Nueva encuesta sobre la familia para el Sínodo2015 Redacción de Atrio, 13-Diciembre-2014
En Atrio prestamos en su día atención al cambio que significó la preparación previa del Sínodo 2014: ¿Una encuesta de opinión a los católicos? [6 de Noviembre 2013].
Y recogimos el documento final, la Relatio [8 de noviembre 2014], que un grupo está comentando de manera especial pues será la base del próximo Sínodo.
La oposición clerical, que está atacando al papa por cómo hizo el sínodo y publicó ese discutido documento, es formidable. Cardenales poderosos, seguramente con apoyo del papa emérito, están alzando ya la voz proclamando su desacuerdo “para proteger el verdadero catolicismo”. Es una auténtica rebelión pues se han dado cuenta de que por ese camino de consultar a la base se les cae el tinglado.
Y sin embargo. Francisco no se amilana. Y quiere que sobre la Relatio haya una aportación desde toda la base de la Iglesia. Para ello ha enviado unas preguntas más concretas sobre la materia para “facilitar el debido realismo en la reflexión de cada episcopado, evitando que sus respuestas puedan ser dadas según esquemas y perspectivas propias de una pastoral meramente aplicativa de la doctrina, que no respetaría las conclusiones de la Asamblea sinodal extraordinaria, y que alejaría su reflexión del camino ya trazado”. Creo que es interesante conocer este nuevo documento y trabajarlo. AD.
Preguntas sobre la
recepción
y
la profundización
de la
Relatio Synodi
Pregunta
previa referida a todas las secciones de la Relatio Synodiy
la profundización
de la
Relatio Synodi
¿La descripción de la realidad de la familia presente en la Relatio Synodi corresponde a lo que se observa en la Iglesia y en la sociedad de hoy? ¿qué aspectos ausentes pueden integrarse?
Primera
parte
La escucha: el contexto y los desafíos de la
familia
Tal como se indica en la introducción (núms. 1-4), el
Sínodo extraordinario deseaba dirigirse a todas las familias del mundo, quería
participar de sus alegrías, fatigas y esperanzas. A las numerosas familias
cristianas fieles a su vocación, el Sínodo dirigió una mirada especial de
reconocimiento, alentándolas a participar todavía con más decisión en esta hora
de la “Iglesia en salida”, redescubriéndose como sujeto imprescindible de la
evangelización, sobre todo cuando se trata de alimentar para ellas mismas y
para las familias con dificultades el “deseo de familia”, que permanece siempre
vivo y que es el fundamento de la convicción de cuán necesario es “volver a
partir de la familia” para anunciar con eficacia el núcleo del Evangelio.
El renovado camino trazado por el Sínodo extraordinario
se inserta en el contexto eclesial más amplio indicado en la exhortación Evangelii Gaudium del
Papa Francisco, es decir, partiendo de las “periferias existenciales”, con una
pastoral caracterizada por la “cultura del encuentro”, capaz de reconocer la
obra libre del Señor incluso fuera de nuestros esquemas habituales y de asumir,
sin avergonzarse, la condición de “hospital de campo”, tan beneficiosa para al
anuncio de la misericordia de Dios. A dichos desafíos responden los números de
la primera parte de la
Relatio Synodi donde están expuestos los aspectos que forman el
marco de referencia más concreto sobre la situación real de las familias dentro
del cual proseguir la reflexión.
Las preguntas que se proponen a continuación, con
expresa referencia a los aspectos de la primera parte de la Relatio Synodi, desean
facilitar el debido realismo en la reflexión de cada episcopado, evitando que
sus respuestas puedan ser dadas según esquemas y perspectivas propias de una
pastoral meramente aplicativa de la doctrina, que no respetaría las
conclusiones de la Asamblea sinodal extraordinaria, y que alejaría su reflexión
del camino ya trazado.
El
contexto sociocultural (núms. 5-8)
1. ¿Cuáles son las
iniciativas en acto y las programadas respecto a los desafíos que plantean a la
familia las contradicciones culturales (cfr. núms. 6-7): aquellas iniciativas
orientadas a despertar la presencia de Dios en la vida de las familias;
aquellas dirigidas a educar y establecer relaciones interpersonales sólidas;
aquellas que favorecen políticas sociales y económicas útiles a la familia;
aquellas que alivian las dificultades relacionadas con la atención a los niños,
los ancianos y los familiares enfermos; aquellas que afrontan el contexto
cultural más específico en el que se compromete la Iglesia local?
