domingo, 23 de agosto de 2015

ENCUENTROdCRISTIANOSenRED.....HUELLAS....

Para el ENCUENTROdCRISTIANOSenRED, se nos sugirió llevar HUELLAS, recordando momentos significativos,  esas HUELLAS,   nos transportaron a otras,  como esta......


  Una fría tarde  de invierno en Sabadell, cerca de Barcelona       caminaban  dos muchachones,  casi hombres  realizando un  “contacto”   cuando reciben la voz de alto de una patrulla falangista que acertó a pasar,  ambos corren tomando diferentes rumbos, Antonio, corre  dobla la esquina luego la otra y salta un paredón,  cae sin saberlo a los fondos de un convento de monjas domínicas.     Una viejecita daba de comer a las gallinas, sorprendida por el visitante, comprende la situación y rápidamente.......
le esconde en el gallinero.    A los pocos minutos los soldados golpean la puerta del convento, revisando las casas que comprendían las manzanas donde los prófugos se les habían escabullido,  se les franquea el paso, la madre superiora sin saber nada colabora en algo que desconoce pero que asegura ahí no hay nadie, solo ella unas hermanas de congregación y algunas novicias.  Uno de los  soldados llega al fondo del caserón allí una monjita, viejecita daba de comer a a las gallinas, sin mediar palabra entra a revisar, de golpe un atropello de plumas y picotazos repele al a soldado, el gallo  rey del gallinero defendiendo su espacio, el soldado retrocede, la viejecita le  habla  en catalán  al gallo, al mismo tiempo con su pollerón lo hace retroceder,  el soldado atónito y sorprendido pregunta que le dijo ¡?  No entendía catalán;!  la pícara,  responde le dije “ es un amigo déjalo tranquilo!”  cuando el soldado  se da vuelta y se va,  la monja vuelve a hablar en catalán, pero esta vez a  su protegido “quede tranquilo que ya se van”…….ya le traigo un café caliente y algo para comer………   esto sucedió en Barcelona..
      Antonio, Lucía su mujer e hijo  deben  dejar España como tantos españoles en busca de un lugar donde poder reiniciar sus vidas,  llegan a Uruguay  nueva cuna para muchos republicanos que desde aquí seguirán por años soñando con una España libre de Franco.        Otro camarada de lucha llegado antes, casualmente llamado Antonio,  le da cabida en su taller , unos años después,  ingreso a esa misma empresa.  Con el tiempo vamos entablando una relación de amistad, él anarquista, anticlerical, pero con una astilla metida en su piel con el recuerdo imborrable de aquella monjita cristiana que le salvó la vida.
    Uruguay comenzaba a vivir momentos difíciles, los cañeros de Artigas, llegaban una y otra vez en sus larguísimas caminatas hasta la Capital, la empresa Silva y Rosas  se hizo conocida por su explotación a los “peludos” que nacían, vivían y morían en “aripucas”.        En la  última  llegada a Montevideo, las autoridades, prohibieron la instalación de carpas donde acampaban los cañeros en el Cerro, ante  esta situación la congregación que regenteaba la Parroquia de Fátima,(Cerro) les da cabida en su casa.           Nuestra incipiente comunidad   recoleta ropas;  la parroquia (parr. Atilano Alaiz) nos da alimentos,  (los 12 San Pancracio ya comenzaba a cambiar velas, por alimentos no perecederos)   En  conversaciones con el compañero catalán, le comento lo que íbamos hacer el próximo fin de semana con los amigos de la comunidad cristiana.  Luego de un silencio, me dice,  sabes como pienso en ciertas cosas,  pero  también tengo un compromiso de por vida con aquella monja.    Yo quiero colaborar, si me dejas quisiera acompañarlos y más aún  ves este     camperón de cuero negro,    tiene esta historia….”estábamos con un  compañero en una trinchera manipulando una linterna de acetileno, cuando a unos metros cae una granada haciendo estallar todo, queda muy herido,  le saco de la trinchera, nos escondemos en un bosque cercano a las pocas horas balbuceando, me pide le saque el camperón,  me lo ponga, que el muere y quiere que quede en manos de un luchador…ahora  he pensado  se lo voy pasar a otro luchador, a este hombre que conduce a los cañeros a    Sendic.
     Es un recuerdo muy personal, pero ayer tarde al escuchar el relato de los hermanos que hoy siguen poniendo huellas en el mismo lugar en el que tantos y tantos las han dejado marcadas quise   compartirla,  no lo hice en el momento porque me pareció inoportuno,   hoy es una anécdota, una huella  mas.
           Ceb.SanFelipeySantiago
                         Eduardo-Cristina 

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