EL CRISTIANO EN MISIÓN PROFÉTICA. 
                                                          
 EL CRISTIANO.!
  De esta
no se escapa nadie,  al bautizado se le
dice:   “  Yo te
unjo con el crisma para que entres a formar parte del PUEBLO de DIOS y seas
para siempre miembro  de  CRISTO, 
SACERDOTE,  PROFETA y REY “    TODOS, 
curas y laicos estamos en igualdad.
 El PROFETA,  es mensajero de tiempos nuevos,  de VIDA 
nueva,  de la liberación que DIOS
ofrece.   El profeta grita en medio de
los hombres que es posible la esperanza. El
profeta es enteramente solidario de los sin voz, de los olvidados, de los
desplazados, de los comunes.
 EL PROFETA,
descubre, observa su entorno con su  intuición valora los signos de los tiempos
ayudando a desarrollar el Reino que se
pre-anuncia en su mundo; por malsano, corrupto, injusto, desequilibrado que
sea: la igualdad de la mujer  en toda su  extensión  posible en la sociedad  civil y especialmente en la  iglesia,   
 la igualdad entre los seres
humanos,  el  arropamiento a los miles de desplazados por
el hambre, la guerra  interminable, el
ecumenismo.  Todas estas  premisas reiteradas una y mil veces por el
Papa  FRANCISCO.   Como todo profeta  es 
acusado,   insultado,  ignorado y 
perseguido,  más dentro que fuera.
 En una sociedad civil y religiosa,  que pone su mira en el poder,  los títulos, 
el enriquecimiento rápido, en superficialidades, en ratos y ritos
vacios,  con vidas que transcurren “felices”  sin preocupaciones  ni cuestionamientos  el PROFETA 
que necesita este momento debe demostrar que no somos más ricos cuando
tenemos títulos, poder de convocar multitudes enardecidas que pasado el momento
vuelven a sus casas igual o peor que cuando salieron.  Debe con su vida, su testimonio mostrar cómo
se disfruta  con sencillez como se
convive en una sociedad de la  abundancia,
que cuando tenemos mucho no somos más ricos, sino cuando tenemos poco  y lo compartimos está la felicidad.         Es escandaloso anunciar  este mensaje desde contextos  privilegiados, rodados de comodidades, y
seguridades económicas.  
  Hay cristianos que no se dejan hundir ante la
enfermedad, la pérdida del trabajo, el nacimiento de otro hijo en esas
condiciones,  las adversidades
sociales,  ante  el anuncio de la muerte.  Y claro que los hay, éstos anuncian a los que
le rodean que, a pesar del sufrimiento y los graves problemas, hay verdaderas
razones para vivir y luchar.  Vidas anónimas,
  así son verdaderas vidas  PROFÉTICAS, 
que nos cuestionan;   además muchas veces no son CRISTIANOS……
Dgo.
15.  Ordinario Ciclo B  (Mc. 6,7-13) 
Del comentario “Del don de la Palabra” 
texto de Atilano Alaiz, en versión libre autorizada por el autor para el
Blog     www.grupobasesfys.blogspot.com
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