El Santo Padre citó al santo chileno Alberto Hurtado: “Trabajaba
siempre, dificultad tras dificultad. Trabajaba para los pobres… Fue realmente
un hombre que creó caminos en ese país… La caridad para la asistencia a los
pobres… Pero fue perseguido, tantos sufrimientos. Pero cuando estaba
justamente allí aniquilado en la cruz, su frase era: “Contento Señor, Contento”.
Francisco concluyó su
homilía pidiendo al Señor que nos enseñe a ir por ese camino de la
plenitud aniquilada de Jesucristo y decir siempre y sobre todo en las
dificultades. “Contento, Señor, contento”.
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