2. ¿Qué instrumentos de
análisis se están empleando, y cuáles son los resultados más significativos
respecto a los aspectos (positivos y negativos) del cambio antropológico
cultural? (cfr. núm. 5). Entre tales resultados ¿se percibe la posibilidad de
encontrar elementos comunes en el pluralismo cultural?
3. Además de anunciar y
denunciar, ¿cuáles son las modalidades elegidas para estar presentes como
Iglesia junto a las familias en las situaciones extremas? (cfr. núm. 8).
¿Cuáles son las estrategias educativas para prevenirlas? ¿Qué se puede hacer
para sostener y reforzar las familias creyentes, fieles al vínculo?
4. ¿Cómo la acción
pastoral de la Iglesia reacciona ante la difusión del relativismo cultural en
la sociedad secularizada y ante el consiguiente rechazo de parte de muchas
personas del modelo de familia formado por un hombre y una mujer unidos en el
vínculo matrimonial y abierto a la procreación?
La importancia de la vida afectiva (núms.
9-10)
5. ¿De qué modo, con
qué actividades las familias cristianas contribuyen a testimoniar a las nuevas
generaciones el progreso en la maduración afectiva? (cfr. núms. 9-10). ¿Cómo se
podría mejorar la formación de los ministros ordenados respecto a estos temas?
¿Qué figuras de agentes de pastoral específicamente calificados se consideran
más urgentes?
El desafío para la pastoral (núm. 11)
6. ¿En qué proporción,
y con qué medios, la pastoral familiar ordinaria se dirige a las personas
lejanas? (cfr. núm. 11). ¿Qué líneas operativas se han predispuesto para
suscitar y valorizar el “deseo de familia” que el Creador sembró en el corazón
de cada persona, y está presente especialmente en los jóvenes, incluso en quien
se encuentra en situaciones de familias no correspondientes a la visión
cristiana? ¿Qué respuesta efectiva se tiene de la misión dirigida a ellos?
Entre los no bautizados ¿cuán fuerte es la presencia de matrimonios naturales,
incluso en relación al deseo de familia de los jóvenes?
II
Parte
La mirada fija en Cristo: el Evangelio de la
familia
El Evangelio de la familia, que la Iglesia ha custodiado
fielmente en la línea de la Revelación cristiana escrita y transmitida, exige
ser anunciado en el mundo actual con renovada alegría y esperanza, dirigiendo
constantemente la mirada a Jesucristo. La vocación y la misión de la familia se
configuran plenamente en el orden de la creación que evoluciona en el de la
redención, sintetizado así en el deseo del Concilio: «Los propios cónyuges,
finalmente, hechos a imagen de Dios vivo y constituidos en el verdadero orden
de personas, vivan unidos, con el mismo cariño, modo de pensar idéntico y mutua
santidad, para que, habiendo seguido a Cristo, principio de vida, en los gozos
y sacrificios de su vocación por medio de su fiel amor, sean testigos de aquel
misterio de amor que el Señor con su muerte y resurrección reveló al mundo» (Gaudium et Spes, 52;
cfr. Catecismo de la
Iglesia Católica, 1533-1535).
Desde esta óptica, la finalidad de las preguntas que
derivan de la Relatio
Synodi es suscitar respuestas fieles y valientes en los Pastores y
en el pueblo de Dios para un renovado anuncio del Evangelio de la familia.
La mirada fija en Jesús y la pedagogía
divina en la historia de la salvación (núms. 12-14)
Aceptando la invitación del Papa Francisco, la Iglesia
mira a Cristo en su permanente verdad e inagotable novedad, que ilumina también
a cada familia. «Cristo es el “Evangelio eterno” (Ap 14,6), y es “el mismo ayer y hoy y para
siempre” (Hb 13,8),
pero su riqueza y su hermosura son inagotables. Él es siempre joven y fuente
constante de novedad» (Evangelii
Gaudium, 11).
