(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- “Hace algunos días sucedió una
pequeña historia, una historia de ciudad”, indicó el papa Francisco en
la audiencia general de este miércoles, centrada en la
catequesis sobre las obras de misericordia materiales.
Y contó que “había un refugiado que buscaba una calle, y una
señora se le acercó. ‘¿Busca algo?’ Y el refugiado que estaba sin
zapatos el dijo: “Yo quisiera ir a san Pedro para entrar por la Puerta
Santa”. Y la señora pensó, no tiene zapatos. ¿Cómo va a caminar?”
Así, prosiguió Francisco su narración y precisó que la señora
“llamó un taxi, pero el refugiado olía mal y el taxista casi no quería que
subiera pero al final se lo permitió y la señora junto a él”.
Mientras estaban en el taxi “la señora preguntó un poco de su
historia de refugiado, de migrante durante el recorrido hasta llegar aquí.
Este hombre contó su historia de dolor, de guerras, de hambre, y por qué
había huido de su patria para emigrar aquí”.
“Cuando llegaron la señora abrió el bolso para pagar y el
taxista –el que al inicio no quería que este migrante subiera porque olía
mal– le dijo a la señora. ‘No señora, soy yo que debo pagarla a usted, porque
me ha hecho escuchar una historia que me ha cambiado el corazón'”.
El Santo Padre señaló que “esta señora sabía qué era el
dolor de un migrante porque tenía sangre armenia y conocía el sufrimiento de
su pueblo”.
Y concluyó recordando “que cuando hacemos algo así, al
principio rechazamos por incomodidad, huele mal. Pero al final de la
historia, nos perfuma el alma y nos hace cambiar. Pensemos en esta
historia y pensemos qué podemos hacer por los despreciados de hoy"
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miércoles, 26 de octubre de 2016
El Papa FRANCISCO, ´contó hoy en la audiencia de los miércoles.........
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