miércoles, 2 de marzo de 2022

Pandemia mediante, tuvimos la elegría, el placer de poder contar en nuestras reuniones con ATILANO, sorpresivamente un quebranto de salud hace seis meses nos privó de su compañía. Hoy inclinamos banderas ante su partida.-

    Cuando un árbol se va del patio familiar,  deja en pie  un   gran hueco de luz.

Para quién no compartió nada con él, allí simplemente no hay nada.      En cambio,   para los que se cobijaron bajo su sombra  o compartieron su presencia rica en recuerdos, ese hueco de cielo abierto lo vuelve a hacer presente en cada amanecer

Nadie es reemplazado.      El misterio personal es irrepetible.  

Pero lo que uno supo  entregar   eso  perdura,    porque Dios es fiel con sus amigos.

  Y la gloria de Dios, es  la vida  del  hombre.

  No podemos negar que la ausencia nos duele.

 El dolor y las lágrimas que acompañan a un ser querido que ha terminado su camino entre nosotros,  son  simplemente la señal del cariño con que hemos compartido la vida.

  Como cristianos,  amigos-compañeros-hermanos de camino,  te acompañamos  con inmenso dolor humano pero  con redoblada   certeza  de que  te nos adelantaste  a  la    llegada a la Casa del Padre,  hasta pronto,   hermano  Atilano

(*) MamertoMenapache  a su mdre.-

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