7. La mirada fija en
Cristo abre nuevas posibilidades. «En efecto, cada vez que volvemos a la fuente
de la experiencia cristiana se abren caminos nuevos y posibilidades
inesperadas» (núm. 12). ¿Cómo se utiliza la enseñanza de la Sagrada Escritura
en la acción pastoral con las familias? ¿En qué medida esta mirada alimenta una
pastoral familiar valiente y fiel?
8. ¿Cuáles son los
valores del matrimonio y de la familia que ven realizados en sus vidas los
jóvenes y los cónyuges? ¿Y en qué forma?¿Hay valores que podamos poner de
relieve? (cfr. núm. 13) ¿Qué dimensiones de pecado hay que evitar y superar?
9. ¿Qué pedagogía
humana es preciso considerar —en sintonía con la pedagogía divina— para
comprender mejor qué se le pide a la pastoral de la Iglesia frente a la
maduración de la vida de la pareja, hacia el futuro matrimonio? (cfr. núm. 13)
10. ¿Qué hacer para
mostrar la grandeza y belleza del don de la indisolubilidad, a fin de suscitar
el deseo de vivirla y de construirla cada vez más? (cfr. núm. 14)
11. ¿De qué modo se
podría ayudar a comprender que la relación con Dios permite vencer las
fragilidades inscritas también en las relaciones conyugales? (cfr. núm. 14).
¿Cómo testimoniar que la bendición de Dios acompaña todo verdadero matrimonio?
¿Cómo manifestar que la gracia del sacramento sostiene los esposos en todo el
camino de su vida?
La familia en el designio salvífico de Dios
(núms. 15-16)
La vocación creatural al amor entre hombre y mujer
recibe su forma completa del evento pascual de Cristo Señor, que se entrega sin
reservas, haciendo de la Iglesia su Cuerpo místico. El matrimonio cristiano
—que se alimenta de la gracia de Cristo— se convierte así, para aquellos que
están llamados a esta vocación, en el camino que transitan hacia la perfección
del amor, que es la santidad.
12. ¿Cómo se podría
hacer comprender que el matrimonio cristiano corresponde a la disposición
originaria de Dios y, por tanto, es una experiencia de plenitud y no de límite?
(cfr. núm. 13)
13. ¿Cómo concebir la
familia como “Iglesia doméstica” (cfr. LG 11), sujeto y objeto de la acción
evangelizadora al servicio del Reino de Dios?
14. ¿Cómo promover la
conciencia del compromiso misionero de la familia?
La familia en los documentos de la Iglesia
(núms. 17-20)
El Pueblo de Dios debería conocer mejor el magisterio
eclesial en toda su riqueza. La espiritualidad conyugal se nutre de la
enseñanza constante de los Pastores, que cuidan de su rebaño, y madura gracias
a la escucha incesante de la Palabra de Dios, de los sacramentos de la fe y de
la caridad.
15. La familia cristiana
vive ante la mirada amorosa del Señor y en la relación con Él crece como
verdadera comunidad de vida y de amor. ¿Cómo desarrollar la espiritualidad de
la familia, y cómo ayudar a las familias a ser lugar de vida nueva en Cristo?
(cfr. núm. 21)
16. ¿Cómo desarrollar y
promover iniciativas de catequesis que den a conocer y ayuden a vivir las
enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, favoreciendo la superación de la
distancia posible entre lo que se vive y lo que se profesa, y promoviendo
caminos de conversión?
La indisolubilidad del matrimonio y el gozo
de vivir juntos (núms. 21-22)
«El genuino amor conyugal es asumido en el amor divino y
se rige y enriquece por la virtud redentora de Cristo y la acción salvífica de
la Iglesia para conducir eficazmente a los cónyuges a Dios y ayudarlos y
fortalecerlos en la sublime misión de la paternidad y la maternidad. Por ello
los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están
fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al
cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, que
satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia
perfección y a su mutua santificación, y, por tanto, conjuntamente, a la
glorificación de Dios» (Gaudium
et Spes, 48).
17. ¿Cuáles son las
iniciativas para comprender el valor del matrimonio indisoluble y fecundo como
camino de plena realización personal? (cfr. núm. 21)
18. ¿Cómo proponer la
familia como lugar, único en muchos aspectos, para realizar la alegría de las
personas?
