jueves, 2 de septiembre de 2021

DESTACAMOS DE LA CELEBRACIÓN EN LA PASCUA DE PAUL, la sentida y auténtica reflexión de Pablo BONAVÍA, porque todo es real, cuando en la vida se es auténtico

 La homilía estuvo a cargo del P. Pablo Bonavía, quien cultivó una gran amistad con el P. Dabezies y vivió con él durante los dos últimos años en la parroquia San Antonino, en el barrio Jacinto Vera. “Yo les cuento cómo disfrutaba la preparación de las homilías semana a semana con él, porque nos sorprendíamos mutuamente de decir ́esto no termina nunca ́; esto de Jesús, su proyecto y su reino. Para salir al encuentro con Jesús era salir aún más allá de los márgenes de lo que era nuestra comunidad”, dijo el sacerdote.

El P. Bonavía se refirió al P. Dabezies desde distintas facetas y roles. Primero habló del P. Dabezies como integrante de una gran familia. “Él bebió las convicciones básicas de la fe, y con la cual siguió entrañablemente entrelazado hasta el final”, dijo. En segundo lugar lo recordó como el sacerdote que acompañó a estudiantes y profesionales católicos durante 50 años. En tercer lugar rememoró la época de estudiante del P. Dabezies, en la cual hizo toda su teología en torno al Concilio Vaticano II a lo largo de los cuatro años.

El P. Dabezies fue hombre de consulta y secretario de Mons. Carlos Parteli, Arzobispo de Montevideo entre 1976 y 1985. El P. Bonavía señaló que durante ese tiempo el P. Dabezies estuvo “en permanente diálogo en lo que fue orientación pastoral”.

El párroco de San Antonino destacó el compromiso del P. Dabezies en la defensa de los Derechos Humanos desde las “épocas más oscuras” hasta hace unas semanas, cuando lo invitaron a presidir el Diálogo por la Vida junto a varias personalidades del país.

Otro aspecto fundamental de la vida del P. Dabezies que destacó el P. Bonavía fue su rol durante la dictadura cívico-militar: “se aguantó numerosos allanamientos donde él vivía y también interrogatorios”.

Por otra parte, el P. Bonavía enfatizó en el rol que ejerció el P. Dabezies como asesor internacional en Lima, París, África y hasta en la India. Lo definió como un “historiador, preciso, puntilloso, sabio, que además se transformó en una pasión por la patrística”. A su vez, habló de su pasión por el periodismo y su responsabilidad al frente de las publicaciones de la Arquidiócesis de Montevideo en los años de censura.

Una dimensión del P. Dabezies que fue destacada en la homilía fue su estilo de sacerdocio. “Fue un cura fraterno, que integró con muchos de nosotros un grupo de sacerdotes al que no quería faltar. Se ocupó de la salud integral de los demás presbíteros. También acompañó la experiencia naciente del diaconado permanente de Montevideo, y luego fue asesor durante años”, dijo el P. Bonavía.

Más adelante, el P. Bonavía describió al P. Dabezies como una persona consciente de sus limitaciones: “¿Quién no recuerda su fino sentido del humor para asumir sus propias limitaciones y las nuestras?”.

Para finalizar, el cura párroco de San Antonino pidió mantener el legado que dejó el P. Dabezies. “Paul es el hombre de una tradición como la concibe el Concilio Vaticano II: viva, creativa y fiel que siente que cada vez que vuelve a Jesús lo descubre con sorpresa, con alegría”, puntualizó.

“Paul nos enseñó a anunciar un evangelio inculturado, con la novedad de los lenguajes de las formas del tiempo de hoy pero también con la conciencia serena de una riqueza inagotable en la tradición de la Iglesia entera”, concluyó.



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