ZENIT- Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco, en la homilía
de la misa celebrada este martes en Santa Marta, ha explicado que para que el
Reino de Dios crezca, el Señor nos pide docilidad. Asimismo, el Santo Padre ha
advertido sobre el concentrarse demasiado en las estructuras y los
organigramas. “El Reino de Dios no está fijo sino en camino”, ha recordado.
El Pontífice ha iniciado su homilía indicando que la Ley no está
solo para estudiarla, sino para “caminarla”. La Ley “ es para la vida, está
para ayudar a hacer el Reino, a hacer la vida”. El Señor –ha asegurado el Papa–
nos dice que también el Reino está en camino.
A este punto, ha precisado que el Reino de Dios no es una
“estructura bien hecha, ordenada, organigramas bien hechos” y lo que “no entra
ahí no es el Reino de Dios”. Por eso advierte que con el Reino de Dios sucede
lo mismo que puede suceder con la Ley: el
fijismo, la rigidez… La Ley está para caminarla, el Reino de Dios
está en camino. No está detenido. Es más: el Reino de Dios ‘se hace’ todos los
días.
Asimismo, el Santo Padre ha subrayado que Jesús habla en sus
parábolas de “cosas de la vida cotidiana”: la levadura que “no permanece
levadura” porque al final “se mezcla con la harina” y por tanto “en camino y
hace el pan”. Y después la semilla que “no permanece semilla” porque “muere y
da vida al árbol”.
De este modo ha precisado que levadura y semilla “están en
camino para hacer algo” pero para hacer esto “mueren”. No es un problema
de “pequeñez”. Es un problema de “camino, y en el camino sucede la
transformación”.
Por eso, también ha señalado que uno que ve la Ley y no camina
“tiene una actitud fija”, “una actitud de rigidez”.
En esta misma línea ha preguntado: ¿Cuál es la actitud que el
Señor nos pide para que el Reino de Dios crezca y sea pan para todos y casa
también para todos? Y ha respondido: “La docilidad”.
Así, el Pontífice ha aseverado que el Reino de Dios crece con la
docilidad a la fuerza del Espíritu Santo. El hombre y la mujer dóciles al
Espíritu Santo “crecen y son don para todos”, ha recordado el Papa. También la
semilla es dócil para ser fecunda, y pierde su identidad de semilla y se
convierte en otra cosa, mucho más grande: se transforma. Así –ha añadido– es el
Reino de Dios: en camino, hacia la esperanza, hacia la plenitud.
Del mismo modo ha asegurado que el Reino de Dios, “se hace todos
los días, con la docilidad al Espíritu Santo, quien une nuestra pequeña
levadura o la pequeña semilla a la fuerza y le transforma para hacer crecer”. Y
si no caminamos, nos hacemos rígidos “y la rigidez nos hace huérfanos, sin
padre”.
Finalmente, el
Pontífice ha precisado que el rígido solamente tiene padrones, no un padre. “El
Reino de Dios es como una madre que crece y fecunda, se dona a sí misma para
que los hijos tengan comida y casa, según el ejemplo del Señor. Hoy –ha
observado– es un día para pedir la gracia de la docilidad al Espíritu Santo.
“Será la docilidad al Espíritu Santo que nos hará crecer y transformar como la
levadura y la semilla”, ha precisado el Papa. Por eso ha pedido que el Señor
“nos dé a todos la gracia de esta docilidad”.
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