En los evangelios “los fariseos” no son sólo personajes históricos a los que tuvo que enfrentarse a Jesús; el fariseísmo es un sistema y una concepción de la vida, una forma de comprensión y de vivencia religiosa y una tentación permanente para nosotros cristianos, en mayor o menor medida, todos caemos. Lucas alerta ¡! a las comunidades a no aggiornarse al ambiente fariseo de la sinagoga.-
Quién es
fariseo? Es el hombre de la ley por la
ley, de mera corrección, del cumplimiento,
del “cumplo” y
“miento”. El fariseo
“cumple” literalmente con lo mandado,
pero “miente” porque actúa
hipócritamente, porque su exterior no corresponde a su interior porque su
bondad no brota del corazón, como pide Jesús.
Pero como está legalmente en regla, se siente seguro de si mismo ante
Dios, se siente con derecho a pasarle factura por su buen comportamiento, como el
hijo mayor cuando regresa el que se había marchado…
Los fariseos
de ayer como de hoy tenemos el corazón pagano, nos ponemos como centro,
nos revestimos de formalismos y formulismos con los que tranquilizamos la
conciencia seguros de nosotros y seguros de la predilección de Dios, ayunamos, damos limosna, cumplimos los
“preceptos”, cumplimos sobradamente lo estipulado, somos políticamente
correctos, pero tremendamente
v a c í o sss!! “Este
pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí” (Mt. 15,8)
La
parábola es una llamada urgiendo a realizarlo todo desde el
amor. La actividad diaria en que vivimos nos tienta a “cumplir” incluso con Dios. Cuando el fariseo ora satisfecho, recitando
sus grandes obras, está vacío por dentro, porque todo lo ha hecho
mecánicamente.
La ley de Dios,
cuando es mal entendida, se puede convertir en un obstáculo que impide a la
persona el encuentro sincero con Dios y la apertura a sus verdaderas
exigencias. “ Dios! Te doy gracias porque no
soy como los demás”…!! Qué
absurdo compararnos con los demás, todos somos únicos irrepetibles ante Dios ¿Qué se yo qué
oportunidades ha tenido en la vida quién yo quiero juzgar? ¿qué educación ha
recibido? ¿qué traumas ha padecido que potencial psicológico tiene? ¡es tan
compleja la vida!
¿ Estoy seguro de que yo hubiera sido mejor si estuviera en
sus zapatos? “al que mas se le dio, mas
se le pedirá, al que mas se le confió mas se le exigirá” ¿Cómo pretendemos tener la misma
responsabilidad? ¿Podemos estar seguros
que hubiéramos sido mejores que ellos de haber nacido en las mismas
circunstancias?
El cristiano maduro
en lugar de crecerse ante los demás, se humilla, trata de aprender de
ellos, donde el fariseo dice
“yo no soy como esos” el
publicano arrepentido, el santo, dice “Quién me diera ser como ése” fue
pecador, pero mírale arrepentido,
humilde, seguro que Dios le ha tocado el
corazón y le ha cambiado”!! Nuestra
confianza no puede apoyar sino en el amor gratuito de Dios. Por muy grave que sea nuestro error,
nuestra falta, nuestro pecado, nunca es obstáculo para acercarnos humildemente
al Dios
del amor. Al contrario, pocas veces estamos los hombres
tan cerca de Dios como cuando nos reconocemos pecadores y acogemos agradecidos su perdón
gratuito y su fuerza renovadora.
Quién se siente
pecador, se siente amado gratuitamente por Dios; quien se siente amado
gratuitamente por Dios, comprende, perdona y ama gratuitamente a los demás y,
en consecuencia, se reconcilia con Dios, consigo mismo y con los demás.
Somos de verdad
libres cuando, como nos indica Jesús, decimos con toda la sinceridad del
publicano: ¡ oh Dios ten compasión de este pecador que reconoce su
pecado,
Incluso su fariseismo ¡!!
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