“Francisco se enfrenta con la parte más conservadora dentro de la
Iglesia, pero también fuera de la Iglesia.”
Imagen: EFE
Desde Roma
Francisco está sólo y las
batallas que está dando se hacen así mucho más difíciles. Esta es la idea de la
que parte Marco Politi, uno de los vaticanistas más reconocidos de Italia,
periodista, escritor, profesor universitario, en su último libro titulado La
solitudine di Francesco (La soledad de Francisco, Ed. Laterza) que subtituló
“Un papa profético, una Iglesia en la tempestad”. No es la primera vez que
Politi dedica un libro al Papa argentino. Ya en 2015, a dos años de haber sido
elegido Pontífice, le dedicó “Francisco entre los lobos. El secreto de una
revolución” que fue traducido a varios idiomas e incluso publicado en
Argentina. Como vaticanista ha trabajado para importantes diarios de Italia,
entre ellos casi 20 años para La Repubblica, y colabora con medios televisivos
y radiales de varios países.
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–Francisco tiene un alto
consenso en las encuestas, tanto a nivel internacional como en Italia, incluso
entre creyentes de otras religiones, agnósticos y ateos. Pero en su esfuerzo de
reforma no ha conseguido movilizar al mundo católico como sucedía en cambio en
tiempos del Concilio Vaticano II cuando los reformadores eran muy activos en
las parroquias, en las diócesis. Francisco se enfrenta con la parte más
conservadora dentro de la Iglesia, pero también fuera de la Iglesia. La situación
geopolítica del mundo ha cambiado. Hay un presidente de Estados Unidos que
tiene una agenda completamente opuesta a la del Papa. Está contra los acuerdos
sobre el clima, contra los acuerdos sobre los migrantes propuestos por Naciones
Unidas, contra el acuerdo con Irán, entre otros. Y esto va unido al hecho de
que en Italia, por primera vez, hay un líder en el gobierno contrario a la
línea del Papa sobre los migrantes, sobre la recepción de los que tienen una
cultura y religión distinta. Todo esto crea una situación de aislamiento para
Francisco.
–¿El aislamiento dentro del Vaticano se debe también a que
hay sectores muy conservadores que defienden intereses ligados a Estados Unidos
y el Papa no?
–La soledad se advierte a
muchos niveles. Francisco en estos años no ha creado dentro de la curia un
equipo de trabajo que esté alineado con sus ideas. En la estructura vaticana
hay muchos opositores y sobre todo mucha gente que hace resistencia pasiva.
Porque no comparten la posición doctrinal de Francisco a favor de la comunión
para los divorciados re–casados por ejemplo, ni su apertura hacia el mundo de
los homosexuales, etc. Pero esta oposición existe también en la Iglesia de
muchos países, entre los obispos, en el clero, porque no comparten estas
opciones del Papa. Y esta oposición interna se une a la oposición en ambientes
políticos y económicos que no coinciden con el Evangelio social de Francisco,
ni con su compromiso contra la “economía del robo”, ni su posición ante el
cambio climático porque, hay que recordar, Francisco cree que la
degradación ambiental está estrechamente ligada a la degradación social. Y en
consecuencia entre los que sostienen a Francisco, como el cardenal alemán
Walter Kasper, existe la percepción de que intereses económicos de derecha, muy
presentes en Estados Unidos, se unen subrepticiamente a la oposición teológica
contra Francisco.
–El hecho de que un ministro del gobierno italiano, Matteo
Salvini, se haya hecho fotografiar con una remera que decía “Mi Papa es
Benedicto” pero que tenía la cara de Francisco con una expresión de asombro,
significa que se opone abiertamente a Francisco ¿no?
–En la historia de la
república italiana no ha sucedido jamás que un líder del gobierno fuera
abiertamente contrario al Papa. Salvini se ha dirigido abiertamente a esa parte
de la población católica conservadora, que no solo está contra la inmigración
irregular sino también contra las “puertas abiertas” de las que habla
Francisco. Todo esto es un preciso diseño político. Y no es una casualidad que
en las últimas elecciones europeas, prácticamente un católico de cada tres,
haya votado a Salvini. Y entre los católicos practicantes discontinuos, el 40
por ciento votó a Salvini. En síntesis, Salvini ha decidido aliarse con el
mundo católico contrario a Francisco. Y esto se ve en las relaciones que el
ministro mantiene, entre otros, con el cardenal estadounidense Raymond
Leo Burke, que encabeza a los opositores de Francisco. Pero también en sus
relaciones con el ex asesor de Donald Trump, Steve Bannon, católico
ultraconservador que ahora vive en Europa, donde está tratando de unir a los
distintos movimientos soberanistas.
–¿Cuáles son los cambios que ha logrado hacer el papa Francisco?
–Cuando el Papa habla de
desigualdades sociales, inmigración, nueva esclavitud, está tocando grandes
temas del mundo contemporáneo. En el plano interno de la Iglesia, Francisco la
ha liberado de la obsesión por los temas sexuales. Por un lado ha abierto el
camino a la comunión de los divorciados re casados, ha manifestado respeto por
las parejas gay (recibió a algunas de ellas dentro y fuera del Vaticano), ha
comenzando una reforma de la curia, ha hecho una gran operación de limpieza
dentro del IOR o banco vaticano donde ahora hay reglas mucho más rígidas. Sobre
este último punto, el Vaticano ha hecho acuerdos jurídicos de cooperación con
muchos estados europeos y de América para perseguir los delitos financieros. Y
sobre todo, por primera vez, ha autorizado los procesos a ex dirigentes del
banco vaticano por mala administración. También ha empezado un arduo camino de
descentralización. Antes todas las decisiones se debían tomar en Roma, ahora
los obispos locales en ciertas situaciones, pueden tomar algunas decisiones.
–Usted dice en el libro que comienza el “segundo tiempo” del
pontificado de Francisco. ¿Cuáles serán los principales desafíos ahora?
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puente” | La religión propia
Sobre los abusos sexuales,
Francisco ha seguido en el Vaticano una línea de “tolerancia cero”, ha
expulsado a algunos cardenales del colegio cardenalicio y destituido algunos
obispos culpables de abusos. Un caso simbólico fue el del entonces nuncio
(embajador) vaticano en República Dominicana, Józef Wesołowski. Acusado de
abusos sexuales en el país latinoamericano, fue convocado a Roma y el
Papa ordenó un proceso canónico en el Vaticano y lo obligó al estado
laical. Sobre los abusos, el 90 por ciento de las conferencias episcopales
prácticamente no ha hecho nada. Francisco les ha dado a todos ellos un año de
tiempo para crear las estructuras necesarias y perseguir estos abusos, para
escuchar a las víctimas y para abrir los procedimientos contra los abusadores.
Francisco explicó además en un nuevo documento, cómo deben ser procesados los
obispos que esconden las denuncias contra miembros de la Iglesia. Dentro de un
año todo esto debe hacerse efectivo. De lo contrario, el próximo escándalo
golpeará, no a los obispos de un país cualquiera, sino al prestigio de
Francisco y del Vaticano.
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