Dgo. 21 Tpo.Ord.C.C. (Lucas 13,22-30) Comenta El Don de la Palabra, de A. Alaiz.
Versión libre autorizada por el autor.-
LA PUERTA ESTRECHA DE LA CONVERSIÓN
….Somos de esos hijos de Dios especialmente
agraciados por la fe, por la pertenencia a la comunidad cristiana, no solo para nuestro bien, sino
para que lo transmitamos al entorno.
La fe y la pertenencia a la iglesia, más
que un privilegio, es una responsabilidad ante los que nos rodean, es un camino
de humanización para nosotros y los demás, pero nunca un salvoconducto mágico. Ésta falsa seguridad que condena Jesús en
muchos judíos de su tiempo, creían que por su sola pertenencia, por la práctica
de ritos religiosos aseguraban la salvación
.Estremece
pensar que se puede estar sociológicamente en la iglesia sin iglesia, sin ser
Pueblo de Dios. Jesús nos previene
contra el engaño sutil de poner nuestra confianza en la sola praxis religiosa,
El es taxativo y afirma que se puede ser practicante sin pertenecer realmente al
Pueblo de Dios, sin gozar de las riquezas de la salvación o nutriéndose
sólo con las migajas del banquete. Nos previene para que entendamos que la
práctica no es mas que un medio, no un
fin.
No todos los que decimos, Señor, Señor.! No solo rezar, practicar devociones y cumplir
rigurosamente entraremos directamente en el Reino, sino el que cumple y hace la voluntad de mi
Padre (Mt.7,21) . Muchos confundimos la
iglesia con una agencia de viajes al Paraíso , que adquirimos boletos seguros con
el cumplimiento dominical, la devoción a
algún santo, rezando el rosario, cumpliendo con alguna novena, donando algún dinero a una institución. Si cumplimos estrictamente todo lo estipulado
sin olvidar tener un sacerdote al borde del lecho en el momento de la muerte, tendremos
la salvación, se trata de llegar a una salvación mecanicista,
muy en consonancia con el sentir del que hizo la
pregunta a Jesús.
La verdadera
señal de que somos discípulos de Jesús es la vivencia del amor. “Amaos
unos a otros como yo les he amado.
En esto conocerán que sois mis discípulos” (jn 13,34-35) Garantiza:
..”los que den de comer al hambriento, de beber al sediento ,
abrigo al que está en la intemperie, los que estén al
lado de su hermano en actitud de servicio, ésos podrán estar junto a El Padre “… Sólo
quién vive para los demás, vive el Evangelio, la buena nueva traída por Jesús.
Hagamos el
esfuerzo de : ENTRAR
POR LA PUERTA ANGOSTA, la puerta
del AMOR, en una verdadera vivencia COMUNITARIA,
profundicemos en la COMUNIDAD el Evangelio, comprometámonos en la
SOCIEDAD , hagamos de la FAMILIA una
iglesia doméstica, qué la COMUNIDAD sea realmente
de amistad, fe y
servicio.
Versión
libre autorizada por el autor realizada por José Eduardo Bernadá. 21.8.16
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