Su intención inicial -una visita meramente pastoral, de tres horas de
duración, para estar con los jóvenes- no podría ser factible: al menos, habría
de encontrarse con tres instituciones públicas: el Rey, el presidente del
Gobierno, y el presidente de la Xunta
En la Santa Sede (no en el Papa Francisco) existe un temor fundado a que
nuestro país se convierta "en un nuevo Chile", y que las víctimas de
abusos puedan sentirse ninguneadas en el caso de que Bergoglio visitara España
y no se reuniera con ellas
15.02.2022 Jesús Bastante
Francisco no vendrá a
España este año. Según ha podido confirmar oficialmente RD, la
opción de una visita papal a Compostela en agosto se ha desvanecido. Por el momento,
Secretaría de Estado sólo trabaja en dos viajes: el ya anunciado a Malta para
abril, y otro en julio a África, previsiblemente
Congo.
Mucho se había especulado sobre la posibilidad de que Bergoglio llegase a España este año, bien a Compostela, bien a Manresa. Durante meses, la 'presión' para que Francisco visitase nuestro país fue tremenda. En septiembre, en una entrevista a Carlos Herrera en Cope, el Papa mostró su interés en acudir a Santiago (que vive un particular doble Año Jacobeo) para clausurar el Encuentro Europeo de Jóvenes, los días 7 y 8 de agosto, aunque dejando claro que "sería una visita a Compostela, no una visita a España". Finalmente, tampoco se dará.
El precedente de
Budapest y Viktor Orbán
¿Por qué no viene
Francisco a España? Según han confirmado a RD fuentes vaticanas,
Bergoglio ha decidido declinar la invitación a Compostela por varias razones.
En primer lugar, porque su intención inicial -una visita meramente pastoral, de
tres horas de duración, para estar con los jóvenes- no podría ser factible: al
menos, habría de encontrarse con tres instituciones públicas: el Rey, el
presidente del Gobierno, y el presidente de la Xunta. La experiencia de su
visita a Budapest (también planteada para cerrar el Congreso Eucarístico
Internacional, pero que todos recordaron por su encuentro con Viktor Orbán) fue muy reveladora
para la negativa a hacer lo propio en Santiago.
En segundo lugar, la polarización política en España, que harían que el viaje papal fuera 'interpretado' por los
distintos sectores en clave partidista. En un momento en que las
relaciones Iglesia-Gobierno se han intensificado a cuenta de las
inmatriculaciones, el pago del IBI o la pederastia, una visita de Francisco,
sin duda, sería utilizada.
España, ¿el nuevo
Chile?
Finalmente, otra razón que ha llevado a Secretaría de Estado a excluir a
España de la agenda papal está en la cuestión de los abusos sexuales. En la
Santa Sede (no en el Papa Francisco) existe un temor fundado a que nuestro país
se convierta "en un nuevo
Chile", y que las víctimas de abusos puedan sentirse ninguneadas en
el caso de que Bergoglio visitara España y no se reuniera con ellas.
En algunos sectores eclesiásticos, además, abunda la teoría de que una
protesta de las víctimas durante la visita papal tendría un eco internacional, que obligaría a Roma una
"intervención" de la Conferencia Episcopal, al estilo de lo sucedido
en Chile. En un momento de profunda división en la Iglesia española
sobre cómo proceder respecto a los abusos, la visita papal no sería bien
recibida, tampoco, entre los obispos españoles.
Primero, Religión Digit
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