martes, 1 de diciembre de 2015

SE HA ELEGIDO EL PEOR CAMINO. Opina Alicia DeSáTorres



Evidentemente el negocio del petróleo está en la base de la intervención militar del llamado Primer Mundo en Medio Oriente. Pero hay algo más que justifica el estado de guerra permanente: el negocio de las armas. 
Entre el petróleo y las armas se mueven los intereses de quienes detentan el poder económico a nivel mundial, responsables de la desigual distribución de la riqueza y, de seguir así, del destino de la humanidad.
La respuesta que reciben de sectores fundamentalistas islámicos es ni más ni menos que el espejo en que se refleja el horrible rostro de quienes se presentan como los dignos representantes de los valores de Occidente.   Alicia De Sá Torres

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