lunes, 8 de octubre de 2018

DETODASPARTESVIENEN. Corresponsal en Cadiz, Juan CEJUDO.-

Tamayo3Veinticinco enigmas de la Biblia (a la luz de la evolución de la autoridad en la Iglesia), de Máximo Ruiz García (Noubooks, Tarragona, 2018).
Juan José Tamayo
Director de la Cátedra de teología y ciencias de las religiones “Ignacio Ellacuría”, de la Universidad Carlos III de Madrid y Secretario de la Asociación de Teólogos Juan XXIII
Agradezco la invitación a presentar este libro que me permite hacer un reconocimiento público del excelente trabajo socio-teológico-bíblico que viene llevando a cabo el teólogo Máximo García Ruiz durante casi medio siglo.

1. Mi relación con Máximo ha venido fraguándose durante más de treinta años y cada vez ha sido más se torna más estrecha y se refuerza con la sintonía.
– Tuvimos el mismo director de tesis doctoral. Casiano Floristán Samanes, prestigioso teólogo pastoralista y catedrático durante cerca de cuarenta años en la Universidad Pontificia de Salamanca. Su rigor científico, su sentido crítico y su compromiso social nos marcó a los dos.
– Los dos somos miembros de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, conciencia crítica de la sociedad y del cristianismo en España. En ella hemos compartido responsabilidades directivas y organizado buena parte de los 38 Congresos de Teología celebrados ininterrumpidamente desde 1981.
– Ambos somos teólogos ecuménicos y compartimos una pertenencia crítica a nuestras respectivas confesión, catolicismo y protestantismo. En el Congreso de la institución protestante CLADE V, celebrado en 2012 en San José de Costa Harold Segura me presentó de este guisa: “Tamayo es más protestante de lo que él cree y sabe”. No le corregí. Quizá llevara razón. ¿Podría decir yo lo mismo del catolicismo de Máximo García, teólogo de la Iglesia Bautista? No lo sé. Leyéndolo lo encuentro protestante confeso y convicto; hablando con é lo veo más cercano al catolicismo. Será su actitud de diálogo, respeto y el objetivo común de construir un cristianismo liberador al servicio de las personas y los pueblos oprimidos. Esa es sin duda la pasión que nos une. A superar o, al menos, a relativizar.
2. El libro que hoy presentamos 25 enigmas de la Biblia (Noubooks, Tarragona, 2018, 248 páginas), ilustrado por su hija Rebeca García Pérez, me parece:
– Literariamente bello, escrito en un lenguaje asequible al público interesado por temas religiosos. Máximo García es un excelente escritor y comunicador. La fluidez de su lenguaje oral se refleja en sus textos: precisión, equilibro en el decir y escribir…
– Teológicamente sólido, bien fundamentado: sabe de lo que habla y habla de lo que sabe. Máximo García es un buen teólogo.
– Bíblicamente, bien formado e informado, documentado y conocedor de los métodos exegéticos para el estudio de la Biblia hebrea de la Biblia cristiana, como demuestra en sus múltiples estudios e investigaciones.
Este libro es una nueva prueba de lo que acabo de decir. En él analiza 25 relatos bíblicos de diferentes géneros desde una triple óptica: ciencias naturales, sociales y bíblicas en un bien combinado juego interdisciplinar. Los llama “enigmas”, palabra adecuada que analiza, contextualiza e interpreta, pero no racionalizar. El enigma se mantiene de principio a fin.
Empezamos a leerlo con cierto morbo. Son textos que conocemos desde nuestra infancia. Nos los contaron en la clase de historia sagrada –obligatoria en la escuela franquista-. Nos llamaron la atención, nos intrigaron y quedaron grabadas en nuestro inconsciente personal y colectivo y personal y vuelven constantemente a nuestra mente: la serpiente del paraíso, la torre de babel, el diluvio universal, la mujer de Lot, la detención del sol y la luna, Sansón, la ascensión de Elías al celo, Jonás y la ballena, la burra de Balaam, el caminar de Jesús sirve las aguas, la resurrección de Lázaro, el hablar en lenguas, la presencia de ángeles y demonios, el género apocalíptico y su carácter simbólico, el milenio, etc.
