Hola, queridos hermanos
Ustedes disculparán que
en lo que va del año no me haya contactado con ustedes. Las vacaciones, en
parte, y otros temas coyunturales, fueron esta vez la causa de la interrupción
del diálogo fecundo que veníamos manteniendo con cierta regularidad entre las
dos orillas.
Pero hoy, a pesar de la
hora (ya pasada la medianoche) me veo impulsada a escribirles para felicitarlos
por el nivel de los últimos artículos del blog. Los leí atentamente y en verdad
me impactaron.
El primero de ellos, el de
Manolo González, no necesita copete. Es una profunda reflexión sobre el modo de
ser iglesia que compartimos.
El segundo, de Benjamín
Forcano, retomando los conceptos de Laudato si, complementó maravillosamente la
lectura que en estos días estoy haciendo de la Agenda Latinoamericana 2017 (De
paso, aprovecho para recomendarles 2 de los artículos que allí aparecen: Hay que cambiar de sistema, de
Naomí Klein y Una nueva visión de
nosotros mismos, que forma parte de la introducción).
La entrevista a Frei
Betto, por su parte, no tiene desperdicio.
Y el último, de José
Castillo, me pareció de absoluta actualidad y pertinencia.
Por todo ello, no tengo
más que agradecerles la calidad de las publicaciones, que me enriquecen, a la
vez que me confirman en el camino elegido, de conversión permanente. Un abrazo fraterno.
Alicia
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