Un Obispo contra todas las Cercas
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Pedro es la antítesis del momento actual, todo lo que no se pone en
práctica en el Brasil actual es todo lo que Pedro quisiera que fuera puesto en
práctica
Él es una persona que no sólo se preocupó en actuar, sino en comunicar
al mundo sus acciones
21.04.2019 | Luis Miguel Modino
"Mis causas valen más que mi vida", una frase muy presente en la vida de Don Pedro Casaldáliga, o simplemente Pedro, como siempre fue conocido
a la orilla del Río Araguaia. "Él es alguien que encanta, que apasiona”, como reconoce Ana Helena Tavares, "me apasioné por su historia",
autora de la primera biografía escrita por una brasileña sobre el obispo del Araguaia, "Un obispo contra todas las Cercas. La Vida y las
Causas de Pedro Casaldáliga".
Ha sido un desafío que la periodista carioca
encaró a lo largo de cuatro años, en los que fue conociendo la vida de alguien
que considera la antítesis del
momento actual que Brasil vive. En la entrevista, la biógrafa muestra
algunas pinceladas del libro, presentado en la Catedral de San Félix del
Araguaia el domingo de Pascua,
fiesta de la Vida, la misma Vida por la que Pedro luchó a lo largo de tantos
años, que nunca olvidó esas causas, “un
hombre que amó mucho más a Brasil que muchas personas que nacieron en esta tierra
¿De dónde surgió la idea de
escribir una biografía de Pedro Casaldáliga?
Yo fui a San Felix del Araguaia por primera vez en septiembre de 2012,
que fue cuando conocí a Pedro personalmente. Yo fui a trabajar, estaba haciendo una serie de reportajes sobre la Dictadura Militar, con personas de diversas áreas. En un determinado momento necesité buscar a alguien de la Iglesia católica.Esta serie de reportajes era para la web
"Otras Palabras", y luego fue publicado en libro, que salió en marzo
de 2016, "El Problema es tener Miedo del Miedo. Lo que el Miedo de la
Dictadura tiene que decir a la Democracia". Me fui a entrevistarle en
2012, allá en su casa, en San Félix, para esa serie sobre la Dictadura. Yo me
enamoré de su historia, es una historia apasionante, y después de que terminé
de hacer el libro sobre la Dictadura, que cuenta con 26 entrevistados, donde
también hay otros dos de la Iglesia católica, que ya murieron, Monseñor Tomas
Balduino y Monseñor Waldir Calheiros, decidí que haría la biografía de una de
esas personas que había entrevistado.
La biografía de Pedro fue un gran desafío,
entonces sabía que iba a ser el más desafiador de todos, por todo, incluso por
la distancia geográfica, vivo en Río de Janeiro y él vive en San Felix del
Araguaia. Decidí afrontar ese desafío, y me enamoré de su historia, de tal
manera que yo también pasé a usar el anillo de “tucum”, abracé sus causas de la
manera que yo podría abrazar, a través de mi escritura. Yo me comprometí a
escribir cosas relacionadas con las causas de él, la reforma agraria, la lucha
contra la esclavitud.
Pedro es una persona que hace que todas las
causas se relacionen con los derechos humanos, y él me dijo al oído, antes de
salir, la primera vez que fui en el 2012, él me dijo una cosa que me marcó
mucho, y que creo que él suele decir a todo el mundo, que nunca se olviden de
las causas de la vida. Entonces, vine con esa intención de no olvidarme de las
causas de la vida, y ahí decidí hacer esta biografía. La historia realmente es
esa, es la historia de una reportera que fue a entrevistar a un obispo para un
proyecto sobre la Dictadura Militar, y se enamoró de la historia de vida de ese
obispo y decidió escribir su historia, hacer su biografía.
¿Qué significa la figura de Pedro en el momento
que Brasil está viviendo hoy?
Pedro es la antítesis del momento actual, todo
lo que no se pone en práctica en el Brasil actual es todo lo que Pedro quisiera
que fuera puesto en práctica. Pedro está en un polo y el gobierno, el Brasil
actual, está en otro polo, representan cosas completamente contrarias. Pedro,
desgraciadamente, no puede hacer lo que él hacía en la época de la Dictadura,
lanzar las cartas que él siempre lanzó y enfrentar el autoritarismo del
gobierno. Si él pudiera, él estaría, sin duda, haciendo lo mismo que él hizo en
la época de la Dictadura. No estaría de acuerdo con ninguna de esas medidas
anti políticas que el gobierno actual ha puesto en práctica.
