Nota del blog. www.grupobasesfys.blogspot.com
JUEZ Y PARTE.-
LE DENOMINAN se autodenominan MONSEÑOR; si nos
atenemos a lo expresado por JESÜS “SEÑOR ES SOLO MI PADRE,”
por lo tanto cambiamos monseñor por obispo, en el presente artículo de
AICA; tendría que ser servidor del SEÑOR y sus laicos.
Lamentable este
señor, nos dará letra próximamente no debemos callar opinemos
sobre el tema. Seminarios vacios, curas rondan los 80, curas
casados que desean contribuir, MUJERES muy válidas testimonios
puros de Evangelio en tareas domésticas, cocinando para nuncios ( otra especie
que debe extinguirse) obispos, curas privilegiados….
Dice ..”sembrando estas
dudas se crea grave confusión entre los fieles ….” El
ejemplo masivo que están dando muchos de sus colegas hoy,
no es mucho más grave!! Obispo de Roma Francisco
rezamos por ti….
Miercoles 30 May 2018 | 12:32
pm
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Obispo.
Luis Ladaria ver más
Ciudad
del Vaticano (AICA): El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe y próximo cardenal, obispo Luis Ladaria, subrayó el carácter definitivo de
la doctrina de Ordinatio sacerdotalis, en un artículo publicado en
L’Osservatore Romano en el que señala “que la Iglesia no tiene en modo alguno
la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este
dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la
Iglesia”.
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El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y
próximo cardenal, obispo Luis Ladaria, subrayó el carácter definitivo de la
doctrina de Ordinatio sacerdotalis, en un artículo publicado en L’Osservatore
Romano.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, en respuesta a una duda sobre la enseñanza recogida en Ordinatio Sacerdotalis, reiteró que se trata de una verdad que pertenece al depósito de la fe.
Cristo quiso conferir el sacramento del orden a los doce apóstoles, todos hombres, quienes, a su vez, lo comunicaron a otros hombres, y la Iglesia siempre se ha reconocido vinculada a esta decisión del Señor, que excluye que el sacerdocio ministerial pueda ser válidamente conferido a las mujeres, explica el prefecto en su artículo.
“En la carta apostólica –Ordinatio Sacerdotalis- publicada en 1994, san Juan Pablo II enseña, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia y en virtud de su ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, “que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
Monseñor Ladaria expresa en este artículo que suscita “seria preocupación” que hayan surgido rumores en algunos países que cuestionan el carácter definitivo de esta doctrina. Quienes defienden que esta doctrina no es definitiva, argumentan que no ha sido definida ex cathedra y que, por lo tanto, una decisión posterior de un futuro Papa o de un concilio podría revocarla.
En este sentido, el prefecto de Doctrina de la Fe defiende que “la infalibilidad no consiste solo en pronunciamientos solemnes de un Concilio o del Sumo Pontífice cuando habla ex cátedra, sino también la enseñanza ordinaria y universal de los obispos de todo el mundo, donde se ofrecen, en la comunión unos con otros y con el Papa, la doctrina católica que se celebrará definitivamente”.
“Sembrando estas dudas se crea una grave confusión entre los fieles, no sólo sobre el sacramento del Orden, como parte de la constitución divina de la Iglesia, sino también sobre el magisterio ordinario que puede enseñar de manera infalible la doctrina católica”, lamenta el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Monseñor Ladaria recuerda que en relación con el sacerdocio ministerial, la Iglesia reconoce que la imposibilidad de ordenar a mujeres pertenece a la sustancia del sacramento del Orden y no tiene capacidad para cambiar esta sustancia, porque es precisamente a partir de los sacramentos, instituidos por Cristo, que es generada como Iglesia. Añade que no se trata solamente de un elemento disciplinar, sino doctrinal, puesto que se relaciona con la estructura de los sacramentos, que son lugar originario del encuentro con Cristo y de la transmisión de la fe.
