SER SAL, LUZ y LEVADURA. Dgo 5° Tpo. Ord. C.A. (Mt.5,13-16)
Un gesto litúrgico el gran Cirio
Pascual; Jesús resucitado comunica su
luz al celebrante, éste a cuantos le
rodean; así se propaga la luz hasta que el templo es un gran lampadario. De esta forma difundieron los primeros
cristianos la luz de la fe, la
nueva vida nacida de Cristo.
Somos la sal de la tierra, la luz
del mundo ?? es lo que nos ha pedido el Señor, nos tiene confianza, parece sencillo, lo espera de cada uno de nosotros , de nuestra familia, de nuestra
comunidad la grande parroquial, la
pequeña comunidad de base. Sabemos nuestro
entorno hoy como afirmó Pablo VI “ ..no cree ya en maestros, requiere testigos, cuya
vida resulte inexplicable sin Dios”
Testimonios de común-unión, de
fraternidad, de amistad, de madurez, compromiso social, de entrega, servicio y
alegría. Para iluminar hay que tener
fuego de verdad, tendremos acción liberadora cuando nos inclinemos sobre los
apaleados de la vida, los despreciados de la sociedad y nos mostremos sensibles
al sufrimiento ajeno. Esto realmente es
lo que nos compete como cristianos en la sociedad en la que muchos “van por lo
suyo” y se desentienden de los demás.
Dm. Helder
Cámara decía..” Cuando un hombre sueña, es un sueño. Pero cuando sueñan varios ya
es realidad”…. Un grano de sal en un
plato, una lámpara en la calle, son muy
poco, un salero y un tendido eléctrico
salan descubren gustos, iluminan el entorno. El testimonio personal no basta, el comunitario es muy
importante. Dice Atilano; los
obispos del País Vasco en una carta
colectiva afirman: “ No basta el testimonio de cada creyente,, es toda la comunidad
cristiana la que ha de mostrar la fuerza humanizadora y transformadora de la fe en Dios…Esas
comunidades serán hoy evangelizadoras si realmente son factor de convivencia y
de vida más humana en nuestros pueblos y barrios, si son lugares donde se
promueve la solidaridad, la paz, la sana austeridad, la ayuda al necesitado, el
diálogo, el perdón, la esperanza y tantos valores que parecen olvidados en la
sociedad actual.”
El nivel de asociacionismo
entre los cristianos es muy bajo,
creemos que con juntarnos una vez
al año multitudinariamente cumplimos,
el testimonio es un “milagro”
continuo allí donde nos ha tocado desempeñarnos personalmente y como comunidad,
pidamos fervientemente poder ser transmisores de luz.
Comentario de Atilano Alaiz, en “ElDon de la Palabra”, en versión libre
autorizada por el autor, realizada por J.E.Bernadá.
dgo5°
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