El actual sistema económico mundial es "insostenible" porque produce daños ambientales y provoca exclusión y pobreza . El tercer sector y la filantropía no son suficientes , es necesario un “cambio” en los “estilos de vida”, pero también en los “ modelos de producción y consumo ”.
El informe es de Luca Kocci , publicado por Il Manifesto , 22-11-2020. La traducción es de Luisa Rabolini .
Desde Asís , donde hace mes y medio el Papa firmó la encíclica social Fratelli tutti , llega un nuevo llamamiento a otro modelo de desarrollo, que ponga en el centro no el beneficio de unos pocos, sino la vida humana, el medio ambiente y el bien común. todos y todos. El contexto es el encuentro internacional por videoconferencia, pero la "dirección" fue en la ciudad de San Francisco , entre dos mil jóvenes economistas (pero también emprendedores y operadores económicos) de 35 a 115 países del mundo convocados - de hecho con un énfasis personalista ligeramente excesivo - “ La economía de Francisco. Papa Francisco y jóvenes de todo el mundo por la economía del mañana ".
Inicialmente con una participación que se esperaba completamente "en persona" en marzo pasado, la pandemia de Covid-19 obligó a un cambio de programa . Y así la iniciativa, precedida de una discusión que duró varios meses por doce grupos de trabajo temáticos (sobre trabajo y cuidado; gestión y donación; finanzas y humanidad; agricultura y justicia; energía y pobreza; lucro y vocación; políticas para la felicidad; CO2 de la desigualdad; negocios y paz; la economía son las mujeres; empresas en transición; vida y estilos de vida), se realizó vía streaming del 19 al 21 de noviembre. Pero la idea es poder organizar una reunión real y no virtual en el otoño de 2021.
Ayer, al final del encuentro de tres días, apareció el mensaje en vídeo del Papa , que tenía muchas ganas de esta iniciativa, quizás esperando replicar el éxito de los encuentros en el Vaticano con representantes de los movimientos populares, que, sin embargo, definitivamente fueron otra cosa. “No podemos seguir así”, dijo Francisco , “el sistema mundial actual es insostenible en varios puntos de vista, afecta a nuestra hermana tierra tan maltratada y despojada y al mismo tiempo a los más pobres y excluidos ”.
Y dirigiéndose a los jóvenes economistas : “están llamados a tener un impacto concreto en sus ciudades y universidades, en el trabajo y en los sindicatos, en las empresas y en los movimientos” para “iniciar procesos” capaces de “cambiar estilos de vida, modelos de producción y consumo y las estructuras de poder consolidadas que gobiernan las sociedades ”.
El horizonte debe ser el del " bien común ", y la solidaridad y el " bienestar " no son suficientes, porque no pueden intervenir "estructuralmente" en el sistema de desarrollo económico y hegemónico, dijo el pontífice en la parte central de su intervención. “No estamos condenados a modelos económicos que centran su interés inmediato en el lucro como unidad de medida y en la búsqueda de políticas públicas similares que ignoren su propio costo humano, social y ambiental”, como si pudiéramos contar con “una disponibilidad absoluta, ilimitada o neutral de recursos ”. Y“ no basta con apostar siquiera por la búsqueda de paliativos en el tercer sectoro en modelos filantrópicos. Aunque su trabajo es crucial, no siempre son capaces de afrontar estructuralmente los desequilibrios actuales que afectan a los más excluidos y, sin querer, perpetúan las injusticias que pretenden combatir ”.
Un posible cambio, añadió Francisco -y en este pasaje se hace eco de algunas palabras dirigidas a los movimientos populares- sólo "los pobres y los excluidos" se convertirán verdaderamente en "protagonistas" y podrán participar activamente en las decisiones políticas. “Recuerda el legado de la Ilustración , las élites iluminadas. Todo para la gente, nada para la gente. Y eso no está bien - advirtió el Papa -. No pensaremos por ellos, pensaremos con ellos. Y con ellos aprenderemos a proponer modelos económicos que beneficien a todos ”, y que pongan el bien común en el centro, porque“ sin esta centralidad y esta orientación seremos prisioneros de una circularidad alienante que solo perpetuará dinámicas de degradación,exclusión , violencia y polarización ”.
Finalmente, un golpe contra el moloch productivo, que solo tiene valor si es capaz de “ reducir las desigualdades ”, porque “no basta con aumentar la riqueza común para que se distribuya equitativamente ”.
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