Domingo 19° Tiempo. Ordinario Jn.6,41-51
EL ALIMENTO VITAL .-
El profeta Elías, desfallecido y desesperado grita al Señor: Quítame la
vida Señor!! Es una situación que , al menos en ciertas etapas
nos refleja a todos. Sin llegar a situaciones
límites, todos acusamos los golpes de la vida, cansancio, estrés,
preocupaciones, agobios, problemas laborales, tensiones de
convivencia, todos en mayor o menor grado sentimos el peso de los
conflictos interiores y exteriores.
En estas situaciones tenemos las tentaciones:
De renunciar a proyectos generosos, al idealismo y la utopía, es la tentación
de dejarse de sueños y ser realistas, sentimos la tentación del “mas o
menos” “de ir tirando” nos tienta la mediocridad. Todos los
proyectos que teníamos de familia, comunidad cristiana se tornan
irrealizables, la tarea de cambiar el entorno, de familia, comunidad,
barrio, parroquia…es irrealizable , es inviable….
El pan y el agua que se le ofreció al profeta Elías, la multiplicación de los
panes, según la interpretación del propio Jesús son símbolos suyos; “yo soy el
agua viva”, Jesús es el alimento que nos llena de vida y nos da fuerza para
seguir cumpliendo con nuestra misión…
Pero el Pan que nos alimenta no es solo la Eucaristía. Esta
por sí sola, no enriquece la vida. Somos millones y millones
que comulgamos cada domingo, si asimiláramos de
verdad al Señor Jesús, transformaríamos la
Iglesia y la sociedad. San
Pablo increpa a los ciudadanos de Corinto, les dice que la celebración de
la Cena del Señor y la comida y la bebida no, solo no
los salva, sino que los condena
porque no lo celebran con el Espíritu de Jesús.
El Pan, ante todo y sobre todo, es la persona misma de Jesús, la fe y la
comunión en Él .Para que el pan de su cuerpo sea nutritivo y sabroso, es
necesario haber comido antes el pan de La
Palabra. El pan material alimenta
automáticamente. El Pan Eucarístico sólo si se
come con las actitudes
necesarias. Es lo que les
ocurrió a los judíos que comieron el pan multiplicado. Jesús les
reprocha, “ no entendieron nada!!” Quedaron
contentos porque saciaron el hambre, pero no entendieron la
parábola, del COMPARTIR . Es La Palabra de Jesús la que
da sabor verdadero a su CUERPO y SANGRE….
Esta es
una versión libre del comentario realizado por Atilano ALAIZ en El Don de
la Palabra, Ciclo B. Autorizado por el autor, Eduardo
Bernadá.
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