FRANCISCO les dijo:
"Les he saludado algo en la Sacristía, pero quiero decirlo ahora ante el pueblo de Dios. Por favor, aléjate de la vanidad, del orgullo del dinero. El diablo entra por sus bolsillos. Piénsalo. Sé pobre, cuán pobre es el santo pueblo fiel de Dios. Pobre gente que ama a los pobres. No seas camionero. La 'carrera eclesiástica'... Entonces se convierte en funcionario, que cuando un sacerdote comienza a ser un hombre de negocios, ya sea de la parroquia o del colegio..., donde sea, pierde esa cercanía del pueblo, pierde esa pobreza que lo hace similar al Cristo pobre y crucificado, y se convierte en el hombre de negocios, el hombre de negocios sacerdote y no un siervo. Oí una historia que me conmovió. Un sacerdote muy inteligente, muy práctico, muy capaz, que tenía tantas administraciones en sus manos, pero tenía un corazón atado a la oficina, un día, cuando vio a uno de sus empleados, un anciano caballero, cometer un error, maldijo, lo despidió. Y ese viejo murió por eso. Ese hombre había sido ordenado sacerdote, y terminó como un hombre de negocios feroz.
Siempre tenga esta imagen en mente, siempre tenga esa imagen."
A veces representantes de movimientos eclesiales (atenderé en oficina en CASAVALLE) puestos en lugares para los cuales no tienen capacidad, caen es esos exabruptos "CONTROLEN SI TIENEN TARJETAS, QUE NO COMAN EN LAS OLLAS" !!
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