Este culto a la ignorancia, Pedro es una persona
que a lo largo de la vida, siempre se preocupó mucho con el estudio, en
profundizar en todos los temas. Este culto a la ignorancia del gobierno actual
es contrario al culto a la educación que Pedro tuvo toda la vida. Entonces, es
la antítesis, Pedro de un lado y el Brasil actual del otro.
Dices que entrevistaste a
tres obispos que claramente tuvieron una postura muy profética en el tiempo de
la Dictadura. ¿Qué es lo que Pedro podría decir hoy a la Iglesia de Brasil?
¿Qué significa la figura de Pedro ante la coyuntura eclesial que Brasil está
viviendo?
Después de que empecé a hacer la biografía de
Pedro, fueron casi cuatro años del trabajo, desde principios de 2015 hasta
finales de 2018, a lo largo de esos cuatro años, me he involucrado obviamente
con personas ligadas al llamado ala de izquierda de la Iglesia, acompañando
todo lo que puedo sobre la Iglesia católica. Lo que percibo es que el Papa
Francisco, está en un camino y la mayoría de los líderes católicos en Brasil
están en otro. Aquí en Río de Janeiro, el arzobispo de Río de Janeiro, el
arzobispo de San Pablo, son personas que apuntan por un camino diferente de
aquel señalado por el Papa Francisco.
El camino señalado por el Papa Francisco, me
imagino que sea justamente aquel que Pedro, no sólo apuntaría, si él estuviese
bien de salud, sino que continúa apuntando, porque él creó una red. Si observas
en Internet, hay personas que usan el nombre Casaldáliga como apellido en
homenaje a Pedro. Él se convirtió en un símbolo muy grande, que es mucho mayor
que su persona física. Aunque él no está bien físicamente, sus causas, todo lo
que él representa, continúan firmes.
Entonces, creo que Pedro tiene que decir, no
sólo él, tú has hablado que he entrevistado a otros obispos, he tenido la
oportunidad de conocer a Monseñor Waldir Calheiros, en Volta Redonda, tomé un
café y un pan de queso en su casa, tuve la oportunidad de conocer a Monseñor
Tomas Balduino, en Goiania. Todos estos obispos proféticos, apuntan justamente
a lo que la Iglesia no está haciendo.
Yo reclamé, y creo que más gente debería haber
reclamado, cuando Bolsonaro decidió que el Golpe Militar debería ser
conmemorado. Como sabemos, aunque la Iglesia apoyó el Golpe, después muchos
miembros de la Iglesia, incluso obispos, fueron atacados por el Régimen
Militar, por la Dictadura, creo que la Iglesia debería haber lanzado una nota
inmediatamente, repudiando de forma profética lo que Bolsonaro había decidido,
conmemorar el golpe, pero la CNBB [Conferencia Nacional de los Obispos de
Brasil], no hizo eso.
Lo que Pedro indica, lo que los obispos que
entrevisté indican, es que la CNBB no está en el camino del profetismo, y no
está en el camino del propio Papa Francisco, que yo veo como una persona
profética. Así como me preguntaste, lo que Pedro es ante el gobierno actual, es
una antítesis, creo que Pedro es una antítesis ante la actual CNBB.
Dices que ya fuiste cinco
veces en San Felix del Araguaia, un lugar distante. ¿Cómo es posible, ni sólo
hoy como treinta, cuarenta años atrás, que alguien que vivía en un lugar tan
alejado, pudiera convertirse en una referencia, no sólo para Brasil, sino para
todo el mundo?
Pedro es una persona que desde niño, escribió un
texto a los ocho años de edad, llamado "Memorias de un Aspirante al
Periodismo", demostraba una vocación para el periodismo. En España, él
participó en revistas, y aquí en Brasil, una de las primeras cosas que él hizo
cuando llegó fue a fundar un periódico, que existe hasta hoy, es el diario
“Alvorada”, que fue creado en 1970, va a hacer cincuenta en el año 2020. Ese
periódico, junto con otras diversas formas que él organizó para comunicarse,
fue lo que le hizo que su voz saliera de aquella región, no se quedara solo
allí, y llegase a otros lugares.
