jueves, 7 de septiembre de 2023

Recibido de C.Saracini c.p.- Recorrer el camino hasta el final...... de Ana María Díaz. Ven Jesús, en esta hora difícil de la humanidad......

   Recorrer el camino hasta el final......

Con dificultad hemos aprendido que el desarrollo de la historia no sigue la imagen de proceso lineal ascendente, como nos gustaría. Parece una mejor metáfora decir que es como un espiral, que avanza, pero mediante ciclos que hacen una vuelta por los puntos más altos para después hundirse en los puntos más bajos y oscuros del ciclo. Siempre ha habido períodos de grandes avances, crecimiento y esperanza, y también momentos de conflictos, catástrofes, confusión y desesperanza.


    En el mundo entero, parece que estamos atravesando los puntos más bajos y sombríos de este ciclo de la historia. A causa de esto, hay anomía, confusión, violencia y división generalizada.          Por supuesto, ante esto, hay muy diversas opiniones acerca de cómo vivir el momento, qué hacer o dónde poner el acento.
   En el evangelio, podemos contemplar cómo vivió Jesús un momento semejante y dónde puso él, y nos invita a todas y todos, a poner el acento. Jesús era consciente de que las cosas se habían puesto difíciles, que se habían tensionado hasta su punto máximo. Su mensaje había calado hondo en mucha gente sencilla, pero en esa misma medida había molestado al Sanedrín, a los saduceos, a los romanos, a los fariseos, en fin, a todos los que se sentían cuestionados, criticados y desnudados por su apasionada predicación.
   Le inquietaba estar viviendo uno de esos momentos en que la mirada, por más lejos que se proyecte, no encuentra ningún resultado distinto, ninguna salida diferente a los acontecimientos inevitables que se avecinan. Por eso, se decidió a hablar francamente con sus discípulos y discípulas, de cómo veía que los acontecimientos muy probablemente se desarrollarían: que muy probablemente lo tomarían preso, lo maltratarían y lo más seguro es que lo ejecutaran. También les hablo de su esperanza en que eso no fuera el final de todo. Por supuesto, la reacción fue la esperable.
     Liderados por Pedro, le propusieron una serie de cursos de acción para que se pusiera a salvo. No es difícil imaginar que le hablaron de esconderse, de irse a otro lugar, de dejar de predicar, de no exponerse en público, etc. Todo lo cual le pareció muy mal a Jesús y los acusó de querer torcer su camino, tentándolo a abandonar su misión, su identidad y el sentido de su vida. Jesús había tenido tiempo de reflexionar detenidamente sobre su vida y su misión y estaba más que dispuesto a recorrer el camino hasta el final.
     Había demostrado saber que requería coherencia absoluta, para nunca dejarse tentar por acomodar su mensaje y su verdad, por auto protección o cualquier otro beneficio; un compromiso total, capaz de pasar por encima del temor al sacrificio, a la persecución, al dolor, al fracaso y la muerte; sintonía completa con la propia causa como para llevarla adelante sin ambivalencias, desvíos, ni renuncias; una fidelidad esencial, apta para proyectarse más allá del éxito o del fracaso, aspirando confiadamente a un éxito más allá del éxito; una confianza trascendente como para abandonarse a sí mismo y dejar por completo la iniciativa en manos de la sabiduría de Aquel que sabe hacer surgir vida de toda muerte, Aquel que nos rescata de la vulnerabilidad fundamental y nos introduce a la comunión y la plenitud para siempre.

 Ven Jesús, en esta hora difícil de la humanidad y de los pueblos, a enseñarnos a recorrer hasta el final, el camino del bien, con coherencia absoluta, compromiso total, sintonía completa, fidelidad esencial y una confianza trascendente en quien es la fuente de toda esperanza. ¡Amén!
    Ana María Díaz , Ñuñoa, 3 de septiembre 2023

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