Ya no estamos en tiempos feudales y medievales, debemos ponernos decididamente en el modo de funcionamiento de una iglesia en sociedades democráticas", concluye el párroco.
“Me siento de luto. Me enteré de los números el viernes y no he estado bien desde entonces. Mi corazón llora por dentro al pensar en todos estos dramas”, explica el padre Pierre Vignon, una más entre las voces de la Iglesia de la Iglesia francesa que no ha dudado en mostrar públicamente su reacción ante los resultados del ‘informe Sauvé’.
Sacerdote de la diócesis de Valence, Vignon fue el primer eclesiástico que pidió, en agosto de 2018, la dimisión “rápida” y “sin distracciones” del cardenal Philippe Barbarin, cuestionado por encubrir abusos a menores en la diócesis de Lyon en lo que se dio en llamar ‘caso Preynat’. Preguntado por las cifras del informe Sauvé en el portal France 3 auvergne rhône-alpes, el padre Vignon no se muerde la lengua y afirma que se trata de un “grandísimo desastre”.
Al Vignon le hubiera gustado que los obispos dimitieran “desde el principio. “Este gesto —asegura— habría sido un signo de fortaleza, que mostraría la voluntad de actuar; al menos habría servido para afirmar que queríamos hacer algo nuevo para solucionar esto", dice el párroco de La Chapelle-en-Vercors.
Indeminzar a las víctimas
En opinión de Vignon, lo que hay que abordar en este momento es sobre todo la cuestión de la indemnización de las víctimas. "Hemos sido tontos durante 70 años y más. La factura se ha presentado, hay que pagarla", afirma el sacerdote.
Tras este recuento elaborado por la comisión, que da una idea aproximada aunque no definitiva de la magnitud de los crímenes de pederastia producidos en la Iglesia francesa, en opinión del padre Vignon, la respuesta de la institución debe ser "meditada y reflexionada". "Necesitamos una reforma que el Papa Francisco viene evocando con mucha fuerza desde 2013”, afirma. “Se está convirtiendo en algo inevitable. Había fuerzas reactivas antifranciscanas, ahora están abrumadas por lo que se revela".
Vignon afirma que es necesario "cambiar lo que hay que cambiar”, e insta a hacerlo con la ayuda de las 45 propuestas de la Comisión Sauvé. “Para curar este gran cuerpo enfermo, hay que revisar todo, empezando por la cabeza, el episcopado, la formación, la elección y el papel de los obispos. Ya no estamos en tiempos feudales y medievales, debemos ponernos decididamente en el modo de funcionamiento de una iglesia en sociedades democráticas", concluye el párroco.
imposible saber sobre este tema si no te ha pasado. hay que ser muy tecnico para saber lo grave de una situacion semejante. arriesgo un simil: tienes una hoja A4 blanca, lisa, plamchadita; ahora, arrugala con ganas, luego trata de alisarla, plancharla con las manos...verdad que no se parece en nada a la que sacaste del paquete? asi debe quedar el alma del pequeño violentado y agregale el "poder" del violador....lo que continua para el menor no es vida y estara con el todo el tiempo. un detalle: se habla de "cuenta a pagar", espero que no sea con dinero...no existe moneda que salde esta cuenta; no tengo propuesta sanadora....volviendo al uso del poder que le damos al sacerdote, pensemos en el sacramento de la reconciliacion, el perdon de los pecados mediante la confesion, donde se encuentran solos, sin testigos, un hombre y el/la pecador/a, aqui de cualquier edad, pensemos, si el hombre es un retorcido, cuanto mal puede hacer...y asi se puede seguir....la comprobacion final es que el sacerdote-hombre-sacerdote no es perfecto, que nuestra des-formacion lo ayuda, porque el estudió para sacerdote, se las sabe todas y a el concurrimos en busca de consejo...le confiamos a nuestros niños/as y asi nos va.
ResponderEliminarEs triste esto, pero me parece mucho más preocupante no asumir lo que ocurre y mirar al costado.
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