Hay una Carta Pastoral, una de las más famosas
suyas, que es "Una Iglesia en la Amazonia en Conflicto con el Latifundio y
la Marginalización Social", esa carta pastoral fue lanzada el día en que
se consagró obispo. Él fue alguien que se preocupó no sólo en su ordenación
episcopal, que incluso él ni quería, él fue convencido a ser obispo por
Monseñor Tomas Balduino, él no quería. Él no sólo se ordenó obispo, sino que el
día que él se ordenó obispo, lanzó una carta de denuncia.
En resumen, él es una persona que no sólo se
preocupó en actuar, sino en comunicar al mundo sus acciones. Hay muchos obispos
que, yo sé, son personas que actúan en sus lugares, en sus ciudades, pero no se
preocupan por la comunicación de lo que hacen, no se preocupan por usar las
herramientas del mundo de hoy. Si Pedro pudiera, estaría en Internet, en las
redes, en el youtube, porque él siempre se preocupó en contar para el mundo, en
denunciar, porque esa es incluso una función del profeta, es el anuncio y la
denuncia, y él siempre se preocupó en usar los medios de comunicación para
denunciar. Él es alguien que nunca se negó a dar una entrevista a ningún
periodista, aunque fuera periodista de derecha, él daba entrevista, nunca se
negó. Él siempre tuvo esa preocupación, creo que esa preocupación suya, esa
vocación periodística, fue lo que hizo que su voz resonara en los cuatro
rincones del mundo.
He escuchado una vez que lo que no se conoce, no
existe.
Verdad.
Pedro siempre intentó dar
visibilidad, no a sus causas sino a las causas del pueblo al que acompañaba.
¿No piensas que en el periodismo de la Iglesia católica hoy, está faltando esa
dimensión de dar visibilidad a tanto trabajo bueno que se hace en muchos
lugares alejados, y también denunciar las luchas de las personas y de los
pueblos que no aparecen en los grandes medios?
Efectivamente, creo que los medios de
comunicación de la Iglesia católica, los pocos que tienen alguna visibilidad en
Internet, que recibo algo, son vehículos, sinceramente, la mayoría, mucho de
sacristía. Pedro fue un hombre, tengo hasta un capítulo del libro que se llama
"Padre de Romería", porque él fue una persona que nunca se quedó
parado, siempre estuvo en romería. A diferencia de él, que anunció el Evangelio
al mundo, el Reino de Dios, los vehículos de la Iglesia de hoy parecen
representar a esos obispos y a esos sacerdotes que prefieren quedarse en la
sacristía rezando.
En el caso de los campesinos, no muestran las
preocupaciones inmediatas del pueblo, no veo hablar de reforma agraria, que es
una cosa que hasta hoy no está resuelta en Brasil, denuncias de esclavitud, que
era algo que Pedro hacía mucho, que todavía existe por desgracia. Realmente
creo que es muy errada la comunicación de la Iglesia católica hoy en día, la
Iglesia católica no está sabiendo usar, inclusive, las nuevas tecnologías para
poder comunicarse. Incluso, creo que esto tiene que ver con el ascenso de los
evangélicos, los llamados neo pentecostales. Ellos saben usar las
comunicaciones, incluso ellos están en la televisión, y la Iglesia católica no
está sabiendo.
El Papa Francisco convocó para 2019 el Sínodo
para la Amazonia. San Félix del Araguaia forma parte de la Amazonia legal y el
obispo actual, monseñor Adriano Ciocca, debe participar en la asamblea sinodal,
en Roma, en el mes de octubre. Este Sínodo nos habla de nuevos caminos para la
Iglesia y para una ecología integral. Desde tu punto de vista, ¿cuáles serían
las propuestas que don Pedro haría en referencia a esos nuevos caminos que el
Sínodo quiere hacer realidad?
Dentro de la propuesta del Sínodo, que tiene que
ver con la ecología, Pedro seguiría hablando lo que siempre habló. Un ejemplo,
una de las grandes peleas allí en San Felix del Araguaia fue que querían que se
hiciera una hidrovía que iba, según la alegación de los terratenientes, a traer
progreso y dinero a la región, pero a perjudicar profundamente a los pueblos
indígenas y al Río Araguaia. Don Pedro continuaría hablando lo que él habló en
la época, si es para que el Río Araguaia se muera, si es para que los pueblos
indígenas mueran, es mejor no tener lo que se llama progreso. Incluso hay un
poema famoso suyo, que él llama progreso de mentira, que es el progreso que
mata. Pedro seguiría defendiendo que el progreso no puede matar. Creo que él
defendería básicamente eso, dentro de lo que él siempre defendió.
