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(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco,
como ya ha realizado en otras ocasiones con otras oficinas de la Curia,
ha visitado por sorpresa el Pontificio Consejo para la promoción de la
nueva evangelización. Esta mañana, el Santo Padre se ha dirigido a este
dicasterio, que se encuentran en la vía de la Conciliación. De este modo
–informa L’Osservatore Romano– ha podido dar las gracias a los
superiores, oficiales y empleados por el “gran esfuerzo organizativo
realizado durante el jubileo extraordinario de la misericordia”.
Ha llegado de forma imprevista, hacia las 11.20 y
acompañado tan solo por un gendarme. El Papa ha sido recibido por el
presidente Rino Fisichella y ha pasado unos quince minutos con todos los
presentes. “Demostrando un gran sentido de humanidad y de amistad hacia
nosotros –ha explicado el prelado al periódico del Vaticano– el Papa ha
querido felicitarnos personalmente por las fiestas de Navidad, renovando
su agradecimiento por lo que hemos hecho en el Año Santo”. Un gesto de
fraternidad, tal y como lo ha definido monseñor Fisichella.
Asimismo ha indicado que todos en el Pontificio Consejo se
han quedado impresionados por su “afabilidad”. Nos ha contado la propia
alegría por la experiencia del jubileo –ha concluido– y nos ha señalado
en particular la importancia de los misioneros de la misericordia.
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by Redaccion on 20 December, 2016
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha
decidido conceder la libertad condicional a Lucio Ángel Vallejo Balda,
condenado a prisión en el conocido como caso Vatileaks II, por filtración
de documentación reservada de la Santa Sede.
En un comunicado distribuido por la oficina de prensa de
la Santa Sede se informa que considerado que el sacerdote español ha ya
descontado más de la mitad de la pena, el Santo Padre le ha concedido el
“beneficio de la libertad condicional”.
Se trata de una concesión de clemencia que le “permite
adquirir de nuevo la libertad”. La pena no se ha concluido, pero
goza de libertad condicional. “A partir de este noche el sacerdote deja
la cárcel y cesa todo tipo de relación laboral con la Santa Sede y
vuelve a la jurisdicción del obispo de Astorga, su diócesis de
pertenencia”.
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by Redaccion on 20 December, 2016
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha
manifestado su pésame por el violento ataque que sucedió ayer en Ankara,
Turquía, que provocó la muerte del embajador ruso en este país, Andrei
Karlov. En un telegrama firmado por el cardenal Pietro Parolin,
secretario de Estado, y enviado al presidente ruso, Vladimir Putin,
Francisco muestra su cercanía especialmente a la familia del fallecido.
Su Santidad –indica el mensaje– se entristeció al
enterarse del violento ataque en Ankara, que provocó la muerte del
embajador Andrei Karlov. Por eso, el Santo Padre “envía condolencias a
todos los que lloran su pérdida, y de manera especial a los miembros de
la familia del embajador Karlov”. “Al encomendar su alma a Dios
Todopoderoso”, el Papa Francisco asegura al presidente Putin y a todo el
pueblo de la Federación Rusa “sus oraciones y su solidaridad espiritual
en este momento”.
Además, monseñor Paul Richard Gallagher, secretario para
las Relaciones con los Estados, llamó por teléfono esta mañana al
embajador ruso ante la Santa Sede, Alexander Avdeev. De este modo –ha
informado la oficina de prensa de la Santa Sede– ha expresado su pésame
por el homicidio del diplomático ruso.
El embajador ruso en Turquía, Andréi Kárlov, fue asesinado
este lunes en la capital. El atacante clamaba venganza por Alepo al
dispararle. El suceso tuvo lugar en la inauguración de una exposición
fotográfica en un céntrico barrio de Ankara. El atacante, un joven de 22
años procedente de Aydin, fue neutralizado en el mismo edificio por la
policía.
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by Redaccion on 20 December, 2016
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha
querido mostrar su cercanía a las víctimas del atentado que tuvo lugar
este lunes en Berlín, cuando un camión se dirigió a la multitud en un
mercado navideño. El atropello ha dejado 12 muertos y decenas de heridos.