Todos ellos son fenómenos curiosos, que quizá hoy llamaríamos “paranormales”, muchos de ellos considerados milagros o al menos fenómenos que nos sorprenden e intrigan. ¿Frustra la lectura de cada relato? Depende de la intención con que los leamos:
– Si lo que se busca es la veracidad histórica de lo narrado, es decir, que Dios hace milagros y muta las leyes de la naturaleza, la reacción es la frustración.
– Si lo que se espera es que se nos desvele el enigma, nos va a defraudar.
– Si lo que buscamos es una información, una reflexión, un sentido e incluso una lección moral, el libro nos satisface plenamente.
3. Autoridad de la Biblia, criterios de lectura y autoridad de la Iglesia en dicha lectura.
Los criterios de lectura, relectura e interpretación de la biblia que Máximo García utilizar son:
– La libertad “sin tabúes teológicos ni condicionantes eclesiales que limiten el fluir del Espíritu”.
– El reconocimiento de la autoridad de la Biblia frente a la cautividad de la que ha sido objeto por parte de las iglesias..
– La referencia final a Jesús de Nazaret.
– El papel fundamental del E. Santo, a quien Jesús confía la dirección de la Iglesia.
– La importancia de asamblea de los creyentes: “Ha parecido bien al Espíritu Santo y a nosotros”.
Máximo entra en el permanente debate sobre la Palabra de Dios y describe las dos tendencias principales: el fundamentalismo y la lectura hermenéutica:
– El fundamentalismo se caracteriza por leer la Biblia en su literalidad, considerando que su único sentido y significado es el literal. Todas las afirmaciones de la Biblia son palabra de Dios y dicen verdad en todos los terrenos. De los textos sagrados del judaísmo y del cristianismo se predica la “inerrancia”. Yo defino tal actitud como leer la biblia con los ojos de los muertos”. Uno de los resultados de dicha lectura es el conflicto con la ciencia. La respuesta a tan estrecha y chata lectura la encontramos en la certera afirmación de que “la Biblia nos enseña a ir al cielo, no cómo es el cielo”.
– La hermenéutica y sus diferentes métodos (crítica histórica, literaria, sociología, antropología social, historia política, historia social, etc.), que contextualizan los textos, estudian sus géneros literarios y van en busca del sentido. .
En el libro no falta –no podía faltar- la crítica a la interpretación católica dogmática, que lee la Biblia desde el Magisterio y la Tradición, y antepone la autoridad de ambos a la del texto sagrado. En este caso, afirma, “se impone la monarquía absoluta, apoyada en una oligarquía reducida, la Curia romana, quien mantiene secuestrada la voluntad del papa, cuando se sale o pretende salirse de los cauces prestablecidos.” (p. 29).
En relación con la autoridad de la Iglesia, establece diferentes modelos de Iglesia: uno, en torno a estructuras fuertemente jerarquizadas; otro, el conformado en torno a estructuras sinodales, asambleas del clero y los fieles, asambleas autóctonas de cada comunidad. El modelo más peligroso es la lectura bajo el sometimiento a grupos oligárquicos y a la legitimación de los mismos. Ese ha sido tristemente uno de los más modelos más utilizados en la aproximación a la Biblia a lo largo de la historia del cristianismo. Eso lo digo yo. Pero creo que Máximo García estará de acuerdo. Así lo confirmó en la presentación al referirse a la “teología de la prosperidad”.
¿Cómo leer la Biblia? Respondo con las lúcidas palabras del autor:
“Con el espíritu de libertad que se desprende de la Reforma (protestante) y con un profundo respeto a la revelación de Dios sirviéndose de estructuras imperfectas y de canales de comunicación humanos·. (p. 31).
Y yo añado: leer la Biblia al servicio de la liberación..
Enhorabuena, Máximo, por esta nueva obra.
– –
2.

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