19. El Concilio Vaticano
II quiso expresar su estima por el matrimonio natural, renovando una antigua
tradición eclesial. ¿En qué medida las pastorales diocesanas saben valorizar
también esta sabiduría de los pueblos, como fundamental para la cultura y la
sociedad común? (cfr. núm. 22).
Verdad y belleza de la familia y
misericordia para con las familias heridas y frágiles (núms. 23-28)
Después de haber considerado la belleza de los
matrimonios que proceden bien y de las familias sólidas, y de haber apreciado
el testimonio generoso de quienes han permanecido fieles al vínculo aun
abandonados por el cónyuge, los pastores reunidos en el Sínodo se preguntaron
—de modo abierto y valiente, no sin preocupación y cautela— qué mirada debe
tener la Iglesia para los católicos que están unidos sólo con vínculo civil,
para los que todavía conviven y para aquellos que, después de un válido
matrimonio, se han divorciado y vuelto a casar civilmente.
Conscientes de los límites evidentes y de las
imperfecciones presentes en situaciones tan distintas, los Padres asumieron
positivamente la perspectiva indicada por el Papa Francisco, según la cual «sin
disminuir el valor del ideal evangélico, hay que acompañar con misericordia y
paciencia las etapas posibles de crecimiento de las personas que se van
construyendo día a día» (Evangelii
Gaudium, 44).
20. ¿Cómo ayudar a
entender que nadie queda excluido de la misericordia de Dios y cómo expresar
esta verdad en la acción pastoral de la Iglesia para con las familias, en
particular las heridas y frágiles? (cfr. núm. 28)
21. ¿Cómo pueden los
fieles mostrar, con las personas que todavía no tienen una plena comprensión
del don de amor de Cristo, una actitud de acogida y acompañamiento confiado,
sin renunciar nunca al anuncio de las exigencias del Evangelio? (cfr. núm. 24)
22. ¿Qué se puede hacer
para que en las diversas formas de unión —en las cuales pueden descubrirse
valores humanos— el hombre y la mujer adviertan el respeto, la confianza y el
aliento a crecer en el bien, de parte de la Iglesia y sean ayudados a alcanzar
la plenitud del matrimonio cristiano? (cfr. núm. 25)
III
Parte
La confrontación: perspectivas pastorales
Al profundizar la tercera parte de la Relatio Synodi, es
importante dejarse guiar por el viraje pastoral que el Sínodo extraordinario ha
comenzado a delinear, hundiendo sus raíces en el Vaticano II y en el magisterio
del Papa Francisco. A las Conferencias Episcopales compete seguir
profundizándolo—llamando
a participar de la manera más oportuna a todos los componentes eclesiales— y concretizándolo en su
contexto específico. Es necesario hacer todo lo posible para que no se vuelva a
empezar de cero, sino que se asuma el camino recorrido en el Sínodo
extraordinario como punto de partida.
Anunciar el Evangelio de la familia hoy, en
los diversos contextos (núms. 29-38)
A la luz de la necesidad de la familia y, al mismo
tiempo, de los múltiples y complejos desafíos presentes en nuestro mundo, el
Sínodo ha subrayado la importancia de un compromiso renovado para un anuncio,
franco y significativo, del Evangelio de la familia.
23. En la formación de
los presbíteros y de otros agentes pastorales ¿cómo se cultiva la dimensión
familiar? ¿Se implica a las familias?
24. ¿Somos conscientes
de que la rápida evolución de nuestra sociedad exige una constante atención al
lenguaje en la comunicación pastoral? ¿Cómo testimoniar eficazmente la
prioridad de la gracia, de manera que la vida familiar se proyecte y se viva
como acogida del Espíritu Santo?
25. Al anunciar el
Evangelio de la familia ¿cómo se pueden crear las condiciones para que cada
familia sea como Dios la quiere y sea reconocida socialmente en su dignidad y
misión? ¿Qué “conversión pastoral” y qué ulteriores profundizaciones hay que
llevar a cabo en esta dirección?