Por esto, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, ha enviado un
telegrama, en nombre del Papa, dirigido a monseñor Heiner Koch, arzobispo
de Berlín.
Con profunda conmoción –indica el mensaje– el Santo Padre
Francisco se ha enterado del terrible acto de violencia ocurrido en
Berlín. Su Santidad “manifiesta la propia participación al luto de los
familiares expresando la propia compasión y asegurando su cercanía a su
dolor.
Asimismo, asegura que en la oración encomienda a los
difuntos a la misericordia de Dios y suplica por la “sanación de los
heridos”.
Por otro lado, el Santo Padre también agradece “a los
servicios de emergencia y seguridad por su compromiso activo”. En
esta misma línea, el Papa se “une a todos los hombres de buena voluntad
que se empeñan para que la locura homicida del terrorismo no encuentra
más espacie en nuestro mundo”. En este sentido, el Pontífice “implora de
Dios Padre misericordioso la consolación, la protección y la
reconfortante bendición”.
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by Redaccion on 20 December, 2016
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha
nombrado directora de los Museos Vaticanos a Barbara Jatta, hasta ahora
vicedirectora. Desempeñará el cargo a partir del 1 de enero de 2017.
Barbara Jatta, nació en Roma el 6 de octubre de 1962, y se
licenció en Letras en la Universidad La
Sapienza en 1986 y el año siguiente el diploma de archivista
en la Escuela Vaticana de Paleografía, Diplomática y Archivística. En
1991 se especializó en Historia del Arte en la Escuela de Especialización
de la Universidad de los Estudios de Roma y, sucesivamente, dio clases de
Historia de la Gráfica y de las Técnicas de Incisión. Asimismo ha
publicado artículos, recensiones y catálogos de exposiciones
especializadas.
Desde 1994 es profesora de Historia de las gráficas en la
Universidad de Nápoles, en el Instituto Sor Orsola Benincasa, y en el
ámbito de la Licenciatura en Letras, dirigido a Conservaciones de Bienes
Culturales. Entró en la Biblioteca Apostólica Vaticana en 1996 y fue
responsable del Gabinete de Impresiones hasta el nombramiento, en 2010,
como curadora del Departamento de gráficos impresos.
El pasado mes de junio fue trasladada de la Biblioteca Vaticana a la
dirección de los Museos Vaticanos, con el encargo de vicedirectora. Está
casada y tiene tres hijos.
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by Redaccion on 20 December, 2016
(ZENIT – Roma).- Berlín ha sido escenario de un nuevo
atentado terrorista. En la tarde de este lunes, la trágica escena vivida
en junio en Niza se ha repetido. Un camión se lanzó contra la multitud en
un mercado navideño, provocando muertos y heridos.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha declarado que “con
la información disponible” todo apunta a que lo ocurrido, que costó la
vida a 12 personas y dejó heridas a otras 48 (18 graves), se debe a un
“atentado terrorista”.
Además, el Gobierno alemán ha confirmado que el detenido
como supuesto autor del crimen es un paquistaní de 23 años, con
antecedentes por delitos menores, que “había pedido asilo en la capital
alemana a primeros de este año”. El arrestado, que ha negado los hechos
que se le imputan, no estaba en las bases de datos de sospechosos de
terrorismo.
Por su parte, el cardenal Reinhard Marx, presidente de la
Conferencia Episcopal alemana ha querido transmitir su pésame y
cercanía. “Las noticias que llegan desde Berlín me han sacudido
profundamente”, ha asegurado. La violencia en el mercado de Navidad –ha
indicado– es lo contrario de lo que los visitantes deseaban.
Garantizando oraciones por las víctimas, por los heridos y
sus familiares, el cardenal Marx ha añadido: “En este momento difícil
para la ciudad de Berlín y para nuestro país, es importante que
permanezcamos unidos como una sociedad y estemos juntos”.
Hoy, a las 18.00, está prevista la celebración de una misa
en la Gedächtniskirche, la iglesia evangélica que se encuentran en la
calle del atentado. Allí se abrirá un registro para quien quiera dar el
pésame.
