viernes, 11 de marzo de 2022

Dgo Sgd. de CUARESMA. Lc.-9,28b-36 de El don de la Palabra.- C.C. de Atilano ALAIZ. (versión libre,abreviada autorizada por el autor).-

      En Cuaresma repetimos una palabra muy comprometedora,   CONVERSIÓN,  que implica cambio profundo.     Supone alterar nuestra vida en la que quizás nos sentimos bastante cómodos,  ese cambio  nos lleva  a  renunciar al estilo consumista que sin darnos cuenta vamos incorporando,  tomar un poco más en serio la oración,  la contemplación,  el silencio; embarcarnos más de lleno en nuestra comunidad, buscar, intentar hacer un compromiso de servicio a conocidos o no.   Merece la pena?   Qué reportará?  No es suficiente con vivir mi cristianismo cumplidor con Dios y los que me rodean?    Si me inclino por algo de esto, podré hacerlo,  si,   es mucho compromiso ¿?

   Algo parecido le pasó a los muchachos que andaban con Jesús,   nos pasa a nosotros,   aparentemente algunos  nos sentimos  con vigor, pero al proponer estos cambios empezamos a recular,  el reuma, los nietos, la pandemia, la jubilación que no alcanza, la situación mundial,  surgen infinidad de peros….          Jesús como siempre ante una situación complicada recurre inmediatamente al PADRE.         Mucho/as como Pedro en un momento de sosiego  exclamamos  “Qué bueno estar acá”   ¡!!    Pedro como siempre impulsivo,  parece no entender la angustia del momento, mucha/os de nosotros también,  nos olvidamos que hay  OTRA/OS.-  

      En qué hemos de apoyarnos para iniciar nuestro éxodo para mantenernos fieles al cambio de vida, actitud que nos pide el Espíritu??   Cómo debemos proceder para seguir animosos a pesar de los inconvenientes que se nos presentan a diario ¿?    Dios tendrá un TABOR para nosotros?  Para impulsarnos a dar el paso para que  en esta CUARESMA  lleguemos a la PASCUA  recibiéndola nuevos por dentro ¿?

       Unos somos Cirineos necesarios para otros.   Así nos ha constituido el Señor.    A veces pensamos,  Dios  no nos ampara,  lo que ocurre  es que nosotros olvidamos recurrir a su amparo, Dios nos ofrece la ayuda del otro para mí y la mía para el otro.   La ayuda que el Padre ofreció a Jesús en la subida al Calvario fue  el Cirineo.     Al margen de la ayuda de la familia de sangre , es increíble comprobar lo que representa la ayuda de los hermanos espirituales de la Comunidad.      Es natural  que la gente a veces no quiera adentrarse en alta mar de un cristianismo de generosidad  son gentes de poca fe, no cuentan con la presencia de Cristo.    Nosotros sabemos que tenemos la experiencia DEL TABOR, en cada celebración comunitaria y le damos gracias al SEÑOR.-

 Versión libre y abreviada del;  Don de la Palabra.  de Atilano Alaíz.

    Autorizada por el autor, realizada por J.E.Bernadá

  

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