IHU, Adital.- Debemos apoyarnos mientras cruzamos este desierto. Este es un momento para experimentar la solidaridad con los demás.- De lo contrario, todo el reciente debate sobre la urgente necesidad de terminar con el clericalismo demostrará ser solo otra máscara, una máscara que ciertamente no necesitamos en este momento.
Este es el momento de confiar en el sensus fidei de la gente y encontrar formas creativas, pero también muy tradicionales para apoyarnos mientras cruzamos este desierto.
La opinión es del historiador italiano Massimo Faggioli , profesor de la Universidad de Villanova , en los Estados Unidos . El artículo fue publicado en La Croix International , 17-03-2020. La traducción es de Moisés Sbardelotto .
Aquí está el texto.
"En lugar de ver misa en la computadora, ¿por qué no leemos la Biblia juntos?"
Así reaccionó nuestra hija de ocho años el domingo pasado cuando nos reunimos para asistir a misa en casa , donde hemos estado en cuarentena desde la semana pasada.
De la boca de los niños ... La situación de bloqueo total prolongado y distancia social nos está llevando a todos, y de manera inesperada y abrupta, a explorar nuevas formas de ser Iglesia .
Nadie debería romantizar lo que está sucediendo. Dado el bloqueo, no solo la celebración de la misa, sino también la actividad pastoral de la Iglesia se ha detenido casi por completo. Este es un problema serio.
Un obispo italiano de la región de Lombardía (la zona cero de la pandemia en Italia ) me dijo que están muy preocupados.
"Es como un curso intensivo de ' Iglesia y medios ' para nosotros", dijo. "Podemos usar los medios de comunicación como un sustituto de nuestra actividad pastoral local, pero solo hasta cierto punto".
Muchos obispos están expresando esta misma ansiedad sobre las redes sociales. Pero algunos defienden que se haga "todo como siempre".
No parecen entender completamente lo peligroso que es, no solo para los sacerdotes, sino también para toda la comunidad, empujar los límites de la distancia social sacrosanta que ahora se nos exige.
Estado de emergencia que desafía la teología
La aparición del coronavirus nos obliga a todos a reconceptualizar nuestra religión . No solo intelectualmente, sino también visual, emocional y antropológicamente en todos nosotros.
Esta es una prueba formidable para nuestra teología: liturgia y vida sacramental , eclesiología y relaciones entre Iglesia y Estado .
Es particularmente desafiante para nuestra teología moral.
Las epidemias y las pandemias tienden a desencadenar brutales instintos de supervivencia en todos nosotros. También pueden desencadenar otras reacciones y comportamientos que contradicen el mensaje del Evangelio.
Si la Iglesia va a estar presente en todo esto, debe ser de una manera diferente a su posición normal normal: la celebración de la Misa .
La pandemia actual está probando la capacidad de la Iglesia institucional , incluidos el papado y el Vaticano , para estar presente, casi de manera invisible, sin poder contar con el aparato visible de la Iglesia.
La respuesta pastoral del papa Francisco a las medidas antivirus
También es una prueba difícil para la teología del papa Francisco . El pontificado debe caminar una línea extraordinariamente delgada entre la necesidad de seguir las medidas antivirus del gobierno para el bien de la gente y la necesidad de que la Iglesia sea una Iglesia.
Los historiadores hablan de la " soledad institucional " del papado. Esto es cierto en tiempos normales. Pero un papa está aún más solo en tiempos de crisis. Francisco se ve obligado a interpretar su trabajo como actor solitario en el escenario casi completamente vacío de Roma , en una actuación casi becketiana. Hay muchas expresiones de espiritualidad cristiana que se pueden redescubrir en este momento extraordinario, sin volver a una teología del sacerdocio que ya no es saludable, y mucho menos segura en tiempos de pandemia.
Escuché el sábado, a través de internet , el sonido de campanas calentando el aire de las calles totalmente vacías de Roma . Fue como el comienzo del Gran Silencio para una comunidad donde todas las diferencias ahora se ponen en perspectiva.
Muchos de nosotros vamos a tener que permanecer en el interior por un tiempo, y no está claro cuánto tiempo. Los cristianos necesitan los sacramentos, pero nuestros cuerpos ya son el templo del Espíritu Santo. En la vida cristiana, hay una sacramentalidad que no depende de los sacramentos mismos.
iturgia de las Horas y "lectio divina"
Cuán difícil es realmente poner en práctica la visión de renovación espiritual que lanzó el Concilio Vaticano II (1962-1965) y que ha sido tan propuesto energéticamente en este pontificado.
Por ejemplo, la reforma litúrgica posterior al Vaticano II no fue solo la "nueva misa": el giro del altar, el uso de la lengua vernácula y la participación activa de los fieles. También fue una forma de entender la liturgia en el contexto de una eclesiología no jerárquica y una teología del Apocalipsis que comenzó un nuevo enfoque de la Sagrada Escritura . Este es un momento para experimentar la solidaridad con los demás, especialmente con los más frágiles, mientras cumplimos con nuestros deberes cristianos y cívicos. Los cristianos seguiremos creyendo. Continuaremos manteniendo nuestra comunidad de fe unida a través de las redes sociales, ofreciéndonos apoyo mutuo mientras esperamos el día en que podamos reanudar nuestra vida litúrgica normal. En muchos países, la Iglesia ya ha suspendido la misa y otras liturgias con la participación de la gente. Esto también sucederá en otros países. Pero nuestro espíritu litúrgico no fue interrumpido. Este es el momento de confiar en el sensus fidei de la gente y encontrar formas creativas, pero también muy tradicionales ( Liturgia de las Horas , "lectio divina" , celebraciones familiares de la Palabra) para sostenernos mientras cruzamos este desierto.
De lo contrario, todo el reciente debate sobre la urgente necesidad de terminar con el clericalismo demostrará ser solo otra máscara, una máscara que ciertamente no necesitamos en este momento.
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