Dgo.
15 enero del 2017. Ciclo A. TIEMPO ORDINARIO Segundo Domingo
QUITA EL PECADO y DA LA GRACIA.-
Cuando
tenemos un familiar un amigo a quién consideramos realmente; nos
encanta presentarlo a los seres más
cercanos, más queridos, queremos
compartir la alegría.!!
Nos relata Atilano, que Dm. Pedro CASALDALIGA repite constantemente; “ lo que más agradezco a
mis padres es que me
hicieron conocer a mi HERMANO MAYOR, a JESÚS
de Nazaret, que es
el que llena mi vida..”
Nosotros
hoy en nuestro papel de abuelos
debemos presentar a nuestros
nietos sobre todo
con el testimonio de nuestras
propias vivencias a JESÚS
como el mejor “amigo” de nuestra propia vida personal,
familiar y comunitaria.
Juan, Pedro,
Pablo no descollaban
en público con elaboradas
reflexiones, largos
alegatos, pesados discursos, apelaban
a la sencillez para que
Él quite el
pecado de nuestro corazón y nos
ayude a
lograr una mayor
coherencia. Para ello se
requiere lo que todos debiéramos tener
muy presente; que la fe sea una experiencia seria
y profunda. No
es cuestión de cuatro rezos,
igual cantidad de genuflexiones
desganadas; algunos laicos caemos en la tentación de
criticar todo lo que no cambia, sin caer
en la cuenta que los primeros que debemos cambiar somos nosotros; hay sacerdotes que viven obsesionados en que
son perseguidos buscando visibilidad en
los medios descuidando realizar verdaderas campañas
hacia el interior de la Iglesia en
volver a las raíces de la misma, las pequeñas comunidades, donde humanizándonos
descubriremos la obra divina de Jesús.
Se
trata de
inspirar toda la vida en la espiritualidad y
la acción de Jesús,
estamos de acuerdo es muy difícil
¡! Pero a
eso nos hemos comprometido, no
ha hacerlo lo más light
posible de cumplo-miento.
Juan en su
sociedad, en su
momento ha dicho; “ Ése es el Cordero de Dios, con
ustedes está y no lo recocéis..!” no
deja de ser alarmante que después de veintiún siglos,
con un tercio de la humanidad que
se dice cristiana, Jesús siga
siendo un desconocido.
Ésta es nuestra misión como
cristianos; señalar con el dedo
a Jesús y decir. “te presento a mi “amigo y salvador” el Señor, el
que tal vez buscas
sin darte cuenta….pero para
eso debemos ser
espejo de Él,
qué compromiso vital …!!!
Versión libre resumida
autorizada por el autor Atilano Alaiz c.m.f.; realizado por J.Eduardo Bernadá
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