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by Rocío Lancho García on 20 December, 2016
(ZENIT – Roma).- “Madre Esperanza. Los milagros
desconocidos del alma gemela del Padre Pío”, es el libro que profundiza
en la vida y obra de la Madre Esperanza, una religiosa española fundadora
del Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza. Una mujer que
“leyó el alma de Jacqueline Kennedy” y que fue beatificada en el 2014. El
autor, José María Zavala, ha tenido acceso a los archivos de la
Congregación, a la Positio y sobre todo a testimonios y dos
diarios inéditos de personas muy significativas que trataron a la Madre
Esperanza y que revelan detalles desconocidos sobre su relación con San
Juan Pablo II, el Padre Pío y San Josemaría Escrivá de Balaguer. La
primera edición del libro se agotó en 24 horas, al día siguiente de
presentarlo con Iker Jiménez en el programa de televisión Cuarto Milenio,
donde el autor colabora.
¿Cómo nació la idea de escribir este libro?
— José María Zavala: Pura Providencia. Fui a vivir
con mi familia el año pasado a Murcia sin saber muy bien qué se nos había
perdido allí, barajando diversos asuntos laborales. Pero en el momento
más inesperado, un sacerdote me habló por primera vez de la Madre
Esperanza, añadiendo: “Tienes que escribir su biografía para darla a
conocer en España”. Me dejó un folleto sobre ella y, conforme lo leía, me
convencí de que debía escribir ese libro. A partir de entonces, me
embarqué en un viaje a Collevalenza y a Roma, donde pude entrevistarme
con testigos aún vivos que trataron a la Madre Esperanza durante muchos
años, y acceder al formidable Archivo del Santuario del Amor
Misericordioso.
¿Cómo fue la tarea de documentación?
— José María Zavala: Manejar también la Positio,
es decir, el proceso de canonización de la Madre Esperanza, como me
sucedió en su día con el Padre Pío para componer un libro que lleva ya
dieciséis ediciones en España y ha sido traducido en Italia, fue una
experiencia maravillosa y un inmenso privilegio. En la Positio hay
un auténtico arsenal de documentos, muchos de ellos inéditos, que salen a
relucir ahora en el libro, junto a los diarios desconocidos también del
padre Mario Gialletti, secretario de la Madre Esperanza hasta el momento
de su muerte, y de Pietro Iacopini, uno de sus hijos más queridos.
Además de dar a conocer a la Madre Esperanza, ¿qué ofrece
este libro?
— José María Zavala: Por ejemplo, el testimonio
escrito ex profeso para el libro de los padres de Francesco María,
el niño cuya milagrosa curación sirvió para que el Papa Francisco
autorizara el decreto de beatificación a la Madre Esperanza en
2014. Y muchas más cosas: el día en que la Madre Esperanza empezó a
vomitar sangre, llegando a empapar cuatro toallas enteras, sabiendo que
faltaban escasas horas para que el turco Ali Agca atentase contra Juan
Pablo II en la plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981. Aquella misma
madrugada, avisaron al médico personal de la religiosa, Tommasso
Baccarelli. En cuanto vio a su paciente, dispuso una transfusión de
sangre urgente, alegando que de lo contrario se moriría.
Pero mientras le practicaban los pertinentes análisis para determinar su
grupo sanguíneo, el doctor Baccarelli se quedó estupefacto al comprobar
que su nivel de glóbulos rojos era completamente normal. Aun así, la
Madre Esperanza no dejó de vomitar sangre, entre estertores, hasta que
supo que la vida de Juan Pablo II estaba ya fuera de peligro. La
reconstrucción de lo que sucedió aquel día en la celda de la Madre
Esperanza he podido hacerla con los testimonios que obran en la Positio,
entre ellos la declaración de Sor Amada, que estuvo en todo momento a su
lado y a quien conocí en persona en Collevalenza.
¿Por qué llamarla “el alma gemela del Padre Pío”?
— José María Zavala: Eran como dos gotas de agua,
espiritualmente hablando. Ambos tuvieron los estigmas de Jesucristo en
manos, pies y costado durante más de medio siglo, así como el don de
bilocación (la posibilidad de estar en dos lugares distintos al mismo
tiempo), el de introspección de conciencias, curaciones milagrosas,
profecía… Y en el caso de la Madre Esperanza, también multiplicaba
alimentos con los que daba de comer a más de 3.000 personas cada día en
Roma, durante la Segunda Guerra Mundial. Y por si fuera poco, también
convertía el agua en vino.
