(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco realizó este
miércoles una nueva catequesis centrada en la esperanza cristiana, tomando como
ejemplo la figura bíblica de Raquel, que “llora por sus hijos” pero
conserva “una esperanza para su descendencia”.
Lo hizo tras llegar al Aula Pablo VI, en el Vaticano, donde se
realizó la audiencia debido al frío del invierno europeo. Francisco fue
recibido con gran entusiasmo por los varios miles de peregrinos y fieles allí
reunidos, y saludó a varios de ellos, en particular a niños y ancianos.
El Santo Padre señaló que muchas veces le hacen preguntas
difíciles como ‘por qué sufren los niños’, “a las cuales verdaderamente no sé
que responder. Solamente digo: ‘Mira el crucifijo: Dios nos ha dado a su Hijo,
Él ha sufrido, y quizás allí encontrarás una respuesta”.
Señaló también que “para secar una lágrima del rostro de quien
sufre, es necesario unir a su llanto el nuestro. Solo así, nuestras palabras
pueden ser realmente capaces de dar un poco de esperanza”.
En el resumen de la catequesis en español, el Santo Padre invitó
a “fijamos en Raquel, una figura que nos habla de la esperanza en medio del
llanto”. Señaló así que “el profeta Jeremías habla de Raquel que llora en Ramá
porque sus hijos, que han salido para el destierro, ya no están.”
“Raquel representa –aseguró Francisco– el dolor de tantas madres
que también hoy lloran la pérdida de un hijo o de un ser querido y no encuentran
consuelo”. Y añadió que “ante el dolor de los demás debemos mostrar una gran
delicadeza y compartir su sufrimiento y su llanto si queremos que nuestras
palabras puedan dar un poco de esperanza”.
Entretanto indica el Santo Padre, “Dios responde al llanto de
Raquel con una promesa: el pueblo volverá del exilio y vivirá libre en la fe.
Las lágrimas de Raquel han engendrado la esperanza”.
Un texto el de Jeremías, explica el Santo Padre, que Mateo
retoma “y lo aplica a la matanza de los niños en Belén, por parte de Herodes”.
“El Hijo de Dios ha entrado en el dolor de los hombres y lo ha
compartido hasta el final. En la cruz, Jesús nos entrega a su madre,
convirtiéndola en madre del pueblo creyente” señala el Papa, y precisa que
“allí, la muerte es vencida y se cumple de modo pleno la profecía de Jeremías.
Las lágrimas de María, como las de Raquel, han engendrado la esperanza y una
nueva vida”.
A continuación se dirigió a los peregrinos de lengua española:
“Pidamos a la Virgen María que nos ayude a tener siempre viva nuestra esperanza
en medio del dolor, y que con nuestra delicadeza y ternura sepamos ser
instrumentos de la presencia y cercanía de Dios para el que sufre”. Terminó sus
palabras en español deseado a todos “un feliz año”.
El Papa invitó
también a rezar por las víctimas y familiares de la masacre que sucedió en la
cárcel de Manaus en Brasil. La audiencia concluyó con el canto del Pater Noster y la
bendición apostólica.
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