26. ¿La colaboración al
servicio de la familia con las instituciones sociales y políticas, se percibe
en toda su importancia? De hecho, ¿cómo se pone en práctica? ¿En qué criterios
inspirarse? ¿Qué rol pueden desempeñar en este sentido las asociaciones
familiares? ¿Cómo puede sostener dicha colaboración la denuncia franca de los
procesos culturales, económicos y políticos que minan la realidad familiar?
27. ¿Cómo favorecer una
relación entre familia, sociedad y política que beneficie a la familia? ¿Cómo
promover el sostén a la familia de parte de la comunidad internacional y de los
Estados?
Guiar a los prometidos en el camino de
preparación al matrimonio (núms. 39-40)
El Sínodo reconoció los pasos que se han dado en estos
últimos años para favorecer una adecuada preparación de los jóvenes al
matrimonio. Sin embargo, subrayó la necesidad de un mayor compromiso de toda la
comunidad cristiana no sólo en la preparación sino también en los primeros años
de vida familiar.
28. ¿Cómo proponer los
itinerarios de preparación al matrimonio de forma que pongan de relieve la
vocación y la misión de la familia según la fe en Cristo? ¿Se llevan a cabo
ofreciendo una auténtica experiencia eclesial? ¿Cómo renovarlos y mejorarlos?
29. ¿Cómo la catequesis
de iniciación cristiana presenta la apertura a la vocación y la misión de la
familia? ¿Qué pasos se consideran más urgentes? ¿Cómo proponer la relación
entre bautismo, eucaristía y matrimonio? ¿En qué modo poner de relieve el
carácter de catecumenado y mistagógico que los itinerarios de preparación al
matrimonio asumen a menudo? ¿Cómo lograr que la comunidad participe en esta
preparación?
Acompañar en los primeros años de la vida
matrimonial (núm. 40)
30. Tanto en la
preparación como en el acompañamiento de los primeros años de vida matrimonial
¿se valora adecuadamente la importante contribución de testimonio y de sostén
que pueden dar familias, asociaciones y movimientos familiares? ¿Qué experiencias
positivas se pueden referir en este campo?
31. La pastoral de
acompañamiento de los cónyuges en los primeros años de vida familiar —se
observó en el debate sinodal— necesita un ulterior desarrollo. ¿Cuáles son las
iniciativas más significativas ya realizadas? ¿Qué aspectos hay que incrementar
a nivel parroquial, a nivel diocesano o en el ámbito de asociaciones y
movimientos?
Solicitud pastoral por quienes viven en el
matrimonio civil o en convivencias (núms. 41-43)
En el debate sinodal se recordó la diversidad de
situaciones, debida a múltiples factores culturales y económicos, praxis
arraigadas en la tradición, dificultad de los jóvenes a tomar decisiones que
comprometan para toda la vida.
32. ¿Cuáles deben ser
los criterios para un correcto discernimiento pastoral de cada situación a la
luz de la enseñanza de la Iglesia, según la cual los elementos constitutivos
del matrimonio son unidad, indisolubilidad y apertura a la procreación?
33. ¿La comunidad
cristiana es capaz de comprometerse pastoralmente en estas situaciones? ¿Cómo
ayuda a discernir estos elementos positivos y aquellos negativos de la vida de
personas unidas en matrimonios civiles a fin de orientarlas y sostenerlas en el
camino de crecimiento y de conversión hacia el sacramento del matrimonio? ¿Cómo
ayudar a quienes conviven a decidirse por el matrimonio?
34. En particular, ¿qué
respuestas dar a las problemáticas planteadas por la permanencia de las formas
tradicionales de matrimonio a etapas o arreglado entre familias?
(separados,
divorciados no vueltos a casar, divorciados vueltos a casar, familias
monoparentales) (núms. 44-54)
En el debate sinodal se puso de relieve la necesidad de
una pastoral inspirada en el arte
del acompañamiento, dando «a nuestro caminar el ritmo sanador de
projimidad, con una mirada respetuosa y llena de compasión pero que al mismo
tiempo sane, libere y aliente a madurar en la vida cristiana» (Evangelii Gaudium, 169).