Al Padre Pío y a la Madre Esperanza les unía también la dolorosa
persecución que ambos sufrieron por parte de la propia Iglesia.
¿Cómo fue el encuentro con Jacqueline Kennedy?
— José María Zavala: La joven viuda del ex presidente
de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy, llegó a Collevalenza el
15 de noviembre de 1967. La más joven First Lady en la historia de
su país tenía entonces treinta y ocho años y casi toda una vida por
delante, tras el terrible atentado que costó la vida a su marido cuatro
años antes, pero su alma se debatía entre fuertes convulsiones.
Le acompañaba aquel día el embajador español ante la Santa Sede, Antonio
Garrigues y Díaz-Cañabate, a quien las malas o tal vez indiscretas
lenguas atribuían entonces un romance inconfesable con la bella y
elegante dama norteamericana. La viuda de JFK estuvo reunida con la Madre
Esperanza, quien, tras leer su alma, le dio algunos consejos para
acercarse a Dios y dar sentido a su vida de intenso sufrimiento.
¿Por qué cree que la vida y obra de Madre Esperanza es
poco conocida en España?
— José María Zavala: Ella, en efecto, ejemplifica muy
bien que nadie es profeta en su tierra. Pero le diré que ya hay millares
de personas nuevas que la conocen a través de su libro, cuya primera
edición se agotó en tan sólo 24 horas tras presentarse en el programa Cuarto
Milenio, que dirige Iker Jiménez, con quien colaboro. Esa misma noche
no pude conciliar el sueño respondiendo a los centenares de mensajes de
personas que habían visto el programa y quedaron impactados por la figura
de la Madre Esperanza.
Ha tenido acceso a dos diarios inéditos de personas que
trataron a la Madre Esperanza y que revelan detalles desconocidos sobre
su relación con San Juan Pablo II, el Padre Pío y San Josemaría Escrivá
de Balaguer. ¿Podría adelantarnos algo al respecto?
— José María Zavala: Empecemos, si le parece, por San
Juan Pablo II. El entonces arzobispo de Cracovia, Karol Wojtyla, visitó a
la Madre Esperanza en Collevalenza, en 1964, con el fin de que le diese
la clave para desbloquear el proceso de beatificación de Sor Faustina
Kowalska… ¡y ella se la dio! El Padre Pío los puso en contacto.
El Padre Pío y ella se vieron durante un año entero en bilocación en el
Santo Oficio, y ambos se enviaban recíprocamente almas para ser
atendidas.
San Josemaría Escrivá de Balaguer mantuvo también estrecho contacto con
ella en el Madrid de 1935. El fundador del Opus Dei residía entonces en
la Academia DYA, que estaba en la misma calle Ferraz donde también vivía
la Madre Esperanza. San Josemaría la visitaba a menudo en compañía de
Isidoro Zorzano, uno de los primero numerarios del Opus Dei, y trataba de
consolarla ante la brutal persecución que sufría entonces ella por parte
de la Iglesia.
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by Antonio Rivero on 20 December, 2016
(ZENIT – México).- Textos: Isaías 9, 1-3.5-6;
Tito 2, 11-14; Lucas 2, 1-14.
Idea principal:
Hoy,
Nochebuena, nace Cristo para nosotros y nos invita a festejarla con
nosotros.
Resumen del mensaje:
“Hoy” nos
ha nacido el Salvador. Este “hoy”
quiere significar que lo que celebramos en la Navidad no es un simple
aniversario, sino un “sacramento’, o sea una actualización sacramental
del hecho salvífico del nacimiento humano del Hijo de Dios.
Puntos de la idea principal:
En primer lugar,
la Navidad es la condensación del “ayer”
de Belén y del “mañana”
de la última venida del Señor en el “hoy”
de la celebración de este año, que es un acontecimiento siempre nuevo, no
sólo un recuerdo folclórico de hechos pasados. “Hoy”, después del
duro y cruel destierro, estamos viendo una Luz grande que nos brilla y
nos salva. “Hoy”
hay gozo y alegría por esta victoria y liberación. “Hoy” de la estirpe de
David-Rey nos ha nacido un Niño, que es el Libertador, el Dios Fuerte,
Príncipe de la paz . “Hoy”
ese Niño instaura su Reino y nos trae su gracia divina, el derecho, la
justicia (primera lectura).