Pedro no se preocupa tanto con él, siempre fue
una persona que dentro de los principios básicos del humanismo, nunca hizo
tergiversaciones, siempre fue coherente con lo que él defendió. Creo que él
seguiría defendiendo eso, que el progreso tiene que ser humano. Tiene que haber
progreso, tiene que llegar el asfalto, tiene que eso, tiene que aquello, pero
tiene que, en primer lugar, defenderse el derecho del ser humano.
Dentro de los nuevos
caminos para la Iglesia, existen diferentes propuestas, que van surgiendo,
sobre todo después de haber escuchado a los pueblos de la Amazonia durante
varios meses, como es el protagonismo de las mujeres, de los laicos. ¿Cómo don
Pedro contribuyó con la Iglesia de Brasil en esa valoración de las mujeres, de
los laicos dentro de la Iglesia?
Hay incluso un capítulo del libro que está
dedicado a la causa de las mujeres, que yo llamo "Comadres
Militantes", como Pedro llamaba a las personas que trabajaban con él. Las
mujeres siempre tuvieron el mismo valor que los hombres y el mismo poder,
incluso en las tareas dentro de casa. Él era un obispo, que vivía con mujeres,
pero él lavaba la ropa, él no relegaba ese papel para las mujeres, era todo dividido
independiente de ser hombre o mujer.
Un capítulo del libro habla sobre ese
empoderamiento que él dio a las mujeres. Para tener una idea, en San Felix del
Araguaia, alguien hizo una investigación en relación a las monografías hechas
allí, y el mayor número de monografías para maestrías y tesis de doctorado, son
las mujeres. Esto es una cosa que viene de la llegada de Pedro para acá, porque
principalmente a través de la educación, de la posibilidad de que las personas
tuvieran instrucción, las mujeres tuvieron un poder de elevación social allí
muy grande, consiguieron hacer maestrías, consiguieron hacer doctorado, la
mayoría las mujeres.
Pedro dio una gran contribución a esto, incluso
existe un texto suyo, del que cito algunos fragmentos en el libro, en el que
dice claramente que no hay en la Biblia nada que impida la ordenación de las
mujeres, él dice claramente eso. Para él no existe mujer, o hombre, o indio, o
negro, son todos seres humanos. Esta es la gran contribución en este sentido.
La otra cosa que has dicho, de los laicos, hay
personas que dicen claramente que, aunque la Iglesia tiene el Consejo Nacional
de los Laicos, nunca vieron en ningún lugar como allí, en la Prelatura de San
Felix del Araguaia, que dio tanto poder a los laicos. Había laicos que, en la
época en que Pedro estaba en activo, participaban de la misa normalmente,
hacían actividades que serían destinadas a los diáconos. Pedro revolucionó, él
destruyó barreras de quien es laico, quien es religioso, quien es mujer, quien
es hombre, para él no había barreras, para él todo el mundo es ser humano.
Pedro comenzó a ser obispo en 1971. Pocos años
atrás se firmó el Pacto de las Catacumbas, una idea retomada por el Papa
Francisco al inicio de su pontificado, cuando dijo que quería una Iglesia pobre
y para los pobres. Cuando se llega a San Felix y uno ve la casa de Pedro, la
gente se pregunta cómo es posible que un obispo viva en aquel lugar, en esas
condiciones de austeridad, de pobreza. ¿Podríamos decir, aunque también hubo
algunos otros, que Pedro es uno de los grandes ejemplos de lo que significó el
Pacto de las Catacumbas y de lo que significa esa Iglesia pobre y para los
pobres que Francisco quiere hacer realidad?
Te voy a dar la respuesta que me dio Monseñor
José María Pires, que ya falleció y que yo tuve la oportunidad de
entrevistarle, me respondió ante una pregunta parecida que le hice, que incluso
él, habiendo firmado el Pacto de las Catacumbas, consideraba que Pedro
Casaldáliga, que no firmó el Pacto de las Catacumbas, vivió más el Pacto de las
Catacumbas que él, que las propias personas que lo firmaron. Su vida prueba
eso, hay mucha gente que llega allá delante de la casa del obispo, mira y dice,
no debe ser aquí donde él vive. Hay casas mejores por allí cerca, entonces la
gente va, llama buscando al obispo, porque cree que vive en las otras casas
mejores, y él no, él vive en la más sencilla.
