En Cuaresma repetimos una palabra muy comprometedora, CONVERSIÓN, que implica cambio profundo. Supone alterar nuestra vida en la que quizás nos sentimos bastante cómodos, ese cambio nos lleva a renunciar al estilo consumista que sin darnos cuenta vamos incorporando, tomar un poco más en serio la oración, la contemplación, el silencio; embarcarnos más de lleno en nuestra comunidad, buscar, intentar hacer un compromiso de servicio a conocidos o no. Merece la pena? Qué reportará? No es suficiente con vivir mi cristianismo cumplidor con Dios y los que me rodean? Si me inclino por algo de esto, podré hacerlo, si, es mucho compromiso ¿?
Algo parecido le pasó a los muchachos que andaban con Jesús, nos pasa a nosotros, aparentemente algunos nos sentimos con vigor, pero al proponer estos cambios empezamos a recular, el reuma, los nietos, la pandemia, la jubilación que no alcanza, la situación mundial, surgen infinidad de peros…. Jesús como siempre ante una situación complicada recurre inmediatamente al PADRE. Mucho/as como Pedro en un momento de sosiego exclamamos “Qué bueno estar acá” ¡!! Pedro como siempre impulsivo, parece no entender la angustia del momento, mucha/os de nosotros también, nos olvidamos que hay OTRA/OS.-
En qué hemos de apoyarnos para iniciar nuestro éxodo para mantenernos
fieles al cambio de vida, actitud que nos pide el Espíritu?? Cómo
debemos proceder para seguir animosos a pesar de los inconvenientes que se nos
presentan a diario ¿? Dios
tendrá un TABOR para nosotros? Para
impulsarnos a dar el paso para que en esta CUARESMA lleguemos a la PASCUA recibiéndola nuevos por dentro ¿?
Unos
somos Cirineos necesarios para otros. Así nos ha constituido el Señor. A veces
pensamos, Dios no nos ampara,
lo que ocurre es que nosotros
olvidamos recurrir a su amparo, Dios nos ofrece la ayuda del otro para mí y la
mía para el otro. La ayuda que el Padre ofreció a Jesús en la
subida al Calvario fue el Cirineo. Al margen de la ayuda de la familia de
sangre , es increíble comprobar lo que representa la ayuda de los hermanos
espirituales de la Comunidad. Es
natural que la gente a veces no quiera
adentrarse en alta mar de un cristianismo de generosidad son gentes de poca fe, no cuentan con la presencia
de Cristo. Nosotros sabemos que tenemos la experiencia DEL TABOR, en cada celebración
comunitaria y le damos gracias al SEÑOR.-
Versión libre y abreviada del; Don de la Palabra. de Atilano Alaíz.
Autorizada por el autor, realizada
por J.E.Bernadá
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