En segundo lugar,
este Dios que en Cristo nos trae “hoy”
la salvación, lo hizo a través de su entrega. Así nos rescató de toda
iniquidad y nos purificó. Esto nos exige “hoy” llevar una vida digna, sobria,
justa y piadosa; renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos (segunda
lectura). Sólo así podemos festejar su fiesta con Él.
Finalmente,
“hoy”
María sigue buscando un lugar, un corazón, donde poner su Hijo Jesús. “Hoy” José nos pide
una ayuda para limpiar y adecentar nuestro pesebre interior. “Hoy” María nos
ofrece a su Hijo para nuestra adoración y admiración. “Hoy” cada uno de
nosotros podemos envolverle con los pañales de nuestro amor y cariño. “Hoy” podemos
cantarle como hicieron los ángeles en esa bendita noche con las voces de
nuestra fe y humildad. “Hoy”
deberíamos ir corriendo a la gruta, como los pastores, para ofrecerle lo
mejor que tenemos y somos: “nuestro
requesón, manteca y vino” como dice el villancico.
Para reflexionar:
¿Tengo el corazón abierto y limpio para hospedar a este Niño Jesús que
viene humilde para traerme la salvación “hoy”? ¿Hay algo “hoy” que me impide
abrirle la puerta de mi posada? ¿Qué es? ¿Tendrá que pasar de largo María
porque encontró todo cerrado en mí?
Para rezar:
Ten mi corazón, Jesús. Quiero que nazcas en él y me llenes de todas tus
gracias, para que pueda hoy
repartirlas entre mis hermanos. Amén.
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by Isabel Orellana Vilches on 20 December, 2016
(ZENIT – Madrid).- Este insigne apóstol de Alemania,
incansable apologeta que siguió los pasos de san Bonifacio en la
evangelización germana jesuita, no se concedió ni un instante para sí,
haciendo de su vida un permanente acto de ofrenda a Cristo.
Nació
el 8 de mayo de 1521 en la localidad holandesa de Nimega. Su influyente
familia pertenecía a la nobleza; su padre era el alcalde de su ciudad
natal. Fue el primogénito de dos hermanos, y de ocho vástagos más que
nacieron del segundo matrimonio de su progenitor, quien contrajo nuevas
nupcias al enviudar. Todos los hijos fueron educados en la fe tanto por
él como por sus dos esposas. En 1536 Pedro inició sus estudios en la
universidad de Colonia. Y fue allí donde la eficaz labor apostólica de
dos sacerdotes le fueron conduciendo hacia una vida espiritual intensa.
El segundo, Nicolás van Esche, que fue su confesor, le sugirió leer el
evangelio todos los días y le proporcionó las pautas elementales de la
oración. Solía frecuentar el monasterio cartujo de santa Bárbara.
Fue un alumno excepcional. En 1540 obtuvo el Magister en
Teología. Entonces vivía en un estado de búsqueda, y se hallaba a la
espera de que Dios le mostrara el camino a seguir, mientras barajaba la
opción sacerdotal. Todo se concretó al conocer al jesuita Pedro Fabro en
1543; le había puesto en contacto con él otro jesuita compañero de
estudios. Se trasladó a Maguncia expresamente para hablar con el beato, y
quedó bajo su amparo. Después hizo los ejercicios espirituales, y en mayo
de ese año ingresó en la Compañía de Jesús. El noviciado coincidió con la
muerte de su padre y decidió distribuir los cuantiosos bienes que le
legaron entre los pobres, estudiantes sin recursos y también entre los
jesuitas. Le encomendaron la delicada misión de dirigir como vicesuperior
a la reducida comunidad que quedó en Colonia tratando de esquivar el
decreto de expulsión que pendía sobre los conventos. Y en 1544 comenzó a
dedicarse a la predicación, acción apostólica que le distinguiría y en la
que obtuvo grandes conversiones.
