.NATIVIDAD del
SEÑOR. Jn.1,1-18 Ciclo A.
¿ QUÉ
NAVIDAD ?
Dar la mano a un ser humano, es darla al
mismo Dios; punzarlo es punzar a Dios, por eso por el misterio de la humanización de
Dios; porque el misterio continua;
Dios se encarna en Jesús y Jesús se
encarna en toda persona humana: “
A mí me lo hicisteis “ Increíble misterio ¡ Si
enjugamos las lágrimas de un niño inmigrante, a un niño carenciado, a un
niño sin padres, a un niño carente de cariño,
estamos acompañando al mismísimo Hijo de Dios
naciente,; el Señor lo agradece
mejor que sí se lo hubiéremos hecho a Él,
supone más fe y
mucho mas generosidad.
En esta fiesta no sólo celebramos que Jesús el Hijo de Dios, “vino”, sino que viene a nosotros, a nuestra familia, nuestra
pequeña comunidad, como visitó la casa de Pedro, , de los amigos
de Betania, de Mateo y de
Zaqueo, el Señor nos llama a gritos, ininterrumpidamente a una mayor calidad
y calidez de vida. Ni sospechamos
las nuevas experiencias, fascinantes que se nos ofrecen , si nos
instaláramos sería un acto imperdonable contra uno mismo , contra
la vida, contra los que tienen
derecho a esperar algo de nosotros.
Como hace
más de veinte siglos Dios viene a
nosotros a nuestro encuentro, celebremos cada nueva Navidad con alguna experiencia nueva de vida, de
encuentro con nosotros
mismos, con Dios y
con las personas de nuestro entorno
vital. Celebrar la Navidad para nosotros implica una responsabilidad
mayor, es celebrar una experiencia de
superación a nivel personal,
familiar, a nivel de
nuestra pequeña comunidad; a veces el esfuerzo no culmina como
quisiéramos, este momento es motivo para reflexionar y tomar un
renovado impulso personal y comunitario,
que el próximo “año” no sea uno más,
repetitivo , monótono, teniendo
en cuenta que ;
“QUÉ ALGO DEL FUTURO INMEDIATO TAMBIÉN ESTÁ EN NUESTRAS MANOS..”
Para que se produzca esa experiencia nueva y
haya superación en la vida personal, familiar, comunitaria es preciso, “preparar
el camino del Señor” Ël
no llega por caminos empinados llenos
de orgullo, ni por caminos socavados de pesimismo, desazón,
desaliento, desesperanza, caminos
zigzagueantes del fariseísmo; Él espera
caminos inundados de humildad,
confianza, sencillez , humanismo,
cuanto más se den estas condiciones, más profundo y gozoso será el
cambio y la experiencia nueva.
Quienes reciben al Hijo de Dios, ¿ ? los poderosos, los influyentes, los doctores, los
sumos sacerdotes, los cargados de títulos;
NO
::! La gente de corazón más sencilla,
los desvalidos, los ancianos (Ana
y Simeón), todos los primeros con espíritus
tortuosos se quedan vacíos (Lc.1,53)
Reiteramos a nivel personal,
familiar, comunitario
no debemos dejarnos arrollar por el quehacer sobrecargado de
estos días.
“PREPARAR EL CAMINO al SEÑOR” supone también
regalarse un tiempo extraordinario para
abismarse en el misterio, para
dialogar tranquila y amorosamente con el Señor. Los
espíritus aturdidos no nos damos
cuenta de su presencia que viene a nosotros con las manos llenas, tenemos derecho a esta ración de tiempo extra para gozar del misterio .
Quizá ahí obtengamos el medio para regalar, regalar
felicidad, no la de labios
afuera, sino de dentro, de lo
más hondo de nuestro corazón.
Para quienes vivan a fondo este misterio
de humanización de Dios, la
fiesta seguirá porque la llevará
dentro, una experiencia nueva que
nos regala el Señor;
“.. Qué sea NAVIDAD,
que no nos perdamos la NAVIDAD..”
Dm. Pedro Casaldáliga c.m.f.
Comentario
“Del Don de la Palabra” ciclo A, de Atilano Alaiz c.m.f.
en
versión libre actualizada y autorizada por el autor, realizada por J. E.
Bernadá
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