Insisto en que, a mi modesta manera de ver, el problema está en la pobre, pobrísima, teología que tenemos. Una teología que no toma en serio lo más importante de la teología cristiana, que es la "encarnación" de Dios en Jesús. El llamamiento de Jesús a "seguirle". La ejemplaridad de la vida y del proyecto de vida de Jesús. Y la gran pregunta que los creyentes tendríamos que afrontar: ¿Cómo hacemos presente el Evangelio de Jesús en este tiempo y en esta sociedad que nos ha tocado vivir?
Termino insistiendo en que el control de Roma sobre la teología ha sido muy fuerte, desde el final del pontificado de Pablo VI hasta la renuncia al papado de Benedicto XVI. El resultado ha sido tremendo: en la Iglesia, en los seminarios, en los centros de estudios teológicos, hay miedo, mucho miedo. Y bien sabemos que el miedo bloquea el pensamiento y paraliza la creatividad.
La organización de la Iglesia, en este orden de cosas, no puede seguir como ha estado tantos años. El papa Francisco quiere una "Iglesia en salida", abierta, tolerante, creativa. Pero, ¿seguiremos adelante con este proyecto? Por desgracia, en la Iglesia hay muchos hombres, con bastones de mando, que no están dispuestos a soltar el poder, tal como ellos lo ejercen. Pues, si es así, ¡adelante! Que pronto habremos liquidado lo poco que nos queda.
José María Castillo, Religión Digital, 15 de mayo de 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario