Donde el mundo te dice: «Tú a lo tuyo»,
el espíritu te dice:
«tú a tu prójimo».
Donde el mundo te dice: «No te compliques la vida»,
el espíritu te dice:
«Complícate por el evangelio».
Donde el mundo te dice: «Lo importante es que seas feliz»,
el espíritu te dice:
«Haz feliz a alguien», y paradójicamente, cuanta más felicidad
vas dando, más vas recibiendo.
Donde el mundo te invita a preguntarte: «¿Qué te apetece hoy?»,
el espíritu te dice:
«¿Quién puede necesitarte que esté a tu alcance?».
Donde el mundo te invita a aislarte en burbujas de bienestar,
levantando muros y poniendo barreras a otros,
o dejándoles entrar en tu vida solo con cuentagotas,
el espíritu te invita
a tender puentes y a abrir tus puertas...
Donde el mundo te dice: «hay que ser perfecto, fuerte, invulnerable»,
el espíritu te dice:
«acepta también tu debilidad, que los tuyos no te necesitan
imposible, sino humano».
Donde el mundo te habla de teorías,
el espíritu te zambulle
en vidas reales.
La alegría, también de noche.
José Rodríguez Olayzola sj
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