Siempre ha vivido así desde su llegada. Cuando
llegó allí, tenía una casa más grande, pero luego adquirió una casa pequeña
como la que él vive hoy. Hay cosas más radicales, por ejemplo la cuestión de la
nevera en su casa. Hasta la década de los noventa, Pedro no tenía nevera en
casa, él no quería nevera porque si los pobres no tenían, no puedo tener.
Entonces Maximino Cerezo, el pintor de la liberación, un día convenció a Pedro
a tener nevera en la casa. No había agua helada en su casa, y ahí lo acabaron
convenciendo, compraron la nevera, en 92 o 93, no me acuerdo ahora el año
correcto, y está allí hasta hoy, pero fue relegada en un rincón, que él no
quería saber de ella, creía que no era necesario.
Hoy en día, mal de salud, como él está, pero no
acepta, de ninguna manera, que se coloque aire acondicionado. Él tiene el
ventilador delante de él, pues es un calor infernal en San Felix del Araguaia,
que uno ni se imagina, y él no acepta tener aire acondicionado. Son esas
radicalidades, esa terquedad, pues Pedro siempre ha sido muy terco en las cosas
que él cree, que hacen de él una mente diferenciada de todos los demás. Frei
Betto, por ejemplo, declaró para mí que Pedro Casaldáliga es el cristiano más
coherente que él conoce. Sin duda alguna, Pedro es un gran ejemplo de la
aplicación práctica del Pacto de las Catacumbas.
Incluso después de la muerte, porque él ha dicho
varias veces, no sé si todavía es así, que él quiere ser sepultado en un
cementerio que hay en San Felix donde eran sepultados los más pobres, aquellos
que muchas veces nadie conocía.
Es el Cementerio de los Carajás. En el libro, el
último capítulo se llama "Entre un Peón y una Prostituta", porque con
relación a esa historia, Pedro decía que él quería ser sepultado en el
Cementerio de los Carajás, que era donde el pueblo era sepultado, y aún es,
debajo de un pie de pequi, entre un peón y una prostituta, él decía eso. Yo
creo que ese deseo suyo va a ser respetado, él será sepultado allí, en aquel
cementerio bien simple. Una cosa que todo el mundo habla, aún hoy, es que
cuando él muera, eso va a ser respetado.
Desde un punto de vista
histórico, haciendo una valoración que tal vez debería hacerse en treinta o
cuarenta años, ¿cuál puede ser el recuerdo que Don Pedro Casaldáliga puede
dejar, no sólo para la Iglesia como para la sociedad brasileña?
Para la sociedad brasileña, un hombre que amó
mucho más a Brasil que muchas personas que nacieron en esta tierra. Muchas
veces fue hasta casi expulsado de Brasil, por ser acusado de ser extranjero. Él
dijo, en una determinada época, que él había sido nacionalizado por la malaria,
que él tuvo varias veces. Él amó profundamente al pueblo al que se dedicó, allí
en la región del Araguaia, de una forma que los brasileños, no todos, por
supuesto, pero algunos desafortunadamente no tienen ese amor por la tierra que
él tiene.
Creo que esta lección de un mundo sin fronteras,
Pedro es un internacionalista, una persona que cree que migrar es un derecho
humano. Él estuvo en África, antes de venir a Brasil, después vino para acá y
se quedó aquí, y nunca más quiso volver a España. Él clavó sus raíces en una
tierra que teóricamente no es suya, él no nació aquí, pero que él realmente
abrazó. Creo que esta visión de que podemos abrazar nuestras causas, aquello en
lo que creemos, en cualquier lugar del mundo.
Con respecto a la Iglesia, creo que queda la
lección de un hombre que logró aliar la espiritualidad, Pedro es un hombre
profundamente espiritual, en los momentos más terribles de la Dictadura, la
gente cuenta que se encontraban con él y él estaba de noche rezando, él no
perdió nunca la espiritualidad, logró aliar la cuestión espiritual con defensa
del Reino. Muestra a la Iglesia católica y a quien sigue el cristianismo, que
es posible rezar las avemarías, estar en la sacristía y estar también en la
romería, y hacer ver que la espiritualidad no es desprendida del cuerpo.
Un militar que llegó a su casa, dijo, por qué no
va a cuidar de las almas, un obispo tiene que cuidar de las almas. Pedro
respondió que nunca había visto almas pasar allí con hambre. Él deja la lección
que él cuidó de las almas sí, incluso de su alma, él siempre rezó mucho, él
siempre fue un hombre de mucha oración, pero él también actuó, él también fue a
campo para cuidar de los problemas del mundo, y es posible aliar las dos cosas.
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