Profesó en mayo de 1545. Le avalaba su prestigio en la
universidad cuando le designaron para participar en la Dieta de Worms
donde se dirimían los conflictos entre protestantes y católicos. Otra de
sus actuaciones se produjo en el ámbito de la diplomacia. Trabajaba
arduamente, consciente de que no tenía ni un instante para sí, como
expresaba al padre Fabro en sus cartas. Fue ordenado en junio de 1546 y
en agosto de este año moría el beato, noticia que Pedro acogió con
incontenible emoción ya que se había formado bajo su tutela. La situación
eclesial era gravísima porque el arzobispo Max Hermann von Wied se había
involucrado en la herejía y le habían excomulgado. Las misiones
diplomáticas que Canisio llevó a cabo fueron esenciales para el mantenimiento
de la fe en Colonia; por ellas se le califica como «el más importante e
intrépido defensor de la religión». Se distinguió por su celo apostólico,
la oración, la meditación y la caridad que mostraba hacia todos. Fue un
apologeta de la fe, cuya defensa efectuó con rigor y respeto, imbatible
en su manera de refutar los errores.
En 1547 participó en el Concilio de Trento, trabajando con
Diego Laínez y Alfonso Salmerón. En calidad de teólogo había acompañado
al prelado de Austria. Después se trasladó a Roma por indicación de san
Ignacio de Loyola, que se ocupó personalmente de completar su formación.
Se doctoró en 1549. Humilde, obediente y dispuesto a todo por Cristo,
partió a Messina para trabajar en un colegio infantil. Reconoció: «Me apego a la obediencia, con
el corazón. Obligo al espíritu a no inclinarse». Cuando se
entrevistó con el papa Pablo III, sabiendo que iba a partir a Alemania,
se postró de hinojos en la basílica de san Pedro rogando fervientemente
la bendición de los apóstoles Pedro y Pablo. Salió confortado: «Allí he sentido que un gran
consuelo y la presencia de la gracia me eran concedidas por medio de
estos intercesores (Pedro y Pablo). Ellos confirmaban mi misión en
Alemania y parecían transmitirme, como apóstol de Alemania, el apoyo de su
benevolencia. Tú conoces Señor, de que manera y cuantas veces en ese
mismo día me has confiado Alemania, a la que luego cuidaré y por la cual
deseo vivir y morir».
Con la magnánima resolución de no defraudar a Cristo y a
sus superiores transcurrió el resto de su vida entre Alemania, Austria y
Holanda, siendo incansable apóstol, insigne profesor, ardiente predicador
y reconciliador que supo tocar la fibra íntima de los apartados de la fe.
Pacificador y mediador en graves conflictos, hombre de gran visión y
sabio gobierno, por donde pasaba surgían vocaciones y, con ellas, el
incremento de sacerdotes. Fue fundador de colegios, vice gran canciller y
rector universitario, administrador de la diócesis de Viena, a su pesar,
por expresa indicación del papa Julio III, y reputado autor. Retazos de
sus experiencias místicas ponen de relieve su pasión por Cristo: «Tú, al final, como si me
pudieses abrir el corazón del Santísimo Cuerpo, que me parecía ver
delante de mí, me has mandado beber en esa fuente, invitándome por decir
así a sacar las aguas de mi salvación de tus fuentes, oh mi Salvador».
Entre sus obras se halla el famoso compendio de doctrina
cristiana, luego convertido en catecismo, que sería objeto de numerosas
traducciones y reediciones. En 1556 Ignacio lo designó provincial de
Alemania hallándose bajo su jurisdicción: Austria, Bohemia, Baviera y el
Tirol. En tres décadas recorrió miles de kilómetros evangelizando a las
gentes. «Descansaremos
en el cielo», decía. Todos, fueran o no creyentes, le
estimaban. Fue designado nuncio por Pío IV, y Pío V le encomendó asistir
a la Dieta de Augsburgo. Los últimos diecisiete años de su vida los pasó
en Friburgo, animando, consolando, estudiando, escribiendo e impulsando
las fundaciones. Murió el 21 de diciembre de 1597 contemplando a María.
Pío IX lo beatificó el 20 de noviembre de 1864. Pío XI lo canonizó y
declaró doctor de la Iglesia el 21 de mayo de 1925.
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