jueves, 5 de enero de 2017

Dgo 8 enero BAUTISMO del sEÑOR. (Mt.3.13-17) Ciclo A



Dgo.8 diciembre 2017  FIESTA del BAUTISMO DEL SEÑOR
ESPIRITUALIDAD  BAUTISMAL Mt. 3,13-17  Ciclo A Comenta Atilano Alaiz.                                      Versión libre autorizada por el autor.-
La primer Iglesia ve el bautismo como modelo y prototipo del mismo.  Aquí como en la celebración de la Natividad del Señor,  nos  corresponde a todo el  “pueblo de Dios” la responsabilidad de dignificar, dar la real importancia a esta celebración simbólica, donde la comunidad proclama la incorporación de un  nuevo hijo del Padre, hermano del Hijo y  templo del Espíritu.     Para muchos esta celebración  contiene algo de misterioso,  para otros  actúa como una vacuna donde el bautizado queda garantizado como cristiano,
  luego tomará la comunión y se casará por  iglesia, si tiene suerte le darán la extrema-unción cerrando su paso como cristiano.   No  comprendemos  el “gran  regalo que nos hace Dios, llamarnos y ser de verdad sus hijos “ (Jn.3,1-3)  El Padre quiso que su Hijo se hiciera uno de nosotros, para que sea el primogénito entre muchos hermanos y nos asemejemos a Ël (Rm. 8,29)
   Los primeros cristianos con vocablos griegos decían que la piscina bautismal  era   shoma  y   shema,   tumba  y  cuna,   seno  y  sepultura.   Tumba  porque  en  ella  queda  sepultado  el  hombre   viejo;  cuna  porque  en  ella  nace  el  hombre  nuevo  según  Cristo.
  Por lo tanto debemos redimensionar  el  bautismo,  porque  a veces  resulta  chocante,  en la medida que crece la ostentación social, las cámaras, los teléfonos de última generación,  hacemos  decrecer la intensidad de la verdadera vivencia de la fe.      En este tema están incluidos  todos los  actores,  familiares,  comunidad   y  celebrantes  que no advierten, no advertimos  debidamente  sobre  la dimensión de la celebración.-
  Bautizarse  es  reafirmarse   con  solemnidad en la dinámica  pascual,  irse  configurando con  Cristo.
  Cómo discípulos de  Jesús   sentimos  lo  fácil,  la  tentación de seguir los  “valores  mundanos del momento”  buscando los caminos fáciles ,  los más cómodos sin sobresaltos, seguros, codeando y trepando; …por  eso se nos unge con aceite, que recuerda    la  lucha  y  la fuerza del Espíritu para  ser  cristianos  valientes,  fuertes  y  fieles.
  La comunidad cristiana  te recibe con gran alegría y entrega el signo del cristiano la cruz,  la  misma  comunidad  se responsabilizará del  nuevo  hermano,  el bautizado  se  comprometía  a participar  activamente  en  la vida   y  misión  de  la  comunidad.   Así  se  concebía entre los primeros cristianos el bautismo.  No  concebían  un cristiano  pasivo.     Así   es que tanto Pablo  y  Pedro  insisten en que cada miembro ha de poner  su  carisma   al  servicio  de  la  vida y la misión de la comunidad.  (Rm. 12,3-8)
  La espiritualidad  bautismal  nos debe convertir en cristianos  jubilosos, impulsados por una mística    dinamizadora.   NO  SOMOS CRISTIANOS TERMINADOS,    NOS VAMOS HACIENDO CRISTIANOS  CADA  DÍA,   en nuestra familia,  en  el trabajo,  en el templo,  en nuestra pequeña comunidad,  seamos corazón y motor  en cada lugar.
Versión libre del comentario de Atilano Alaiz, autorizado por el autor, realizado por J.Eduardo Bernadá

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