Don Antonio Barrios Pintos, en su obra Paysandú: Historia General Tomo II, dice que Sarmiento, siendo Presidente en 1874, se dirigía a Concordia por el Río Uruguay, bajó en la Meseta de Artigas, y ascendiendo a su cumbre pronunció allí una áspera catilinaria contra el Jefe de los Orientales, a más de 23 años de su desaparición física.
Al llegar a Concordia, pronunció un discurso y dijo: No está lejos de aquí la Meseta de Artigas, que como la caja de Pandora, lanzó sobre los países, que desde allí se descubren, la hidra de la montonera y el desquicio universal.
Ante el panorama magnífico que la vista abraza, el patriarca del degüello y de la barbarie dejóse de fascinar por el genio del mal que le decía: os daré todos estos países que veís, si me adoráis.
Después en su obra Conflictos y armonías de razas en América (1883), volverá a referirse a Artigas en términos violentos e injuriosos:
Artigas, como se ha visto era un salteador (1), nada más, nada menos.
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