35. ¿La comunidad
cristiana está preparada para hacerse cargo de las familias heridas para hacerles
experimentar la misericordia del Padre? ¿Cómo comprometerse para eliminar los
factores sociales y económicos que a menudo las determinan? ¿Qué pasos se han
dado y qué pasos hay que dar para que crezca esta acción y la conciencia
misionera que la sostiene?
36. ¿Cómo promover la
definición de líneas pastorales compartidas a nivel de Iglesia particular?
¿Cómo desarrollar al respecto el diálogo entre las diversas Iglesias
particulares“cum Petro y sub Petro”?
37. ¿Cómo hacer más
accesibles y ágiles, a ser posible gratuitos, los procedimientos para el
reconocimiento de los casos de nulidad? (núm. 48).
38. La pastoral
sacramental dirigida a los divorciados vueltos a casar necesita una mayor
profundización, que valore también la praxis ortodoxa y tenga presente «la
distinción entre situación objetiva de pecado y circunstancias atenuantes»
(núm. 52). ¿Cuáles son las perspectivas en las que moverse? ¿Qué pasos se
pueden dar? ¿Qué sugerencias para eludir formas de impedimentos no debidas o no
necesarias?
39. ¿La normativa actual
permite dar respuestas válidas a los desafíos que plantean los matrimonios
mixtos y los inter-confesionales? ¿Hace falta tener en cuenta otros elementos?
La atención pastoral por las personas con
tendencia homosexual (núms. 55-56)
La atención pastoral por las personas con tendencia
homosexual plantea hoy nuevos desafíos, debidos también a la manera en que se
proponen socialmente sus derechos.
40. ¿Cómo dirige la
comunidad cristiana su atención pastoral a las familias en las que hay personas
con tendencia homosexual? Evitando toda injusta discriminación, ¿de qué modo
ofrecer el cuidado a las personas en estas situaciones a la luz del Evangelio?
¿Cómo proponerles las exigencias de la voluntad de Dios en su situación?
La transmisión de la vida y el desafío de la
disminución de la natalidad (núms. 57-59)
La transmisión de la vida es un elemento fundamental de
la vocación-misión de la familia: «En el deber de transmitir la vida humana y
de educarla, lo cual hay que considerar como su propia misión, los cónyuges
saben que son cooperadores del amor de Dios Creador y como sus intérpretes» (Gaudium et spes, 50).
41. ¿Cuáles son los
pasos más significativos que se han dado para anunciar y promover eficazmente
la apertura a la vida y la belleza y la dignidad humana de ser madre o padre, a
la luz por ejemplo de la Humanae Vitae del beato Paolo VI? ¿Cómo promover el diálogo con las
ciencias y las tecnologías biomédicas de manera que se respete la ecología
humana del engendrar?
42. Una
maternidad/paternidad generosa necesita estructuras e instrumentos. ¿La
comunidad cristiana vive una efectiva solidaridad y subsidiaridad? ¿Cómo? ¿Es
valiente en la propuesta de soluciones válidas también a nivel sociopolítico?
¿Cómo alentar a la adopción y la acogida como signo altísimo de generosidad
fecunda? ¿Cómo promover el cuidado y el respeto de los jóvenes?
43. El cristiano vive la
maternidad/paternidad como respuesta a una vocación. ¿En la catequesis se
subraya suficientemente esta vocación? ¿Qué itinerarios formativos se proponen
a fin de que dicha vocación guíe efectivamente las conciencias de los esposos?
¿Se tiene conciencia de las graves consecuencias de los cambios demográficos?
44. ¿Cómo lucha la
Iglesia contra la plaga del aborto, promoviendo una cultura de la vida eficaz?
45. Llevar adelante la
misión educadora no siempre es sencillo para los padres: ¿encuentran
solidaridad y sostén en la comunidad cristiana? ¿Qué itinerarios formativos hay
que sugerir? ¿Qué pasos hay que dar para que la tarea educativa de los padres
sea reconocida también a nivel sociopolítico?
46. ¿Cómo promover en
los padres y en la familia cristiana la conciencia del deber de la transmisión
de la fe como dimensión intrínseca a la misma identidad cristiana?
Fuente: Vatican.va (son 8 páginas, de las cuales tenemos copia,ofrecemos para fotocopiar)
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