jueves, 1 de julio de 2021

Iglesia, En el futuro, miraremos estas ruinas con poca nostalgia y nos preguntaremos cómo una estructura de este tipo puede haber durado tanto tiempo

   IHU.  Adital.      1° julio 2021.   

 ¿Es posible que el Papa no se dé cuenta de que el problema fundamental radica precisamente en la estructura formativa del seminario?     Lamentablemente  este tema  NO LO HEMOS TOCADO  en las encuestas SINODALES.....??

"Son las pequeñas experiencias comunitarias las que están surgiendo espontáneamente en diversos lugares de los márgenes de la institución y en las que el aliento del Espíritu Santo se percibe vivo, manifestando la presencia del Señor Jesús, mientras que la Iglesia institucional con sus palacios y doctrinas estará inexorablemente destinada al colapso. En elfuturo, miraremos estas ruinas con poca nostalgia y nos preguntaremos cómo tal estructura puede haber durado tanto tiempo", escribe Paolo Cugini, sacerdote italiano, de la diócesis de Reggio Emilia, fue misionero en la diócesis de Alto Solimões, AM, hoy es administrador parroquial de cuatro parroquias de la región rural de Bolonia, limítrofe con la de Ferrara, en un artículo publicado por Adista, 24-06-2021. La traducción es de Luisa Rabolini.         Aquí está el artículo.

 Causó mucha discusión la declaración del Papa Francisco sobre el tema del clericalismo y la rigidez de los sacerdotes como "perversión del sacerdocio", en el discurso con la comunidad del Pontificio Seminario Regional de las Marcas, celebrado en el Salón Clementino de Roma,jueves 10 de junio de 2021. No es la primera vez que el Papa Francisco habla negativamente tanto del clericalismo como de sus manifestaciones más  delepticas  y perversas, incluida la rigidez. Dirigiéndose a los seminaristas delas Marcas, que se están preparando para el sacerdocio, les recordó la importancia de la formación humana: "Un sacerdote puede ser muy disciplinado, puede ser capaz de explicar bien la teología, incluso la filosofía y muchas cosas. Pero si no es humano,no es bueno".

Palabras sacrosantas. Sin embargo, es necesario preguntarnos: ¿es posible que el Papa no se dé cuenta de que el problema fundamental radica precisamente en la estructura formativa del seminario? El contexto cultural postcristiano y posmoderno en continua evolución está exponiendo todos los límites de aquellas estructuras religiosas educativas que surgieron en la era moderna, basadas en la primacía de la doctrina sobre la conciencia,de la firmeza sobre la sensibilidad humana.

Antes de aplicar principios doctrinales que abarcan todo tipo de situaciones, se trata de aprender a seguir las debilidades,de discernir el camino a seguir con las personas. Este estilo evangélico se aprende en la vida cotidiana, manteniéndose en contacto con la realidad. Nos convertimos en hombres y mujeres sensibles a las situaciones humanas vivas humanas, y la escuela de este estilo humano sólo puede ser la vida. Es en ella, de hecho, que descubrimos las sorpresas, las situaciones que salen de lo común, que requieren preparación, la capacidad de nuevas respuestas. Que viene de años de adoctrinamiento, de la educación a la obediencia a la doctrina, de un ambiente artificial, exclusivamente masculino,alejado de los problemas cotidianos de la vida, cada vez que te encuentres ante la novedad que manifiesta la realidad, te confundirás, te avergonzarás, en una palabra: desprevenido.

Además de las frases pomposas que se pueden leer en los documentos eclesiales sobre la formación de los futuros sacerdotes,la preparación para ser un guía comunitario es casi exclusivamente intelectualista,en un ambiente artificial separado de la vida, lo que no nos permite comprender, en una comunidad inspirada en el Evangelio, que lo esencial no es controlar la ortodoxia de una doctrina, sino compartir las alegrías y los sufrimientos con aquellos que desean recorrer el camino trazado por el Señor.

Sin embargo, el estilo de Jesús era muy diferente del impuesto por la Iglesia para formar guías comunitarios. De hecho, Jesús ayudó a sus discípulos y a sus discípulos a entender la dinámica del reino de los cielos, no menospreciándolos de la vida, sino insertándolos en ella de una nueva manera; transmitió los contenidos del Evangelio no con lecciones académicas, sino con el ejemplo diario y, sobre todo, asumiendo personalmente las decisiones tomadas. El Maestro transmitió la enseñanza a sus discípulos y discípulos, caminando con ellos,escuchándolos, ofreciéndoles claves de lectura para que pudieran tomar las riendas de sus propias vidas y vivirlas a la luz del Evangelio.

A lo largo de los siglos, la Iglesia se ha convertido en una estructura rígida,no interesada tanto en entender la realidad como en interpretarla a la luz de una doctrina elaborada, mirando más la exactitud intrínseca de los argumentos que su adhesión a la vida. Así, con el tiempo, en los temas cruciales de la existencia, comola sexualidad, la afectividad, la economía, solo por nombrar algunos, ya no podían seguir los hechos reales de hombres y mujeres en la vida cotidiana, perdiendo la posibilidad de abordar una palabra auténtica que guiara su experiencia. El desapego progresivo entre la doctrina impuesta por la iglesia y la vida real de los cristianos se ha convertido en un verdadero hecho.

Los sacerdotes se forman para mantener esta estructura rígida. Entre ellos están los más sensibles y los más rígidos, pero todos caen en el esquema de servicio a la doctrina. Esperar algún cambio en la Iglesia para que abandone la rigidez doctrinal y se vuelva más humana y por lo tanto más evangélica es pura ilusión,también porque aquellos que deben producir el cambio, es decir, los obispos, son elegidos por su fidelidad a la tradición doctrinal. Será el pueblo de Dios quien salvará a las comunidades en virtud de ese sensus fidei que les permita capturar la presencia del Señor en el presente de la historia.

Son las pequeñas experiencias comunitarias las que están surgiendo espontáneamente en diversos lugares de los márgenes de la institución y en las que el aliento del Espíritu Santo se percibe vivo, manifestando la presencia del Señor Jesús, mientras que la Iglesia institucional con sus palacios y doctrinas estará inexorablemente destinada al colapso. En el  futuro, miraremos estas ruinas con poca nostalgia y nos preguntaremos cómo una estructura de este tipo puede haber durado tanto tiempo.

 

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