Alicia de Sá Torres10 de febrero de 2024, 9:21
Excelente reflexión. Me ayudó a reconocerme, a ampliar la mirada, y a confirmar algunas certezas; me despertó también el deseo de compartirla, confirmando así que la esperanza se multiplica en la comunidad.
(Unos días en La Paloma)
¡Qué lindo relato, Eduardo! Es gratificante verificar el paso del tiempo en los lugares que transitamos, porque nos permite reconocer lo que cambia y lo que permanece. Y en ese transcurrir, lo más valioso es lo construido con otros. Descubrir la huella que dejamos, que nos dejaron, y encontrarse con quienes vivieron experiencias similares, lo que tenemos en común, más allá de las fronteras y de los recorridos personales. Confirmar lo que nos une en el encuentro que, al fin y al cabo, siempre es un reencuentro.