia vida.
.........................................
La familia es el primer campo de entrenamiento para alcanzar humanidad.
No dejes de entrenarte cada día.
Pero la verdadera batalla hay que ganarla en la relación con los de fuera.
Deja que todos encuentren en ti un apoyo para seguir viviendo.
Es la única manera de vivir tú a tope.
......................................
Piensa: ¿Qué sería yo sin los demás?
Nada, absolutamente nada.
Ni siquiera mi existencia sería posible.
Si los que te rodean han hecho posibles que tú seas,
¿Es mucho pedir, que tú ayudes a los demás a ser?
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¿Cómo podría la araña tejer su tela si no tuviera puntos de apoyo para fijar su trama?
Tu vida depende de esos puntos de apoyo.
Deja que otros se apoyen en ti para tejer su propia vida.
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La familia es el primer campo de entrenamiento para alcanzar humanidad.
No dejes de entrenarte cada día.
Pero la verdadera batalla hay que ganarla en la relación con los de fuera.
Deja que todos encuentren en ti un apoyo para seguir viviendo.
Es la única manera de vivir tú a tope.
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Fray Marcos
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