LAS PEQUEÑAS SEMILLAS (Mt. 13,24-43) Dgo 16° tpo. Ord. Ciclo A.-
No necesitamos cambiar de hemisferio, continente, miremos
frente a casa, en la esquina del
barrio, cuántos hermanos sobreviven, verdad que sentimos una sensación
de impotencia que muchas veces nos paraliza?
Esto en lo material; en lo
espiritual, cuántas personas desorientadas,
que deambulan sin rumbo, otras en desesperada búsqueda de algo en que creer, ante ésta
riada de aguas impetuosas que todo lo descolocan, nos preguntamos: ¿ QUÉ PUEDO HACER YO, que merezca la pena
y sea fecundo?
Tenemos la oportunidad de hacer
el milagro de ser nosotros mismos una semilla que se sepulta debajo de la
tierra por la entrega y el servicio a
los demás, podemos hacer el milagro de “ ser buenos” de
verdad, podemos realizar el
milagro de amar…de amar sin espera de
recompensa.
Acaso los gestos sencillos no cuentan, saludar
a quienes se nos cruzan por el
camino, ceder el asiento a un
mayor, dar un abrazo al hermano
cabizbajo, atender a un vecino enfermo, ser cordial al conducir el automóvil, ayudar a bajar del ómnibus a una señora, no se necesitan pomposos ademanes ni gestos grandilocuentes. Jesús
nos marcó el camino; el camino de la Nueva Alianza se hizo
con gente sencilla, humildes pescadores,
no precisaron de grandes templos,
ni vestiduras diferentes era
pueblo dentro del pueblo, que entregaban “ pequeñas semillas”
cargadas de esperanza, entusiasmo, ardor contagioso por algo escuchado y
experimentado, de ahí la corpulencia que
alcanzaban esas diminutas semillas.
Jesús no nos pide heroicidades, sino la siembra continua y constante de
pequeños gestos; crear pequeñas
comunidades para formar un verdadero entramado donde la suma de los esfuerzos fructifiquen en aquellos deprimidos, con una
sonrisa acogedora, a quién está solo, una señal de compañía, una palabra cariñosa y estimulante al enfermo
abandonado. ¿ Quién de nosotros no puede
sembrar estas pequeñas semillas?
.
Cuando podemos mantener esta constante, lo vamos
incorporando como un estilo de vida que inconscientemente damos un pequeño testimonio de lo que decimos
creer.
Dice el poeta “ una gota con ser poca, junto a otras es aguacero
“;
no solemos darnos cuenta hasta donde podemos
llegar y lo que podemos realizar coordinando los pequeños gestos de solidaridad. En la gente más sencilla se ven incalculables posibilidades de superación cuando unen
esfuerzos. Gutiérrez el
ideólogo de la Teología de la Liberación
afirma: “ lo más importante que
hay en Iberoamérica es la fe del pueblo, la enorme entrega y la santidad que hay en
muchas personas que trabajan anónimamente . Ellos
y no las jerarquías, personalidades
o los teólogos,
son los que realmente representan a la Iglesia.”
Todos en una u otra dimensión poseemos pequeñas semillas que pueden dar
buenas cosechas…..Pedro,
el rudo, el impetuoso, en su humilde testimonio nos dice; “EN
TU NOMBRE, SEÑOR ARROJAREMOS LAS SEMILLAS ..” (Lc.5,5)
Comentario
del Don de la Palabra, de Atilano Alaiz, en versión libre, actualizada autorizada por el autor, realizada por J. Eduardo Bernadá.
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