"El Vaticano evitó deliberadamente dar pasos hacia la conciliación con Hans Küng",expresó el pasado jueves, 14 de abril, el teólogo Hermann Häring,en una entrevista concedida al katholisch.de.
El informe es de Jordi Pacheco,publicado por Religión Digital, 20-04-2021. La traducción es de Wagner Fernandes de Azevedo.
Según Häring,que fue estudiante de Küng en la década de 1970, las cartas y libros personales enviados por Küng al Papa Francisco siempre fueron respondidos de una manera amable. "Sin embargo - reconoce - la petición expresada repetidamente en los últimos años por varias partes para rehabilitar Küngfue reconocida por Roma con una «respuesta estereotipada», que, a pesar de la apreciación de sus méritos teológicos, ha omitido decididamente formulaciones en la dirección de la rehabilitación. Hans Küng era dolorosamente consciente de esta diferencia hasta el final", dijo häring.
Hermann Häring,que mantuvo una relación amistosa con Küng hasta el final, se refirió a una declaración atribuida al cardenal Walter Kasper,en la que se afirmaba que Küng se había reconciliado con el Vaticano antes de su muerte. No obstante, Kasper corrigió que esta declaración no procedía de él, sino que era "la interpretación y formulación hecha por el periodista".
Häring conoció a su mejor amigo y maestro por última vez, ocho días antes de su muerte. "Küng participó activamente en la conversación, escuchó con interés", dijo Häring,quien agregó que Küng murió naturalmente. En este sentido, el teólogo declaró que Küng "probablemente tuvo que experimentar esa opinión sobre un hipotético cambio de muerte autodeterminarse en un momento en que alguien ya no puede decidir sobre sí mismo". Se dice que unas horas antes de su muerte, Küng expresó que le gustaría irse, y pronto durmió plácidamente durante su siesta, según un antiguo confidente.
Küng fue profesor de teología en Tubinga hasta 1979, cuando se le concedió la licencia de maestro de la Iglesia para criticar, entre otras cosas, la doctrina de la infalibilidad papal. En este contexto, Häring calificó de "aún más sorprendente" que el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing, elogiara a Küng en su obituario como un "teólogo católico".
Sin duda, los obispos habrían considerado cuidadosamente las palabras que usaron después de su muerte. En este sentido, se podía leer la formulación "como una pequeña rehabilitación, por debajo del nivel justo para no iniciar una discusión oficial", dijo Häring.
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