Dgo.19°
Tpo.Ord. C.C. (Lucas 12.32-48) Atilano
Alaiz.
LA VIDA ES UNA MISIÓN.-
La lectura realizada hoy, es todo un
tratado sobre el sentido de la vida y la historia. Ninguno de nosotros ha caído de un meteorito,
fruto de la casualidad, sino que nuestra existencia ha sido fruto del amor.
Dios me ha llamado con nombre propio para que forme parte de su gran
familia. Dios nada menos!! Se fía de mí,
me ha confiado una misión, espera de mí, un discernimiento maduro, dentro del
mundo y la iglesia
Lo que nos dignifica no es la misión, la
vocación, el lugar que ocupamos, sino el
modo de cumplir la misión que se nos ha encomendado. Es mucho más digno ante
Dios, un buen barrendero, humilde e inculto que un obispo infiel. San Agustín decía
a sus hermanos que su
nombramiento de obispo, no le da grandeza, su verdadera fuerza está por ser
hijo de Dios, este privilegio lo tenemos todos.-
Muchos de nosotros creemos ser cristianos
dignos por tener unos ritos y unos ratos de la vida dedicadas al Señor. La misión que hemos de realizar es en casa,
el taller, la oficina, el templo, en la calle, en la empresa, significa ser cristiano de tiempo completo,
no de a ratos, de fin de semana. Cada
uno de nosotros recibe gratuitamente distintas capacidades, posibilidades, al
final del camino, que siempre llegará por más comprado que lo tengamos, se nos
dirá: “Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá” (lc. 12,48)
Lo que se nos pide es más sencillo de lo que
creemos, simplemente hacer lo que debemos hacer lo mejor posible; dejar nuestro entorno familiar, comunitario,
vecinal, social motivados y movidos por
el amor SOLAMENTE ALGO MEJOR DE CÓMO
LO ENCONTRAMOS.
Hagámonos
esta pregunta qué voy dejando a
mi paso por la tierra ¿? Qué legado dejo
a mis hijos, mi familia, mi comunidad
¿? Al entregarnos no hemos de acobardarnos ante nuestra debilidad y lo arduo que parezca la
tarea. También a nosotros nos ha
prometido el Señor la fuerza del Espíritu para llevarla adelante.
Volvemos a San Agustín cuando nos dice: “
Empeñémonos y esforcémonos en realizar las tareas como si todo dependiera de nosotros y
confiemos enteramente como si todo dependiera de Dios”
Vivamos esta dinámica de responsabilidad y
esperemos con serenidad y gozo la vuelta del Señor, con los deberes y las tareas realizadas,
viviendo cada día como si fuera el último de nuestra existencia.-.
Comentario de Atilano Alaiz, en
versión libre autorizada por el autor, realizada por J. Eduardo Bernadá
No hay comentarios:
Publicar un comentario