“Consciente de que no puede cambiar, por obediencia al Señor, esta tradición, la Iglesia también se esfuerza por profundizar en su significado”, indica el prefecto, que también señala que la diferencia de funciones entre el hombre y la mujer no conlleva en sí ninguna subordinación, sino un enriquecimiento mutuo y recuerda que la figura cumplida de la Iglesia es María, la Madre del Señor, que no recibió el ministerio apostólico.
Asimismo, el cardenal electo mantiene que sólo la fidelidad al plan de Cristo sobre el sacerdocio ministerial permite profundizar y promover cada vez más el papel específico de la mujer en la Iglesia y añade que, además, puede arrojar luz sobre nuestra cultura, a la que le cuesta comprender el significado y la bondad de la diferencia entre el hombre y la mujer y su misión complementaria en la sociedad. +
La Congregación para la Doctrina de la Fe, en respuesta a una duda sobre la enseñanza recogida en Ordinatio Sacerdotalis, reiteró que se trata de una verdad que pertenece al depósito de la fe.
Cristo quiso conferir el sacramento del orden a los doce apóstoles, todos hombres, quienes, a su vez, lo comunicaron a otros hombres, y la Iglesia siempre se ha reconocido vinculada a esta decisión del Señor, que excluye que el sacerdocio ministerial pueda ser válidamente conferido a las mujeres, explica el prefecto en su artículo.
“En la carta apostólica –Ordinatio Sacerdotalis- publicada en 1994, san Juan Pablo II enseña, con el fin de alejar toda duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución divina de la Iglesia y en virtud de su ministerio de confirmar en la fe a los hermanos, “que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
Monseñor Ladaria expresa en este artículo que suscita “seria preocupación” que hayan surgido rumores en algunos países que cuestionan el carácter definitivo de esta doctrina. Quienes defienden que esta doctrina no es definitiva, argumentan que no ha sido definida ex cathedra y que, por lo tanto, una decisión posterior de un futuro Papa o de un concilio podría revocarla.
En este sentido, el prefecto de Doctrina de la Fe defiende que “la infalibilidad no consiste solo en pronunciamientos solemnes de un Concilio o del Sumo Pontífice cuando habla ex cátedra, sino también la enseñanza ordinaria y universal de los obispos de todo el mundo, donde se ofrecen, en la comunión unos con otros y con el Papa, la doctrina católica que se celebrará definitivamente”.
“Sembrando estas dudas se crea una grave confusión entre los fieles, no sólo sobre el sacramento del Orden, como parte de la constitución divina de la Iglesia, sino también sobre el magisterio ordinario que puede enseñar de manera infalible la doctrina católica”, lamenta el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Monseñor Ladaria recuerda que en relación con el sacerdocio ministerial, la Iglesia reconoce que la imposibilidad de ordenar a mujeres pertenece a la sustancia del sacramento del Orden y no tiene capacidad para cambiar esta sustancia, porque es precisamente a partir de los sacramentos, instituidos por Cristo, que es generada como Iglesia. Añade que no se trata solamente de un elemento disciplinar, sino doctrinal, puesto que se relaciona con la estructura de los sacramentos, que son lugar originario del encuentro con Cristo y de la transmisión de la fe.
“Consciente de que no puede cambiar, por obediencia al Señor, esta tradición, la Iglesia también se esfuerza por profundizar en su significado”, indica el prefecto, que también señala que la diferencia de funciones entre el hombre y la mujer no conlleva en sí ninguna subordinación, sino un enriquecimiento mutuo y recuerda que la figura cumplida de la Iglesia es María, la Madre del Señor, que no recibió el ministerio apostólico.
Asimismo, el cardenal electo mantiene que sólo la fidelidad al plan de Cristo sobre el sacerdocio ministerial permite profundizar y promover cada vez más el papel específico de la mujer en la Iglesia y añade que, además, puede arrojar luz sobre nuestra cultura, a la que le cuesta comprender el significado y la bondad de la diferencia entre el hombre y la mujer y su misión complementaria en la sociedad. +
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