domingo, 15 de septiembre de 2024

A propósito de momentos de silencio, e intentos de meditación....

    La Biblia proporciona ejemplos de Jesús dedicado a la oración y la meditación, destacando la importancia de la soledad y la comunión con Dios en su práctica espiritual. Jesús buscaba a menudo lugares apartados para retirarse y orar, subrayando la importancia de reservar momentos dedicados a la meditación.

Un ejemplo de la meditación de Jesús se encuentra en Marcos 1:35, donde se afirma que Jesús se levantó temprano por la mañana y se fue a un lugar solitario a orar.                    Esto demuestra su interés por conectar con Dios en un entorno tranquilo y sin perturbaciones. Mateo 14:23 también revela otro caso en el que Jesús se retiró solo a la ladera de una montaña para orar.

Uno de los ejemplos más notables de la meditación de Jesús se encuentra en Mateo 26:36, cuando entra en el Huerto de Getsemaní y se separa de sus discípulos para orar antes de su crucifixión. Aquí, Jesús muestra la poderosa profundidad de su conexión con Dios y la naturaleza íntima de su comunión a través de la oración y la meditación.

Profundizando, la búsqueda espiritual de Jesús en el desierto durante cuarenta días y cuarenta noches (Mateo 4:1-11) pone de relieve su compromiso con la búsqueda de la soledad y la renovación espiritual. Este periodo sirvió como tiempo de intensa meditación y dependencia de Dios en preparación para su ministerio.

A pesar de la ausencia de declaraciones directas de Jesús sobre la meditación, sus acciones indican claramente su importancia en su vida espiritual. Al buscar espacios tranquilos, pasar largos periodos en oración y retirarse intencionadamente de los demás, Jesús nos enseña la importancia de la meditación y la soledad para acercarse a Dios.


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