Dgo.20.Tpo.Ord. C.C (Lucas 12,49-53) SE CONTRADICE JESÍS? Comenta
Atilano ALAIZ
No!! La
contradicción es aparente, Jesús vino a traer la paz verdadera, que nace de la justicia, el
respeto a los derechos humanos, la fraternidad, la paz honda del corazón, no lo
que con frecuencia llamamos paz.
No ¡No
podemos hacer surgir una nueva estructura de vida si, previamente o
simultáneamente, no se destruye la estructura que oprime al hombre por dentro y por fuera. El vino nuevo va en odres nuevos, lo cual
supone desechar los viejos y esto implica
provocar un conflicto.
Cuando nosotros los cristianos somos un
agregado mas a la sociedad, con quién convivimos pacíficamente, sin oponernos a las
estructuras que la sociedad (nosotros)
creamos, injusticias, hambre, violación de derechos, violencia sobre los
débiles, cercenamiento de libertades, adoración a los líderes tanto políticos
como religiosos, no tendremos problemas.
Hemos decidido por una
religiosidad aburguesada, donde
exigimos a otros nos den lo que nosotros somos incapaces de compartir.
Un cristianismo de
seguimiento realmente nos traería
complicaciones, optar es apuntarse al
conflicto doloroso. Seguir a Jesús no
significa huir a un pasado ya muerto, sino se trata de vivir hoy con el mismo
espíritu que a Él le animó. Realmente
esto nos lleva inexorablemente a complicaciones.
El seguimiento a Jesús, implica caminar contra
corriente en actitud de rebeldía y ruptura frente a costumbres, modas, corrientes de opinión, resistirse a dejarse
domesticar por una sociedad superficial y consumista. Seguir a Jesús implica entrar en
conflictividad, Él nos pidió fuéramos sal de la tierra,, no azúcares. No digamos que
la sal escuece; sí lo sabemos, el día que no produzcamos dolores de quemazón
y les caigamos simpáticos será porque empezamos a dejar de ser cristianos.
Él practicó y predicó con palabras y gestos la
fraternidad, la igualdad, la dignidad
humana y la religiosidad
verdadera. Ayer, hoy
las oligarquías, los que dirigen los medios masivos de comunicación que son y representan a esas mismas oligarquías no perdonan que sus
privilegios sean amenazados,
inmediatamente suenan las alarmas,
son implacables y sabemos cómo termina siempre esta novela , ayer y
hoy, muertos remachados en la cruz.
Naturalmente la vida es compleja, debemos tomar decisiones de continuo,
discernir la opción que debemos tomar en
cada una de las situaciones, sabiendo
que la consigna de Jesús es intangible.
Finalmente en qué quedamos
Jesús nos da la paz o la guerra
¿ Las dos cosas simultáneamente. Supone perder una falsa paz superficial; pero
implica ganar otra paz, la de Jesús.
Él nos ha dicho “ MI PAZ OS DEJO, MIS PAZ OS DOY, PERO NO
COMO LA DA EL MUNDO”
Este comentario es una versión
libra autorizada por el autor, Atilano
ALAIZ, realizada por José Eduardo Bernadá8,
del libro “El Don de la PALABRA” Ciclo C
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