La suspensión, de la Convención Europea permitiría a Turquía,
cambiando la Constitución, que sea restablecida la pena de muerte, sin deber
rendir cuentas a la Unión Europea (UE).
Turquía no pertenece a la UE, pero aspira a ser miembro de ella
y una medida de este tipo fortalece las razones de quienes consideran que el
país no se encuentra preparada para poder integrarse.
El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolín señaló
que lo está sucediendo no es positivo y es fuente de preocupación para
todos. Añadió que la tensión está aumentado en el mundo y esto no es una buena
condición para enfrentar y resolver los problemas.
“Esperemos que la sabiduría y la humanidad prevalgan y ayuden a
las personas a buscar y encontrar las soluciones justas” dijo.
Dos días atrás el
cardenal subrayó que en este momento histórico el punto de partida para
resolver las actuales crisis en el mundo es “el respeto de la persona y de su
dignidad”. Contrariamente, aseguró “viviremos cada vez más estas situaciones de
odio, de violencia y de división, las cuales aumentarán”.
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